El Colombiano

LA ANGUSTIA DE LA MINISTRA

El Ministerio de Justicia se encuentra en la mitad de un híbrido institucio­nal y funcional. No tiene ascendenci­a real sobre los distintos sectores de la rama judicial, comenzando por las altas cortes.

- Por LUIS FERNANDO ÁLVAREZ J.* lfalvarezj@gmail.com

Es posible que la señora ministra de Justicia y del Derecho sienta angustia por la aparente falta de resultados de su gestión, especialme­nte en lo relacionad­o con el proyecto de reforma a la justicia. Conocemos a la doctora Borrero, sabemos de su dedicación y preocupaci­ón por los problemas de la justicia, no de ahora, sino de años atrás, en particular mientras se desempeñó con lujo de señorío y profesiona­lismo como directora de la Corporació­n Excelencia en la Justicia. Por estos y otros motivos, la ministra no debe sentir angustia; la falta de resultados tangibles en su labor, si es que se presenta, no obedece a un tema de capacidad personal sino a un asunto de desajuste institucio­nal.

Basta con hacer un pequeño recuento sobre la trayectori­a, integridad personal y competenci­a profesiona­l de los ministros de Justicia del gobierno anterior, para corroborar esta hipótesis. Juan Carlos Esguerra, ministro de Defensa, reconocido catedrátic­o y jurista de alto prestigio; Ruth Stella Correa, jurista con alto reconocimi­ento en la administra­ción de justicia, destacada magistrada del Consejo de Estado; Alfonso Gómez Méndez, Fiscal General, Procurador General, embajador y congresist­a; Yesid Reyes Alvarado, tratadista, litigante de alto prestigio, candidato a Fiscal, catedrátic­o en varias universida­des nacionales y extranjera­s, columnista; Jorge E. Londoño, experto en temas jurídicos, gobernador y senador de la República; y Enrique Gil Botero, tratadista, expresiden­te del Consejo de Estado, profesor universita­rio. Como puede observarse, los antecesore­s de la doctora Gloria María Borrero Restrepo tienen una altísima calificaci­ón personal y profesiona­l, con profun- dos conocimien­tos sobre los asuntos jurídicos.

Sin embargo, en términos de opinión ciudadana y trascenden­cia política, no se destaca su gestión. Ello se debe, no a circunstan­cias personales, sino a un serio desajuste institucio­nal. En efecto, el Ministerio de Justicia hace parte de la estructura de la Rama Ejecutiva, pero tiene que relacionar­se con la Rama Judicial, que lo siente como una agencia ajena, puesto que la dirección administra­tiva de la Rama Judicial está en cabeza de otros órganos, como el Consejo Superior de la Judicatura y la Dirección Ejecutiva.

El Ministerio se encuentra en la mitad de un híbrido institucio­nal y funcional. No tiene ascendenci­a real sobre los distintos sectores de la Rama Judicial, comenzando por las altas cortes. Carece de influencia directa sobre las facultades de Derecho, su reconocimi­ento y acreditaci­ón y sus planes de estudio. Además, en muchas ocasiones no se relaciona de manera directa con el Congreso de la República, porque sus iniciativa­s y discusione­s jurídicas suelen encomendar­se a otros ministerio­s, como sucedió en el gobierno anterior. Pero tampoco en un actor principal en la ejecución administra­tiva, puesto que el presupuest­o aprobado para la rama, se ejecuta bajo responsabi­lidad del Consejo Superior de la Judicatura.

En conclusión, parece necesario que cualquier proyecto de reforma a la justicia incluya un capítulo relacionad­o con el Ministerio de Justicia y del Derecho, pues mientras no se clarifique su perfil y el alcance de sus competenci­as, ningún ministro podrá desarrolla­r una gestión sobresalie­nte * Exmagistra­do y expresiden­te del Consejo de Estado.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia