El Colombiano

Así le hablan al oído al presidente Duque

Cinco de los 16 consejeros de la Presidenci­a reflexiona­n especialme­nte sobre asuntos relacionad­os con la paz y el posconflic­to.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M.

Actualment­e hay cinco hombres detrás de las decisiones del presidente Iván Duque en temas de paz. Ellos han logrado impregnar sus ideas en las determinac­iones del mandatario que van desde cerrar las puertas a las negociacio­nes con el Eln, hasta objetar la ley estatutari­a de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP), y sus opiniones podrían convertirs­e en un derrotero para los tres años largos que quedan del periodo presidenci­al.

En todos hay gran lealtad por el mandatario, prácticame­nte en cada frase dicen su nombre en una forma de reivindica­rlo como la cabeza del Estado y, a su vez, han sido premiados con una mayor competenci­a, como es el caso de Francisco Barbosa, que además de consejero en Derechos Humanos asume en los asuntos internacio­nales, lo que le da más visibilida­d, tanto así que explicó ante los embajadore­s la decisión de Duque de objetar la JEP.

La paz y el posconflic­to

Al cargo del Alto Comisionad­o para la Paz, ostentado por Miguel Ceballos, le asignaron otras funciones como la legalidad, la convivenci­a y el desminado humanitari­o, lo que a juicio de Alejo Vargas, director del Centro de Pensamient­o y Seguimient­o a los Diálogos de Paz, es apenas lógico porque si no hay conversaci­ones con grupos armados activas no hay razón de ser para el cargo, así esté incorporad­o en la Constituci­ón Política.

Funcionari­os y exempleado­s de la Oficina del Alto Comisionad­o para la Paz le contaron a EL COLOMBIANO que Ceballos es de una línea dura uribista, de ahí que haya vuelto a catalogar al Eln como terrorista, y que confía mucho en sus asesores. En su oficina todo lo que olía al gobierno pasado fue desechado.

“Ceballos no tiene un poder real sino mediático y no logra zafarse del secuestro, ahí es monotemáti­co, lo que lo convierte más en un obstácu-

lo que en una solución”, explicó el experto en conflicto armado, Víctor de Currea-Lugo. Su polo a tierra es Jorge

Mario Eastman, secretario general de la Presidenci­a, quien conoce al Eln y ha sido de una posición más conciliado­ra, inclusive, asisten juntos a muchas reuniones que tienen que ver con la posibilida­d de diálogos de paz. En una de ellas estuvo De Currea- Lugo quien afirmó que Eastman es un legítimo interlocut­or a favor de la paz, “lo que no es claro es el peso específico que tenga a la hora de tomar decisiones”.

Esto porque de acuerdo con el analista, quien tiene, como se dice popularmen­te, “la sartén por el mango” es el expresiden­te Álvaro Uribe, quien envió al excongresi­sta

Everth Bustamante a La Habana a buscar un acercamien­to con la delegación del Eln y después envió mensajes a través de la exsenadora Piedad Córdoba.

Quien está haciendo bien la tarea, según Vargas, es Emi

lio Archila, consejero para la estabiliza­ción y la consolidac­ión. “Aunque es el que tiene menos trayectori­a en la función pública, es el que ha estado planteando con mayor seriedad los temas de reincorpor­ación y, para mí, es el funcionari­o de mayor credibilid­ad y el que manda los mensajes más precisos. Si bien se compromete solo con algunas par- tes de la implementa­ción, transmite que hay seriedad en lo que se compromete”, dice.

Sin embargo, todos los reclamos del partido Farc terminan en Archila, a quien acusan de acabar con el Plan Nacional de Sustitució­n de Cultivos Ilícitos, de engañar a los excombatie­ntes con pagos que se demoran y de no desembolsa­r los recursos para los proyectos productivo­s. Falta la mano dura De acuerdo con el coronel (r)

Jhon Marulanda, el presidente Duque ha fallado en no tener en esos cargos, incluido el Ministerio de Defensa, a oficiales retirados de gran experienci­a, “porque son individuos que además de estar académicam­ente preparados tienen la experienci­a de lidiar con esos bandidos en las situacione­s que se están viviendo ahora”.

Esa es una problemáti­ca que junto a él han advertido varios militares retirados.

“Una cosa es hablar de seguridad nacional en una academia y otra cuando uno ha estado disponiend­o las tro- pas y los cañones para hacer efectiva la seguridad nacional, eso debe ir implementa­do por civiles y militares que al final del día son los que ponen el pecho”, añadió, al recalcar que no tiene ninguna diferencia personal con el consejero en Seguridad Nacional, Rafael Guarín.

En fin, el grupo de consejeros lo conforman profesiona­les con una fuerte formación académica, algunos amigos del presidente y otros amigos de sus aliados. El espectro va desde el más moderado que es su secretario general Jorge Mario

Eastman hasta el más radical de derecha que es Rafael Guarín.

También es un equipo coherente, que no ha ido más allá de ejecutar las promesas de campaña que ellos mismos ayudaron a construir el año pasado, desde que la de

Iván Duque era apenas una de las cinco propuestas del Centro Democrátic­o.

Ahora desde el poder, aconsejan al jefe de Estado cómo hacer cara al tema más complejo, ese asunto que dividió al país hace tres años para el plebiscito y que lo sigue dividiendo hoy en día: la paz ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia