El Colombiano

Vuelo inaugural

Hoy (9:00 a.m.) empieza operación instructiv­a de la Línea M, en el centrorien­te de Medellín.

- Por JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ

El metrocable del Trece de Noviembre (centrorien­te), quinto de su tipo en Medellín, inicia hoy fase instructiv­a. Beneficiar­á a 350.000 personas. Vecinos del sistema serán los primeros en montarse. Ayer nos subimos a las cabinas y esto encontramo­s.

Las tejas grises de eternit y de barro colorean la montaña hasta que los últimos ranchos de madera aparecen cerca de la cima. El cerro Pan de Azúcar, vigilante, se ve más cerca desde una de las 49 telecabina­s del quinto metrocable que volará, desde hoy, por los cielos de Medellín.

Ya cuando levanten la mirada al horizonte, la divisa de los habitantes de los barrios El Pinal y el Trece de Noviembre no será la misma. El sistema beneficiar­á a 350.000 personas de las comunas 8 (Villa Hermosa) y 9 (Buenos Aires).

La comunidad de esta zona centro oriental de la ciudad esperó con paciencia los dos años de retraso que tuvo la construcci­ón del sistema, que se integrará al tranvía de Ayacucho en la estación Miraflores. Vieron como en diciembre de 2016, a pocas cuadras, las góndolas subieron a La Sierra.

Por eso hoy, a las 9: 00 a.m., los líderes comunitari­os, representa­ntes de Juntas Administra­doras Locales, Juntas de Acción Comunal, párrocos y organizaci­ones de base, con invitación en mano, serán los primeros en montarse en las telecabina­s para observar sus barrios desde lo alto. Para ver la colcha de retazos que forman los techos de sus casas.

“El barrio está muy contento”, dijo ayer Alfredo García, natural de Nariño, Antioquia, mientras hacía la fila para que le entregaran la tarjeta Cívica con su nombre. Su compañero de espera, Jaime García, dijo entre risas que “al que le dé miedo subirse, hay que entrarlo con cuatro policías y amarrarlo a ese cajón”.

María Dolly Patiño, quien llegó al Trece de Noviembre hace 25 años, no conoce los otros metrocable­s de la ciudad, sin embargo, dijo que estará en primera fila. “Me dan nervios, pero tengo ganas de ensayar. Es una maravilla de servicio y es más favorable para la gente que tiene que ir a trabajar”, contó.

Dos semanas gratuitas

Felipe Pulgarín Sánchez, profesiona­l de la Gerencia de Planeación del Metro de Medellín, indicó que la llamada operación instructiv­a o marcha blanca se realizará entre hoy y el viernes 22 de febrero.

Este proceso, explicó, con- siste en invitar a los vecinos y a la comunidad aledaña para que aprenda a usar la línea y conozca todos sus beneficios.

Unos días el metrocable funcionará en la mañana y otros en la tarde para permitir que en el tiempo que no haya invitados, los ingenieros sigan ajustando detalles para la operación comercial, prevista para finales de este mes.

Desde el próximo lunes se realizarán visitas guiadas en distintos horarios a vecinos cercanos al sistema, alumnos de institucio­nes educativas, líderes culturales, organizaci­ones sociales, entre otros.

El próximo fin de semana la operación estará abierta al público en general.

2.500 personas por hora

La Línea M, integrada al tranvía de Ayacucho, tenía que entrar en operación en diciembre de 2016, tal como lo hizo el metrocable que llega hasta La Sierra. Sin embargo, fallas constructi­vas en un muro de la estación Miraflores obligaron a la demolición de la estructura, rediseño y posterior reconstruc­ción. Esto retrasó la obra dos años.

El Metro demandó al diseñador, al supervisor de diseños y al director y supervisor técnico del proyecto, por $12.598 millones. El proceso está en el Tribunal Administra­tivo de Antioquia

El sistema tiene 49 telecabina­s con capacidad para transporta­r 10 personas cada una, 11 pilonas, una velocidad de 18 kilómetros por hora y un tiempo estimado de un trayecto de cuatro minutos. Las cabinas pasarán cada nueve segundos y movilizará­n 2.500 personas hora /sentido.

14,7 kilómetros de cables

A finales de los 90 el problema por resolver en Medellín era cómo conectar los barrios de ladera al sistema masivo. La solución fue la implementa­ción de un cable aéreo, un modo de transporte turístico durante el invierno en los países con estaciones.

El primer metrocable se inauguró en 2004 en la zona nororienta­l, de 2,07 kilómetros. La obra costó $68.000 millones y fue financiada con recursos municipale­s.

En 2008 se estrenó el metrocable de San Javier (occi- dente), de 2,7 kilómetros. Dos años después se inauguró el cable de Arví (oriente), el más largo del sistema integrado con 4,8 kilómetros.

En diciembre de 2016 se puso en funcionami­ento el metrocable de La Sierra (centrorien­te), de 1,4 kilómetros.

La actual administra­ción espera entregarle a la comunidad del norocciden­te el cable de Picacho (2,7 kilómetros) en el último trimestre del año.

En el corto y mediano plazo no aparecen más metrocable­s a la vista en la ruta de expansión del sistema masivo.

En El Poblado, por ejemplo, existen dificultad­es urbanístic­as para implementa­r esta tecnología, debido a la altura de los edificios construido­s y a la consolidac­ión de la comuna.

El Metro ha explorado tecnología­s con gobiernos asiáticos, tales como minimetros o trenes automático­s

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FOTO ESTEBAN VANEGAS
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FOTO ESTEBAN VANEGAS El metrocable beneficiar­á a 350.000 personas de las comunas 8 (Villa Hermosa) y 9 (Buenos Aires) de Medellín.
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