EE. UU. PUEDE AYUDAR A SOLUCIONAR LA CRISIS VENEZOLANA AL NO INTIMIDAR
el primer paso hacia cualquier tipo de negociación. Esta es una partida de previos intentos diplomáticos para establecer un diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición. El esfuerzo en Uruguay esta semana por solicitud de la Unión Europea abre una nueva ventana para una resolución pacífica.
Esto significa que Guaidó y la Asamblea Nacional convocarían a elecciones lo más pronto posible, bajo supervisión internacional, con nuevas autoridades electorales y supervisados por un gobierno neutral.
Existe un consenso entre las naciones europeas y latinoamericanas de que la administración de Trump debe desempeñar un papel tan discreto como sea posible, incluso aunque Washington ha ayudado a orquestar gran parte de lo que ha ocurrido en las últimas semanas. Sin embargo, muchos en América Latina y Europa creen que no importa cuán bajo perfil mantenga Washington, sus motivos son cuestionables. Si Trump está involucrado, todos los demás deberían estar por fuera, dicen. El escepticismo es comprensible teniendo en cuenta el historial de Estados Unidos en América Latina desde Guatemala en la década de 1950 hasta Honduras en la década de 2000.
Si Maduro deja la presidencia, será gracias a los cientos de miles de venezolanos que salieron a las calles poniendo en riesgo sus vidas, a los militares que se negaron a dispararles, a los gobiernos latinoamericanos quienes han estado presionando para que suceda en el transcurso del último año y medio, y a los países de la Unión Europea que también quieren que Maduro se vaya. Estados Unidos es un factor, pero no uno decisivo.
Algunas encuestas sugieren que una mayoría de venezolanos daría la bienvenida a una intervención militar americana para remover a Maduro y poner fin a su pesadilla.
Hasta ahora, Washington y la administración Trump han jugado sus cartas sorprendentemen- te bien, con una implementación de iniciativas ordenada y bien pensada. Aparte de algunas amenazas innecesarias por parte de la Casa Blanca, el gobierno ha demostrado ser notablemente discreto y, con suerte, esta pre- caución durará. EE. UU. no debe entregar ayuda humanitaria directamente a Venezuela. Es una cosa que Washington proporcione la asistencia, y es otra cosa que se involucre en entregarla adentro de Venezuela. Washing- ton debería simplemente motivar, organizar y financiar.
Las sanciones que impuso a la empresa estatal de energía de Venezuela, Pdvsa, son suficientes. Según Guaidó y otras fuentes, US$ 20 millones en medicamentos y alimentos estadounidenses se descargarán en las afueras de territorio venezolano en Cúcuta, Colombia; Brasil, y en una isla caribeña, ya sea Aruba o Curazao, cerca de la costa venezolana.
Oficiales militares venezolanos y tropas en exilio luego transportarán estos suministros a Venezuela, donde si todo sale bien, tropas del ejército que aún le son fieles a Maduro, no detendrán su paso ni les dispararán. Si lo hacen, los gobiernos de Brasil y Colombia podrían estar dispuestos a apoyar a los soldados en contra de Maduro. La amenaza de un tiroteo con sus vecinos podría ser el incentivo que los militares venezolanos necesitan para deshacerse de Maduro, haciendo que la realidad del combate sea innecesaria
Si Maduro deja la presidencia, será gracias a los cientos de miles de venezolanos que salieron a las calles poniendo en riesgo sus vidas.