Ese dolor ayuda
rados en silencio. Los hallazgos no sorprendieron a los musicoterapeutas en ese país. Y aunque en general no hay mucho reconocimiento hasta ahora, las cosas empiezan a cambiar.
Un ejemplo
En los Estados Unidos, el papel central desempeñado por la musicoterapia en la notable recuperación de Giffords, quien sufrió graves daños en el hemisferio izquierdo de su cerebro, ayudó a elevar el perfil de la especialidad. Sus lesiones la dejaron incapaz de hablar, pero con la ayuda de su musicoterapeuta pudo cantar lo que al principio eran pequeños fragmentos de canciones, y luego se convirtió en un repertorio. Lentamente, aprendió a cantar frases comunes, que llegaría a articular con el ritmo natural del habla.
Si bien la musicoterapia se ha concebido como una nueva técnica pionera, la disciplina, de hecho, tiene raíces mucho más profundas. “Hay referencias a que la música se usa terapéuticamente desde tiempos bíblicos”, dijo Wendy Magee, del programa de musicoterapia en la Universidad de Temple en Filadelfia, en una editorial de la revista médica The Lancet.
Magee explicó que en los últimos años del siglo XVIII hay personas capaces de cantar cuando no podían hablar, pero en la historia más reciente, la musicoterapia jugó un papel destacado en el tratamiento de los veteranos que regresaron de la Segunda Guerra Mundial con lesiones neurológicas.
Concetta Tomaino, directora ejecutiva y cofundadora de la disciplina moderna de la musicoterapia, dijo en la misma editorial que esta surgió del trabajo en varias áreas: medicina, psiquiatría y educación especial, y dentro de cada una de esas áreas se desarrollaron enfoques específicos para el uso de la música como
terapia o educación del Instituto de Música y Función Neurológica en Nueva York.
Con el término aplicado libremente por los medios de comunicación, dice Tomaino, cualquier persona que toque música en un entorno terapéutico se considera un terapeuta musical, “por lo que se puede ver por qué es tan difícil educar al público y a las agencias gubernamentales sobre el campo”, agrega.
Aún hay escépticos, los expertos dicen que se debe a que el término es tan incomprendido y, a menudo, generalizado a algo superficial como sentirse mejor después de escuchar su canción favorita