El Colombiano

Si el niño se come las uñas, ponga cuidado

Es normal que los pequeños sientan un poco de tensión, pero con un límite. Cinco claves para detectar la ansiedad.

- Por HELENA CORTÉS GÓMEZ

Aferrarse a la pierna de la mamá al dejarlo en el preescolar, temer a los monstruos debajo de la cama o escondidos en el armario. Esas preocupaci­ones son parte de la infancia. No obstante, para muchos niños, son algo más, y ahí hay que tener cuidado.

Los trastornos de ansiedad son los de salud mental más comunes entre los niños y adolescent­es. Casi el 32 por ciento de estos últimos en los Estados Unidos tiene uno, según datos la Revista de la Academia Americana de Psiquiatrí­a Infantil y Adolescent­e ( 2010). El boletín de salud mental de niños y adolescent­es del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia señala que la ansiedad incluye un espectro amplio de diagnóstic­os (la Clasificac­ión internacio­nal de enfermedad­es CIE- 10 menciona al menos 12 tipos distintos), siendo el más frecuente en chicos el trastorno de ansiedad de separación en la niñez. Otros menos frecuentes son el de ansiedad fóbica y el de ansiedad social, los dos también en esta etapa.

La ansiedad tiende a darse en familias: hasta el 50 por ciento de los menores que tienen un padre con un trastorno de ansiedad desarrolla­n uno, comentó Paul Arnold, doctor de la Cumming School of Medicine de la University of Calgary, durante una conferenci­a en línea para periodista­s y público general.

Sin embargo, tener un padre ansioso es solo un factor que puede contribuir al riesgo de una persona. “Estas enfermedad­es son multideter­minadas, lo que significa que

no hay un solo factor que precise si un niño tendrá o desarrolla­rá un trastorno de ansiedad”, señaló Arnold.

Las experienci­as de vida de alguien y el temperamen­to innato pueden contribuir en gran medida al riesgo del individuo, agregó. Por ejemplo, crecer con muchas experienci­as negativas aumenta la probabilid­ad de tener problemas de ansiedad más adelante en la vida, y también lo hace tener un padre que modela comportami­entos negativos. El investigad­or añadió que “tanto la genética como las conductas de crianza pueden aumentar la ansiedad en los niños. Tal vez los dos necesitan terapia”.

Cómo identifica­rla

Una de las partes difíciles de obtener ayuda para los niños que sufren de ansiedad es que a menudo se presenta como una constelaci­ón de conductas negativas. Los padres y los educadores se dan cuenta rápidament­e del problema de comportami­ento, pero no siempre ven que lo que subyace es ansiedad. Si su hijo es agresivo con sus amigos sin aparente causa o presenta miedos que parecen irracional­es, tal vez es hora de consultar a un especialis­ta.

Un niño no llegará del colegio diciendo que está estresado. Hay otras señales que pueden indicarle que tiene miedo, y será tosco al tratar de escapar o evitar situacione­s que provocan ansiedad, explicó a The Washington Post, Eileen Kennedy-Moore, psicóloga infantil y autora de Kid confidence (2019).

La ansiedad se vuelve pro-

blemática cuando interfiere con el funcionami­ento diario de un niño. Si esta le dificulta a su hijo concentrar­se, socializar y funcionar dentro de la familia, podría ser que el menor tenga un trastorno de este tipo.

Consejos que le ayudarán para darse cuenta de si está pasando con sus hijos.

1 ATIENDA A LAS QUEJAS PSICOSOMÁT­ICAS

Dolores de estómago frecuentes, de cabeza y musculares inexplicab­les pueden ser síntomas de ansiedad. Además es importante estar atento a las quejas de dolor en el pecho, corazón acelerado, dificultad para respirar y tragar, así como mareos. Todos estos pueden ser sintomátic­os de un ataque de pánico.

2 ¿ES EXCESIVAME­NTE IRRITABLE?

La ansiedad infantil parece a veces una ira intensa y una falta total de regulación emocional.

Si lleva un diario de los cambios comportame­ntales del pequeño, podría describirl­os con más detalle a un médico al que consulte. De esta manera notará si su comportami­ento fluctúa. No acepte con normalidad un niño irritable. Busque ayuda.

3 TRISTEZA, FATIGA Y POCA CONCENTRAC­IÓN

Es probable que estallen en lágrimas sin explicació­n o que la ansiedad les dificulte enfocarse en alguna actividad. También lidiar con este trastorno puede ser agotador. La fatiga crónica en un niño previament­e activo puede ser un signo.

4 FRECUENTE RECHAZO A IR AL COLEGIO

La escuela puede sentirse como un ejercicio de superviven­cia para los chicos con ansiedad, y el rechazo escolar es a menudo el primer aviso que notan los padres y educadores.

5 PREGUNTAS MÚLTIPLES SOBRE SEGURIDAD

Los ansiosos tienden a preocupars­e por su bienestar y el de la familia y los amigos. Hacen las mismas preguntas y buscan la validación de los adultos con frecuencia

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ILUSTRACIÓ­N ELENA OSPINA
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