¿NO? ¿O DESARROLLO SOSTENIBLE?
Las brechas de calidad de vida entre nuestras regiones, especialmente entre el mundo rural y el urbano, son demasiado amplias y pobres las dinámicas de cierre. Entre otras razones porque cuando se crean oportunidades, las localidades no las aprovechan en clave de desarrollo sostenible. Un ejemplo cercano: son poco alentadoras las manifestaciones del crecimiento del Oriente y el Occidente, como consecuencia del desbordado interés de sectores de Medellín sobre dichos lugares. Los riesgos ambientales, la pérdida de riqueza natural y los problemas de servicios de todo tipo son alarmantes; y el impacto sobre el mejoramiento de las capacidades y entornos de sus poblaciones, modestos o incluso negativos.
Existen muchas razones de la debilidad para el aprovechamiento virtuoso de oportunidades. Menciono tres, propias de nuestro gran déficit de institucionalidad. La primera, la visión electoral, no política, de los mandatarios: se hace lo de “los años del alcalde”. La segunda, relacionada con la anterior: “en mi municipio mando yo”. Y la tercera, la modesta incidencia de la sociedad civil y con visión de largo plazo, en los destinos de sus localidades.
La poca importancia que se le da a estructuración técnica e integral de los Esquemas de Ordenamiento del Territorio (EOT) y a su rigurosa aplicación para potenciar las fortalezas naturales, culturales y patrimoniales y hacer frente a los efectos negativos de la actuación sin control de las fuerzas del mercado, explica en gran parte la primera razón. El no comprender o no querer hacerlo, que los efectos positivos o negativos en general son subregionales y que exigen arreglos institucionales para enfrentarlos y potenciarlos más allá de las fronteras municipales, explica la segunda. Y la poca participación ciudadana organizada y la escasez de líderes cívicos, es determinante de la tercera.
Es en este contexto que resulta especialmente importante la dinámica de las PAP (Provincias Administrativas y de Planificación ), siendo la del Cartama la pionera a nivel nacional. De ella hacen parte 11 municipios del Suroeste y se orienta a la gestión colectiva del medio ambiente, la infraestructura, la educación, la cultura y el fortalecimiento administrativo y fiscal. Y que ha privilegiado en su gestión los EOT como marco necesario de la planeación sostenible del territorio.
Pero sin el compromiso efectivo y organizado de las comunidades, instituciones promotoras del desarrollo y dirigentes, una oportunidad como la de la Provincia de Cartama para mejorar la institucionalidad para el desarrollo, puede no tener trascendencia estratégica. Si queremos pensar en Desarrollo Sostenible, es urgente que las organizaciones promotoras del bienestar en Suroeste y en Antioquia y los líderes cívicos, empresariales, culturales, políticos y académicos de la región, se junten seriamente para proponer, promover y acompañar rigurosa y permanentemente la transformación positiva del Suroeste.
El tema minero ha puesto sobre la mesa la discusión sobre el futuro de la región. Pero si la perspectiva es simplemente organizarse para decir NO a tal actividad y no construir el SI a lo que se considere mejor en términos económicos, culturales, sociales y ambientales, estaríamos ante una perspectiva muy limitada ¿Cuáles serían las actividades si no es la minería? ¿Cómo serían unos sectores agropecuario, turístico e inmobiliario rural, responsables con los suelos, las aguas, el paisaje, los desechos, la cultura, el patrimonio y el trabajo decente? Porque ello no es tan evidente y de nuevo -como en Oriente y Occidente- hay alertas en todos esos campos. ¿Será el Suroeste diferente a los malos ejemplos?
Este sábado 27 en la Pintada se desarrollará un Foro sobre el Suroeste. Necesaria la inscripción para participar. En https://www.proantioquia.org.co/inscribase-al-foroaportando-colectivamente-aldesarrollo-del-suroeste/