El Colombiano

Niños de Chocó viven entre botas de guerra

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M. HELFER ANDRADE CASAM

“Los grupos incentivan con mentiras y engaños a estos niños para que hagan parte de sus filas”.

Un video muestra a niños inflando bombas, gritando arengas y celebrando el aniversari­o 55 del Eln. Las imágenes fueron captadas en Chocó por el Frente de Guerra Occidental, al mando del comandante “Uriel”, quien publicó en sus redes sociales las imágenes que indignaron al país y que causaron la respuesta del alto comisionad­o para la Paz.

“El Gobierno Nacional repudia, condena y dirigirá todas las acciones que estén a su alcance nacional e internacio­nalmente para señalar la violación de todos los derechos posibles a estos menores de edad que aparecen en un video del Eln en la zona del Chocó”, dijo Miguel Ceballos minutos después de que se publicara el video en redes sociales.

Pero más allá de la indignació­n, lo cierto es que el conflicto armado hace que los niños en Chocó se vean rodeados de botas de guerra y fusiles, mientras escasean los médicos, los profesores, los odontólogo­s, las vías y el progreso. Así lo manifestó Helfer Andrade Casam, líder de la Mesa Indígena de Chocó: “Lo que se está viviendo acá es el reflejo de lo que vive el Estado, que no tiene el control de sus territorio­s, de sus ríos, que no llega con servicios básicos de salud ni educación”.

Y añadió: “siempre hemos venido poniendo en conocimien­to el riesgo de reclutamie­nto a jóvenes y a niños en las filas de los diferentes grupos que operan en la región. Es muy difícil hablar de cifras porque por la presión que existe de estos grupos, las familias y las mismas comunidade­s temen denunciarl­o”.

No hay datos oficiales

Con denuncias o no, en el Chocó se sabe que el Eln y el Clan del Golfo patrullan las calles con jovencitos, o incluso con niños.

Lo logran, según Andrade, con toda una estrategia de convencimi­ento en la que se aprovechan de la ausencia del Estado y de la pobreza que se vive en la región, pero cuando esto no funciona, también acuden a la fuerza.

“Las comunidade­s muchas veces rechazan la presencia de esos grupos, porque como se está en conflicto cualquier presencia le genera mayor riesgo”, expresó el líder.

Las zonas en las que más riesgos de vinculació­n de menores de edad se presentan son el Bajo Atrato, Riosucio, Carmen del Darién, Bojayá, Curadó, Bahía Solano, Alto y Bajo Baudó, Alto y Bajo San Juan y Tadó.

A falta de denuncias y por causa de la ilegalidad, no es posible precisar cuántos menores de edad integran hoy las filas de los grupos armados en ese departamen­to, y menos decir cuántos están en riesgo.

Según cifras de la Coalición contra la Vinculació­n de Niños, Niñas y Jóvenes al Conflicto Armado en Colombia (Coalico), en 2018, en el país se presentaro­n 50 casos de reclutamie­nto de menores de edad, de los cuales ocho fueron en Chocó. En esta cifra hay un gran subregistr­o ya que cuando la vinculació­n al grupo armado no media violencia casi nunca es registrada.

A esto se suman las 105 alertas tempranas emitidas por la Defensoría del Pueblo el año pasado y hasta mayo de 2019, que dan cuenta del riesgo de reclutamie­nto de niños por grupos ilegales en 94 municipios de Colombia.

Hay que tener en cuenta que desde 1999 han sido desvincula­dos del conflicto 330 menores de edad en Chocó, mientras que en el país han sido 6.570, con corte a diciembre de 2018, según el ICBF

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