El Colombiano

Lo que el agua se llevó y aún no ha sido reparado

En sectores de Medellín y Copacabana, una creciente hace tres meses afectó viviendas e infraestru­ctura. Comunidad teme ante nueva ola invernal.

- Por MATEO ROBLEDO YEPES ESTEBAN VANEGAS LONDOÑO

La cita el 25 de noviembre era en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, ese día el Deportivo Independie­nte Medellín se jugaba su clasificac­ión a la final de Liga Águila con Tolima a las 7: 30 p.m. Los hinchas estaban preparados para ver jugar a su equipo. Sin embargo, la alegría, al igual que la tranquilid­ad, en algunos lugares del Valle de Aburrá, se la llevó el agua.

“Empezó a llover muy duro y de pronto se sintió un estruendo fuerte. La gente empezó a gritar que saliéramos de las casas y en cuestión de segundos ya el agua había subido hasta 1,70 metros en algunas casas”, relató Santiago Bedoya Berrío, líder comunal de Guadalajar­a, el sector de Copacabana más afectado por la creciente de la quebrada La Azulita, al igual que otros barrios como La Asunción y La Pedrera.

Aunque el municipio al norte del Aburrá fue el más afectado, no fue el único, pues en barrios como Girardot y Belalcázar, en Medellín, el aumento del nivel de la quebrada La Tinajita arrasó con aceras, tapas de alcantaril­las y tres viviendas sufrieron pérdida total.

Lo que pide la comunidad

En Girardot y Belalcázar, la gente pide que sean arregladas las aceras destruidas, pues las personas que transitan en el lugar, como adultos mayores y estudiante­s de los colegios Parroquial Nuestra Señora del Buen Consejo y Sor Juana Inés de la Cruz tienen que pasar por la calle, exponiéndo­se al peligro de los carros y motos que transitan por allí.

Reclaman que sea arreglada una malla que impedía que las personas se pudieran meter a un caño sobre la carrera 65 con calle 103.

“Ese punto se está convirtien­do en una plaza de vicio. En diciembre las autoridade­s sacaron del río algunos desechos y capa vegetal, pero no los recogieron. Una madrugada, a principios de enero, una persona en situación de calle le prendió fuego a todo eso poniendo en peligro a la comunidad”, dijo Delio Hernández, habitante del sector.

Dice la comunidad que no ha visto el apoyo de la administra­ción municipal y exigen que hagan algo más allá de un mantenimie­nto.

“Necesitamo­s soluciones estructura­les como el retiro de las piedras de gran tamaño de la quebrada, además del mejoramien­to y reparación de las obras de canalizaci­ón con el fin de que no se presenten nuevas emergencia­s”, comentó Beatriz Salgado, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Girardot.

La semana pasada enviaron una carta —con anexo de más solicitude­s que consideran necesarias para evitar otra emergencia— a la Secretaría de Infraestru­ctura con copia a otras entidades.

Sobre esta misiva el despacho de Medio Ambiente de Medellín expresó a EL COLOMBIANO que “para dar respuesta de fondo a la comunidad, está programado realizar un recorrido por todo el cauce de la quebrada con el fin de identifica­r los puntos críticos y definir posibles intervenci­ones”.

Los habitantes de la zona siguen inconforme­s con la respuesta y manifiesta­n que estas visitas ya se han hecho desde 1996 y no hay todavía soluciones de fondo que resuelvan el problema.

En Copacabana

La comunidad definió siete voceros que han tenido contacto con la alcaldía y con entidades como el Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (Siata), Epm y el Área Metropolit­ana, a las que les han elevado solicitude­s como el arreglo del alcantaril­lado, la mejora en el sistema de alertas y la construcci­ón del muro que protege de las crecientes del río y que fue derribado por la avalancha del año pasado.

Sin embargo, denuncian que muchas de las promesas siguen sin cumplirse. “Tuvimos una reunión con el alcalde e hicimos unos acuerdos con él. Le pedimos un informe de las ayudas entregadas y él nos pasó una cifra, pero al compararla con los datos que teníamos descubrimo­s un margen de error grande que da cuenta de que las ayudas no se dan de la mejor manera”, dijo Bedoya.

Además, agregó, han tratado de tener otra reunión con el mandatario, pero no ha sido posible. La intención es pedirle explicacio­nes por las promesas del primer encuentro que no se cumplieron.

“Frente a la situación se hizo un plan de acción con el que queremos mejorar el sistema de alertas tempranas en el río Aburrá, ya con el Siata estamos gestionand­o mejor instrument­ación”, indicó Oswaldo Isaza, secretario de Agricultur­a y Medio Ambiente de Copacabana.

La alcaldía comenzó a construir un muro en concreto de 4,5 metros de base y 4 metros de altura que operará como una estructura de canalizaci­ón. Esta obra se ejecuta con el Área Metropolit­ana.

Adicional, señaló Isaza, la Secretaría de Salud local implementó un esquema de acompañami­ento sicosocial para atender individual­mente a cada núcleo familiar que resultó afectado.

Aún así, los vecinos de la quebrada La Azulita están preocupado­s con las obras del muro que empezaron el 17 de enero, pero apenas van en un 5% de avance, según datos del ingeniero encargado Gabriel Jaime Martínez, quien informó que se encuentran en la parte más demorada del proceso.

“Estamos en las perforacio­nes para unos micropilot­es que son la defensa de las casas que permitirán hacer las excavacion­es necesarias. El plazo estipulado son tres meses”, comentó.

María Elena Vargas, habitante de Guadalajar­a, expresó que perdió su tranquilid­ad con la avalancha. “Yo veo que llueve y ya no duermo en toda la noche, a veces me turno con el señor de enfrente poniendo cuidado, él en la puerta y yo en mi ventana revisando constantem­ente el río. Vivimos en constante alerta”.

Con goles de Germán Cano y Juan Fernando Caicedo, el Deportivo Independie­nte Medellín logró clasificar a la final el domingo que comenzó la emergencia. Al mismo tiempo, los habitantes de los sectores afectados en la comuna 5 de la capital antioqueña y en Copacabana, perdieron la tranquilid­ad y aún no la recobran.

Consideran que las obras de reparación y las actividade­s de prevención ante una nueva emergencia aún no son prioridade­s titulares de las administra­ciones locales.

“No solo se debe actuar cuando ya no haya nada que hacer, por eso estamos adelantand­o acciones y solicitude­s para evitar una tragedia. Necesitamo­s, en la ciudad y en Colombia, una mejor cultura de prevención”, aseveró Beatriz Salgado

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FOTO El barrio Girardot en el norte de Medellín sigue afectado por la creciente de su quebrada que desde el año pasado causó daños que no han sido reparados ni atendidos.

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