ENTRE INTOLERANCIA Y COMPASIÓN
Viajar ha sido una constante en mi vida. El movimiento permanente entre países, culturas, idiomas, ciudades, ha plasmado de forma decisiva la manera con la cual experimento al mundo. Viajar me permite cambiar de manera constante el punto de vista a través del cual mi piel percibe la realidad y la historia, la cual se presenta ante mis ojos como un collage incoherente de eventos que puedo componer en una imagen reveladora de los tiempos en los cuales estamos viviendo. En otras palabras, viajar me invita a yuxtaponer varios fragmentos, formando un mosaico interpretativo y casi surrealista de nuestro presente.
Durante las últimas dos semanas he viajado entre Europa, Estados Unidos y Colombia. En conversaciones y lecturas he venido recogiendo varios fragmentos, que hoy en mi columna quiero componer en un collage único. El primer fragmento se refiere a Carola Rackete, la joven comandante del barco Sea Watch, que rescató en el Mar Mediterráneo a 49 náufragos provenientes de distintos países de África. El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, durante dos semanas le negó a la comandante desembarcar la nave en cualquier puerto de Italia. Finalmente, por razones humanitarias, Carola Rackete decidió desafiar al gobierno italiano, forzando el desembarco en la isla de Lampedusa, para que los náufragos pudieran bajar a tierra y ser atendidos. Por orden de Salvini, la comandante fue arrestada, hasta que un juez supervisor dio la orden de liberarla. Carola Rackete representa al David de la compasión que lucha contra el Goliat de la intolerancia, que hoy, en muchos casos, sigue siendo una intolerancia de Estado.
El segundo fragmento es la imagen del señor que se autoproclama como el representante fiel de la auténtica cultura antioqueña, y por eso, en un delirio de grandeza, salió al Pueblito Paisa para bajar y reducir violentamente a pedazos la bandera multicolor del movimiento LGBTI. No se trata solo del gesto aislado de un loco en búsqueda de atención mediática. Aquel gesto también pone en evidencia aquellas sombras de la cultura paisa que, en nombre de una ficticia identidad, ha promovido históricamente la intolerancia; la raíz de todas las violencias. A este gesto, se contrapone la multitud solidaria que salió a celebrar el Pride por las calles de Medellín, así como las importantes declaraciones a favor del respeto y de la tolerancia del alcalde Gutiérrez.
El tercer fragmento es la imagen de los menores inmigrantes reclusos en las jaulas de los centros de detención de la agencia de inmigración de Estados Unidos. Estos son forzados a dormir en pisos de cemento, están sin papel higiénicos, sin suficiente agua, tanto que tienen que beber de las tazas de los baños. Una imagen de horror y crueldad, a la cual se contrapone la imagen de la huelga de miles de empleados de Wayfair quienes protestan contra la venta de muebles a los centros de detención para inmigrantes.
Lo que este collage me sugiere es que no podemos dar por sentada la democracia y que hay que contrastar los nuevos brotes de intolerancia con coraje y compasión, pilares fundamentales hoy de nuestra coexistencia ■
Carola Rackete representa al David de la compasión que lucha contra el Goliat de la intolerancia.