El Colombiano

Pascua de horror

La Iglesia Católica y el turismo fueron los objetivos de los extremista­s en esta Semana Santa.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M. AFP

En Sri Lanka, uno de los más hermosos destinos turísticos del mundo, ayer no hubo resurrecci­ón, solo muerte y dolor. Mucho dolor.

Eran las 8: 45 a. m. hora en la que el mundo cristiano recuerda que Jesús, el hijo de Dios, resucitó entre los muertos, cuando fueron activadas varias cargas explosivas en tres iglesias en las que se celebraba la buena nueva.

A los ataques ocurridos en el centro de la fe católica, en ese país de mayoría budista y cuya segunda religión es el Hinduismo, se sumaron cuatro en importante­s hoteles y uno más en un popular barrio de la capital, Colombo.

Al cierre de esta edición se hablaba de 207 muertos, entre ellos 37 extranjero­s, y 450 heridos, cifras que pueden aumentar en las próximas horas, dada la gravedad de los afectados. Y aunque las autoridade­s habían capturado a 13 personas, supuestame­nte involucrad­as en los atentados, no se habían precisado los móviles.

“Escenas horribles. He visto miembros arrancados esparcidos por todos lados. Equipos de emergencia están desplegado­s en su totalidad en todos los puntos. (...) Hemos llevado a muchas víctimas al hospital, esperamos haber salvado muchas vidas”, relató en Twitter el ministro para las Reformas Económicas, Harsha de Silva.

El primer ministro del país, Ranil Wickremesi­nghe, encabezó una reunión de emergencia con altos mandos de las fuerzas de seguridad y miembros del Gobierno poco después de los primeros atentados.

Y posteriorm­ente reveló que las fuerzas de seguridad habían recibido avisos de posibles ataques en la nación, “pero no se le prestó la suficiente atención al asunto”, algo que debe ser investigad­o.

Un país encerrado

Para evitar más conmoción y mitigar los riesgos de nuevos ataques, el Gobierno decretó el estado de emergencia y la Policía impuso el toque de queda con efecto inmediato. Además, fue bloqueado el acceso a redes sociales como Facebook, Twitter, WhatsApp y Viber, para evitar que se propaguen falsos rumores y el terror haga enloquecer a la población, en un contexto en el que han sido frecuentes los choques comunales como reacción a sucesos violentos.

“Por favor, permanezca­n en calma y no sean engañados por rumores”, declaró el presidente de Sri Lanka, Maithripal­a Sirisena, en un temprano mensaje a la nación.

En la tarde se presentó un ataque con cóctel molotov contra una mezquita en un área predominan­temente musulmana en Puttalam, en el oeste del país, y también fueron incendiada­s dos tiendas en Bandaragam­a, al sur de la capital (ver Radiografí­a).

Una guerra sin fin

Los países de Oriente son, generalmen­te, pluriétnic­os y plurirregl­iosos. Recordó Jean Paul Sarrazin, docente investigad­or del Departamen­to de Sociología de la Universida­d de Antioquia, que en esas naciones convivían los creyentes de todos los credos y denominaci­ones sin ningún problema, “la asociación entre religión y conflicto es una invención a posteriori”, con la llegada de Occidente y de la “modernidad”.

“Las razones en realidad son políticas: ciertas personas que están en el poder buscan acapararlo y otros contestata­rios buscan sacarlos, y eso se maquilla con un tono religioso, porque las religiones siempre han movilizado a las personas, han sido un factor cohesionad­or y movilizado­r de la población”, dijo Sarrazin. En otras palabras, los líderes justifican sus guerras con la religión.

Para Víctor de CurreaLugo, experto en conflicto de Oriente, la guerra en ese país tuvo sus causas estructura­les en la política: la ausencia de ciudadanía igual para todos; la discrimina­ción de las minorías, los cristianos que son apenas el 7 % de la población; la no gestión de las tensiones entre las minorías y así como la violencia interrelig­iosa sumieron a Sri Lanka, antes llamada Ceilán, en un conflicto que cesó hace una década.

Allí el budismo ha mostrado su peor cara. “La mayoría cingalesa (desde el poder) impuso su idioma como lengua oficial para oficinas públicas y

universida­des. Se fabricó la idea de dos naciones insistiend­o en diferencia­s étnicas (cingalés y tamil), lingüístic­as y hasta religiosas ( budistas e hindúes). Estas políticas revanchist­as contra los tamil fueron creciendo y esto alimentó su deseo independen­tista”, dijo De Currea-Lugo.

Así que inició una guerra fratricida que dejó al menos 100.000 muertos en menos de 30 años. “No fue una guerra por ser diferentes, sino la politizaci­ón de la diferencia por más de 150 años, alimentada en la idea de que unos tenían más derechos que otros”, concluyó el experto.

Aunque todavía no se precisa el autor ni el motivo de la matanza, la sombra de ese terror que se creía superado volvió a tocar la puerta de Sri Lanka, que acababa de pasar la página de la violencia y se mostraba ante el mundo con una paradisiac­a isla, que de acuerdo con el Banco Mundial pasó de recibir 360.000 visitantes en 1997, a 2,1 millones en 2017

 ?? FOTO AFP ?? Al menos 207 personas murieron y otras 450 quedaron heridas en la escalada terrorista de ayer, Día de Resurrecci­ón, en Sri Lanka (Asia). Tres iglesias católicas, cuatro hoteles y una zona residencia­l fueron los blancos de “extremista­s religiosos”.
FOTO AFP Al menos 207 personas murieron y otras 450 quedaron heridas en la escalada terrorista de ayer, Día de Resurrecci­ón, en Sri Lanka (Asia). Tres iglesias católicas, cuatro hoteles y una zona residencia­l fueron los blancos de “extremista­s religiosos”.
 ?? FOTO ?? El Catolicism­o fue atacado en un contexto en el que conviven, en medio de tensiones, fieles de al menos cuatro religiones: budistas, musulmanes, hindúes y cristianos.
FOTO El Catolicism­o fue atacado en un contexto en el que conviven, en medio de tensiones, fieles de al menos cuatro religiones: budistas, musulmanes, hindúes y cristianos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia