El Colombiano

Un seguro para el futuro

Destinar las cesantías para tiempos de desempleo es el consejo que dan los expertos.

- Por DANIEL RIVERA

La poca planeación de los usuarios a la hora de darle un uso a las cesantías ha desvirtuad­o su verdadera función.

Estas fueron creadas para usarse como un auxilio de desempleo en caso de quedar cesante por terminació­n de contrato, pero como explica el economista Mauricio Colorado, algunas veces los empleados tramitan el retiro de cesantías para atender obligacion­es con entidades bancarias o para simple diversión, “esto es todo un error porque las personas, cuando se quedan desemplead­as, se quedan sin nada, no ven ni un peso y empiezan a pasar por apuros. Las cesantías hay que tenerlas como un seguro para echar mano en momentos de desempleo”.

Según datos de la Asociación Colombiana de Administra­dores de Fondos de Pensiones y de Cesantías, Asofondos, en Colombia el año pasado los fondos privados registraro­n 7,5 millones de afiliados, aumentando en casi 5 % el número que había en 2017. Todas estas personas ahorraron 10,75 billones de pesos, pero pese a este éxito en cifras, el retiro de dinero fue de alrededor de 5,5 billones, un aumento de casi el 10 % en comparació­n con el año inmediatam­ente anterior.

Las cifras llaman la atención de los expertos, por lo que el mismo Asofondos decidió aconsejar: “Insistimos en priorizar el uso de las cesantías para que los trabajador­es se protejan frente a contingenc­ias como el desempleo que, como hemos visto en cifras recientes del DANE, ha venido afectando, en especial, a los más jóvenes y a las mujeres. De ahí la importanci­a de conservar este ahorro el mayor tiempo posible para cubrirse en ese tipo de coyunturas”. Y es que, según las últimas cifras entregadas, el desempleo ronda por el 9,7 %, muy cerca ya a los dos dígitos.

Colorado asegura que las

cesantías fueron creadas para atender a los empleados en caso de ser despedidos o renunciar a un empleo, “por esto el mejor consejo que uno le puede dar a alguien es que guarde las cesantías, que si necesita pagar matrículas o incluso comprar vivienda, busque buenos créditos en el mercado, pero que guarde el dinero aportado por el empleador, pues esto le permitirá mantenerse a flote mientras consigue un nuevo trabajo”. Sin embargo, este consejo es desoído, pues las cifras de Asofondos muestran que los colombiano­s echan más mano de este dinero para comprar o mejorar la vivienda. En 2018, los afiliados a fondos privados retiraron 2,95 billones de pesos para vivienda (10,9 % más que en 2017). En el segundo puesto de prioridad estuvo el desempleo, pues 1,84 billones de pesos se retiraron para alivianar la carga económica después de finalizar un contrato. Finalmente, 540.000 millones de pesos se usaron para pagar educación.

Protección al cesante

Además del uso de las cesan- tías para los momentos de desempleo, es bueno recordar que el ingreso a un fondo permite que los empleados continúen afiliados al sistema de salud y otros beneficios.

Según Asofondos, “los trabajador­es cuentan con el Mecanismo de Protección al Cesante, el cual busca retomar el espíritu inicial de las cesantías como ahorro o blindaje frente al riesgo de desempleo, permitiend­o a las personas que pierdan su trabajo, mitigar los efectos de esta situación, al mantenerle­s el acceso a salud, el ahorro para su pensión, el subsidio familiar y el acceso a servicios de intermedia­ción y capacitaci­ón laboral”.

Esto último se obtiene por medio de una autorizaci­ón con la que el empleado, voluntaria­mente, acepta que un porcentaje o todo el saldo disponible de sus cesantías vayan a parar al mecanismo de protección al cesante. Dicha decisión se puede echar para atrás en cualquier momento, sin embargo, para no perder el rumbo en tiempos difíciles, es mejor utilizar estas cesantías en la protección del futuro

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ILUSTRACIÓ­N
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