Mala señal en la calidad del aire en el Valle de Aburrá
Contraloría alertó por los efectos de la contaminación en la salud. El lunes inicia pico y placa ambiental.
Amaneció ayer con mayor concentración de partículas contaminantes, según 13 estaciones del Siata. Además, informe de la Contraloría relaciona esta situación con número de muertes por enfermedades respiratorias.
De nuevo la bruma cubrió las montañas de Medellín. Ayer 13 de las 18 estaciones que monitorean la calidad del aire en el Valle de Aburrá amanecieron en indicador naranja —dañino para grupos sensibles (niños, ancianos, personas con enfermedades respiratorias)—.
Los radares ubicados en Itagüí, El Poblado en Medellín, Girardota y La Estrella, eran los que presentaban la mayor concentración de partículas contaminantes (PM2.5).
A las 6:00 p.m. el panorama había cambiado y solo dos estaciones, una en Aranjuez y otra en Caldas, continuaban en naranja. Las demás habían bajado a amarillo, que indica que la cantidad de contaminantes presentes en la atmósfera es moderada.
Andrés Pareja López, director de la Unidad de Toxicidad Invitro de la Universidad CES, explicó que durante el día el cielo se despejó y salió el sol, lo que favoreció que las partículas contaminantes subieran y se dispersaran.
El experto afirmó que el aire está contaminado y que el problema no es nuevo para la región. “Lo que ocurre estos días se debe a varios factores: la geografía de valle estrecho, y la formación de una “tapa” con las nubes, que se genera en la transición de temporada seca a lluviosa y que hace que los contaminantes se concentren”, dijo.
María del Pilar Restrepo, subdirectora Ambiental del Amva, confirmó que la transición de temporada seca a lluviosa obligó a iniciar la gestión de episodios de contaminación, que consiste en hacer un seguimiento permanente a las estaciones de calidad del aire.
“Tenemos baja dispersión de contaminantes”, confirmó la funcionaria, y agregó que los protocolos se mantendrán activos hasta el próximo 12 de abril, cuando se estima que la transición climática finalice.
La primera medida para frenar la concentración de partículas contaminantes es la extensión del pico y placa, que comienza a regir el próximo lunes (ver Paréntesis).
La segunda es el aumento de controles a la industria y la prohibición de realizar mantenimiento preventivo a equipos de control de emisiones atmosféricas.
Efectos en la salud
Y mientras las autoridades ambientales explicaban los cambios en la estaciones del aire, un informe de la Contraloría de Medellín, que se conoció ayer, afirma que entre 2011 y 2016 murieron 22.922 personas por causas asociadas a enfermedades respiratorias agudas (E.R.A).
El estudio llamado “Cuantificación física y económica del impacto de la contaminación atmosférica en salud de la población de Medellín”, correlaciona las muertes por E.R.A con la exposición a la contaminación, especialmente por partículas PM 2.5.
María Victoria Arias, profesional especializada del Centro de Investigaciones de la Contraloría, aseguró que en el estudio se hizo una georreferenciación de los sitios donde había mayor cantidad de casos de E.R.A y se analizó cómo era la movilidad en esos sitios.
“La Organización Mundial de la Salud dice que hay relación entre la exposición a altas concentraciones de esas partículas (PM2.5) con morbilidad y mortalidad a mediano y largo plazo”, por enfermedades cerebrovasculares y cardiopulmonares.
La funcionaria lanzó una alerta porque, según los datos analizados por su equipo entre 2011 y 2016, en cinco estaciones de monitoreo se detectaron 3.593 momentos en los que la cantidad de partículas contaminantes presentes en el aire superaba los límites permitidos (50 microgramos
por metro cúbico).
Claudia Arenas, secretaria de Salud de Medellín, le pidió a la Contraloría mayores detalles del informe, que fue elaborado por expertos ambientales y no en salud, pues considera que puede haber un sesgo de información.
“No todas las personas que se murieron de un infarto o a causa de una E.R.A. fallecieron por contaminación. Es imposible calcular cuántas personas se mueren por contaminación, porque hay factores de riesgo adicionales que pueden ir desde asuntos genéticos hasta malos hábitos como fumar”, dijo