Vuelo del Cóndor “enloqueció” Las Palmas
El ganador de la última etapa del Tour Colombia, fue ovacionado por el público.
“Los jóvenes vienen creciendo a pasos agigantados y van a dar qué hablar en diferentes escenarios. Se muestran muy fuertes”.
Ese final vibrante y majestuoso, de tensión y cargado de emoción con que terminó el Tour Colombia 2.1 ayer en el alto de Las Palmas es para no olvidar. En la retina de los aficionados que, desde bien temprano, se instalaron a lado y lado de la subida, desde San Diego hasta el punto de meta, permanecerá como una de esas películas que uno quiere ver una y otra vez. Y no pasará al libro de los recuerdos como cualquiera otra etapa disputada allí.
La multitud que acompañó a los ciclistas a lo largo de los 17 kilómetros finales de subida fue el condimento más querido para los corredores de una fracción en la que las principales figuras del ciclismo colombiano brindaron una batalla digna de cualquiera de las tres grandes, como lo certificó el propio Egan Bernal, en meta, cuando comparó esta sexta etapa de la competencia en Medellín con una del Tour de Francia, y sin exagerar, dijo.
El grito de aliento que el público le brindó a Nairo Quintana... “Nairo, Nairo, Nairo” ni siquiera se lo llegó a imaginar el justo ganador de la fracción de 173.8 kilómetros desde El Retiro, quien expresó, luego del reposo, que había sentido un frío recorriéndole todo el cuerpo al escuchar el fervor de los antioqueños. A tal punto que, seña- ló, se le erizó la piel.
“Cada pedalazo que daba, lo hacía con toda la energía que tenía, y la piel se me erizaba al ver esta linda gente y escuchar sus gritos que me impulsaron a seguir hacia arriba dando la pelea”.
Fueron muchos sentimientos encontrados, exprimiendo hasta el final lo que quedaba. Así reveló, el ciclista boyacense, lo que fueron esos últimos kilómetros, incomparables y cargados de una adrenalina singular, como el mejor regalo que ese puñado de ciclistas les pudo dar a los antioqueños y a quienes seguían la transmisión por televisión.
“Fue muy emocionante y más aún ver la alegría de toda esta linda afición”, apuntó.
El nacido en Cómbita, Boyacá, parecía estar viviendo un sueño. Acostumbrado a estar en Europa, se asombró porque durante el recorrido de los 824 kilómetros de que constó la 2.1, siempre sintió el calor de la gente que lo quiere y admira aquí en la tierra de antioqueños de la talla de Rigo Urán y Fernando Gaviria, entre otros.
“Lo que se ha vivido acá y en toda la carrera, ha sido impresionante, algo increíble, para no olvidar. Tremendo, no hay otra palabra. Me imagina- ba la meta espectacular y una foto para enmarcar”.
Todo ese esfuerzo, así no pensaran que iba a ser tan dura la carrera, valió la pena, por los recibimientos que tuvieron en cada uno de los municipios que pasaron.
“Una carrera que no espe-