Así le hablan al oído al presidente Duque
Cinco de los 16 consejeros de la Presidencia reflexionan especialmente sobre asuntos relacionados con la paz y el posconflicto.
Actualmente hay cinco hombres detrás de las decisiones del presidente Iván Duque en temas de paz. Ellos han logrado impregnar sus ideas en las determinaciones del mandatario que van desde cerrar las puertas a las negociaciones con el Eln, hasta objetar la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), y sus opiniones podrían convertirse en un derrotero para los tres años largos que quedan del periodo presidencial.
En todos hay gran lealtad por el mandatario, prácticamente en cada frase dicen su nombre en una forma de reivindicarlo como la cabeza del Estado y, a su vez, han sido premiados con una mayor competencia, como es el caso de Francisco Barbosa, que además de consejero en Derechos Humanos asume en los asuntos internacionales, lo que le da más visibilidad, tanto así que explicó ante los embajadores la decisión de Duque de objetar la JEP.
La paz y el posconflicto
Al cargo del Alto Comisionado para la Paz, ostentado por Miguel Ceballos, le asignaron otras funciones como la legalidad, la convivencia y el desminado humanitario, lo que a juicio de Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Diálogos de Paz, es apenas lógico porque si no hay conversaciones con grupos armados activas no hay razón de ser para el cargo, así esté incorporado en la Constitución Política.
Funcionarios y exempleados de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz le contaron a EL COLOMBIANO que Ceballos es de una línea dura uribista, de ahí que haya vuelto a catalogar al Eln como terrorista, y que confía mucho en sus asesores. En su oficina todo lo que olía al gobierno pasado fue desechado.
“Ceballos no tiene un poder real sino mediático y no logra zafarse del secuestro, ahí es monotemático, lo que lo convierte más en un obstácu-
lo que en una solución”, explicó el experto en conflicto armado, Víctor de Currea-Lugo. Su polo a tierra es Jorge
Mario Eastman, secretario general de la Presidencia, quien conoce al Eln y ha sido de una posición más conciliadora, inclusive, asisten juntos a muchas reuniones que tienen que ver con la posibilidad de diálogos de paz. En una de ellas estuvo De Currea- Lugo quien afirmó que Eastman es un legítimo interlocutor a favor de la paz, “lo que no es claro es el peso específico que tenga a la hora de tomar decisiones”.
Esto porque de acuerdo con el analista, quien tiene, como se dice popularmente, “la sartén por el mango” es el expresidente Álvaro Uribe, quien envió al excongresista
Everth Bustamante a La Habana a buscar un acercamiento con la delegación del Eln y después envió mensajes a través de la exsenadora Piedad Córdoba.
Quien está haciendo bien la tarea, según Vargas, es Emi
lio Archila, consejero para la estabilización y la consolidación. “Aunque es el que tiene menos trayectoria en la función pública, es el que ha estado planteando con mayor seriedad los temas de reincorporación y, para mí, es el funcionario de mayor credibilidad y el que manda los mensajes más precisos. Si bien se compromete solo con algunas par- tes de la implementación, transmite que hay seriedad en lo que se compromete”, dice.
Sin embargo, todos los reclamos del partido Farc terminan en Archila, a quien acusan de acabar con el Plan Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos, de engañar a los excombatientes con pagos que se demoran y de no desembolsar los recursos para los proyectos productivos. Falta la mano dura De acuerdo con el coronel (r)
Jhon Marulanda, el presidente Duque ha fallado en no tener en esos cargos, incluido el Ministerio de Defensa, a oficiales retirados de gran experiencia, “porque son individuos que además de estar académicamente preparados tienen la experiencia de lidiar con esos bandidos en las situaciones que se están viviendo ahora”.
Esa es una problemática que junto a él han advertido varios militares retirados.
“Una cosa es hablar de seguridad nacional en una academia y otra cuando uno ha estado disponiendo las tro- pas y los cañones para hacer efectiva la seguridad nacional, eso debe ir implementado por civiles y militares que al final del día son los que ponen el pecho”, añadió, al recalcar que no tiene ninguna diferencia personal con el consejero en Seguridad Nacional, Rafael Guarín.
En fin, el grupo de consejeros lo conforman profesionales con una fuerte formación académica, algunos amigos del presidente y otros amigos de sus aliados. El espectro va desde el más moderado que es su secretario general Jorge Mario
Eastman hasta el más radical de derecha que es Rafael Guarín.
También es un equipo coherente, que no ha ido más allá de ejecutar las promesas de campaña que ellos mismos ayudaron a construir el año pasado, desde que la de
Iván Duque era apenas una de las cinco propuestas del Centro Democrático.
Ahora desde el poder, aconsejan al jefe de Estado cómo hacer cara al tema más complejo, ese asunto que dividió al país hace tres años para el plebiscito y que lo sigue dividiendo hoy en día: la paz ■