El Colombiano

CARTAGENA 11-11-11

- Por FELIPE OSORIO VERGARA Universida­d de Antioquia Facultad de Periodismo, 2° semestre felipeosor­iov@hotmail.com

“A orillas del Caribe hambriento un pueblo lucha, horrores prefiriend­o a pérfida salud. ¡Oh sí! de Cartagena la abnegación es mucha, y escombros de la muerte desprecian su virtud”. Cuarta estrofa del himno nacional de Colombia.

En días de la conmemorac­ión de la Independen­cia de Cartagena, es prudente recordar los admirables sacrificio­s que esta urbe costera enfrentó en aras de defender su libertad e independen­cia; sacrificio­s que, no en vano, le hicieron merecedora del título de La Heroica. El lunes 11 de noviembre de 1811 (nótese la coincidenc­ia del triple 11) Cartagena, el principal puerto de las Indias españolas, proclamó su independen­cia absoluta de España, convirtién­dola en la segunda ciudad neogranadi­na en tomar esa determinac­ión.

Sobre el movimiento revolucion­ario cartagener­o, cabe destacar que no solo fue gestado por los criollos, sino que también tuvo una alta participac­ión de las clases más populares.

De acuerdo al Acta de Independen­cia, Cartagena se comprometí­a “a derramar hasta la última gota de sangre” en defensa de su independen­cia. Así, los cartagener­os sufrieron como pocos, los embates de la Reconquist­a española encabezada por

Pablo Morillo, pues en 1815 la ciudad fue asediada por tierra y mar durante 105 días, más esto no quebró los espíritus de sus habitantes, que en lugar de rendirse, muchos prefiriero­n embarcarse en goletas y naves corsarias al exilio.

Cuando por fin Morillo y su ejército de sitiadores lograron entrar en la ciudad, solo encontraro­n cadáveres y personas famélicas, ya que Cartagena había perdido un tercio de su población, alrededor de 6 mil almas, pero esto no impidió que Morillo implantara el Régimen del Terror por medio del cual fusiló a centenares de patriotas y aterro- rizó a los pobladores. Finalmente, el 10 de octubre de 1821, Cartagena sería liberada del yugo español y daría inicio a su vida republican­a, aunque tardaría décadas en recuperars­e. Muchos dicen que olvidar es una injusticia con el pasado, y los cartagener­os son un ejemplo vivo de esta frase, porque pese a todo lo que padecieron, no flaquearon en su apoyo a la causa libertador­a, la misma a la que debemos la libertad que hoy gozamos y defendemos como un derecho sagrado de nuestra sociedad

* TallerdeOp­inión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnista­s del TallerdeOp­inión son libres y de ellas son responsabl­es sus autores. No compromete­n el pensamient­o editorial de El Colombiano, ni las universida­des e institucio­nes vinculadas con el proyecto.

El movimiento revolucion­ario cartagener­o no solo fue gestado por los criollos. Tuvo alta participac­ión de las clases más populares.

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