PREVENCIÓN “El abuso sexual ataca a todos por igual”
No hay distinción en la víctima que elige. La prevención es responsabilidad de toda la sociedad.
Katia Mello Dantas no tiene ninguna duda en afirmar que la sociedad debe hacer visible el abuso sexual infantil como un camino para sensibilizar y encontrar respuestas a un mal que siempre ha estado oculto y del que nos da vergüenza hablar.
Esta brasilera, directora de políticas públicas para América Latina y el Caribe del Centro de Niños Perdidos y Explotados, Icmec, participó en el foro Escúchalos: Me rehúso al abuso, celebrado durante dos días en la ciudad. Estas son sus reflexiones:
¿Hay una percepción de que hay más casos de abuso o es que se están haciendo más visibles?
“El abuso sexual es un tema que no se toca muchas veces. Los niños no suelen hablar del abuso de forma tan clara y cuando lo hacen tienen muchas barreras, porque no los escuchan ni les prestan atención. Uno de cada seis niños es abusado y estamos hablando de un subregistro muy grande. Y eso es a nivel global. En Latinoamérica el panorama se complica más porque no tenemos rutas claras o cuando esas rutas sí existen, entonces hay falencias en las bases, en quienes prestan el servicio. Muchas veces hay una desconexión en lo que se plantea a nivel nacional y lo que se hace a nivel local. Eso ocurre en muchas partes, no solo en Latinoamérica”.
¿Los niños están solos?
“Sí lo están. No completamente porque sí hay personas e instituciones que trabajan por su protección. Pero todavía tenemos retos muy grandes para superar. Muchas personas que trabajan con estas denuncias no están plenamente sensibilizadas, muchas veces cuando los niños llegan a hablar con un maestro, o un coordinador, o una mamá, no le creen. Aún tenemos esas limitaciones. Pero veo positivos los cambios. Poco a poco las personas se están sensibilizando más, los profesionales están más capacitados y están más abiertos a escuchar y a tomar una actitud distinta”.
¿Qué trabajo hay que hacer con el adulto para que entienda que cuando el niño le dice que algo está pasando, sí le crea?
“Es complicado, porque un niño difícilmente dirá así de claro que está siendo abusado… lo dirá con sus comportamientos o con historias que dan a entender eso sin que el niño se lo proponga. No todos los indicadores o síntomas que manifiestan los niños es porque hay un abuso, pero ahí nos toca como padres, como maestros, como sociedad, hacer la búsqueda de qué es lo que está pasando con ese niño. Y es ahí donde creo que hay un gran reto”.
Justamente el escenario donde más abusos ocurren es en la familia, ¿cómo trabajar con ella para que esto no siga ocurriendo?
“Siempre he dicho que en la crianza de los niños interviene toda la comunidad. Sabemos que el 92% de los casos son personas cercanas al niño, no solo su familia. Por eso la importancia de que trabajemos juntos. Si hay uno que está cometiendo el delito, que los demás pongan atención al hecho. Hay que trabajar con la familia, pero también con la escuela, con los maestros. Uno, en identificar este tipo de señales, qué puede estar pasando con el niño. Y dos, en