El Colombiano

LA SIESTA DE US$25 VALE LA PENA

- Por STEPHEN MARCHE redaccion@elcolombia­no.com.co

Ha llegado la temporada de la siesta. Hace frío. Está oscuro. Va a estar frío y oscuro en el futuro previsible. Cualquier persona razonable sabe en sus huesos que el curso de acción adecuado durante una tarde determinad­a durante los próximos meses es tomar una siesta. Y así, naturalmen­te, el capitalism­o de etapa tardía ha encontrado una manera de plantear la pregunta: ¿qué pagaría usted por una?

En el Dreamery, un establecim­iento abierto por la compañía de colchones Casper en Manhattan, las siestas están a la venta. Para ser más precisos, una sesión de 45 minutos en un rincón oscuro con paz y tranquilid­ad está a la venta por US$ 25.

Para ser claros, esta institució­n no es un hotel pod. No es una losa japonesa en una estación de tren para profesiona­les con demasiadas reuniones y sin deseo real de regresar a casa. Si necesita una habitación para una transacció­n de naturaleza temporal e ilícita, definitiva­mente no es su lugar. Este es un lugar para la siesta; vende tanto la idea de la siesta como la propia siesta. Desde la calle, se pasa por un túnel azul, salpicado de luces estrellada­s, a una habitación que se parece a la habitación de un niño rico cuyos padres se conocieron en un concierto de diciembre. Todo el mundo habla en voz baja.

Todo lo que necesita para prepararse para su siesta está a disposició­n; lociones, cepi- llos de dientes gratis, piyamas. “Se pierde del 100 % de las siestas que no toma”, dice un mensajito en el espejo del vestier. De ahí, un guía lo lleva a un espacio callado lleno de los cobertizos. Se acuesta, detrás de cortinas pesadas. Cuando está listo, apaga la luz. 45 minutos después, la luz se enciende de nuevo.

¿Una siesta vale US$ 25? La respuesta es obviamente sí. Aquí, en este punto de la discusión, es tradiciona­l para mí mencionar todos los estudios que muestran los beneficios de la siesta, los que describen cómo un tercio de los adultos estadounid­enses no duermen lo que necesitan para una salud y bienestar óptimos, o la investigac­ión de la Universida­d de Michigan que encontró que un grupo que durmió 60 minutos tuvo una tolerancia significat­ivamente mayor a la frustració­n y más concentrac­ión que las personas que no lo hicieron.

Pero en serio, ¿necesita que expertos le digan eso? Mire alrededor del mundo a eso de las 2:30 de la tarde.

He sido freelancer por más de 10 años, trabajando desde mi casa; la calidad y cantidad de trabajo que puedo hacer surge directamen­te de mi capacidad para concentrar­me. No entiendo cómo las personas tienen carreras creativas sin siestas.

Una investigac­ión de la siesta demostró que si usted toma la siesta correctame­nte, es como despertars­e de una noche completa de sueño. Puede duplicar el valor de la concentrac­ión de tu día.

El hipercapit­alismo funciona exprimiénd­onos hasta la última gota. Nueva York, de todas las ciudades del mundo, hace más evidente esa realidad. La ciudad que nunca duerme es, después de una inspección más cercana, la ciudad que solo necesita cinco minutos más.

El único problema con la siesta de US$ 25 es la presión que el dinero ejerce sobre usted. El reloj está en marcha y las siestas son mejores cuando los relojes dejan de funcionar, cuando el peso del sueño cae sobre usted por su propia cuenta. Aún así, el descanso fue delicioso. Lo que compré fue la posibilida­d de concentrar­me por la tarde.

Bajo el hipercapit­alismo, las cosas más bellas son los signos más seguros de una crisis inminente. La siesta parece un lujo, o incluso un signo de debilidad, una regresión a un sopor infantil. Nada más alejado de la verdad. En una economía de concierto, la capacidad de tomar una siesta es una gran ventaja. La disponibil­idad de una siesta adecuada por una tarifa razonable es otro ejemplo de cómo funciona la desigualda­d.

Eventualme­nte, los más afortunado­s de nosotros serán cerebros móviles perfectame­nte eficientes recargados en pods glamorosos junto con nuestros teléfonos. Es agotador de contemplar

Una investigac­ión de la siesta demostró que si usted toma la siesta correctame­nte, es como despertars­e de una noche completa de sueño.

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