TRAGEDIA DEL BARRIO SANTANDER, UNA ALERTA SOBRE LA CALIDAD DE LA VIVIENDA EN MEDELLÍN
Poco aporta la normatividad en sismorresistencia vigente en la ciudad, si la gente, sobre todo en los estratos medios y bajos, los más densamente poblados, por falta de recursos u otras situaciones, levantan sus casas violando las normas por la falta de presencia del Estado. Una alerta sobre esta situación fue la muerte de tres personas y las heridas que sufrieron tres más, al desplomarse la vivienda que habitaban en el barrio Santander, en el noroccidente.
Era una casa de tres pisos, o tres planchas montadas sobre hiladas de ladrillos, con muy pocos recursos económicos y técnicos, como se han construido las zonas periféricas de la ciudad donde las familias compran un terreno y hacen su casa. Si alguien se casa o ahorra unos pesos le monta la primera plancha, luego otra y otra... Hasta hacer pilas de viviendas de mampostería no reforzada, de ladrillo, sin un gramo de acero; casas que no resistirían un gran sismo.
Al respecto, el estudio Riesgo Sísmico de Medellín (2017) realizado por calculistas de Eafit afirma que “el 60 % de las 700.000 viviendas censadas en la ciudad no cumplen con las normas de sismorresistencia”. La tragedia de Santander no es un caso aislado. La Alcaldía debe tomar decisiones, hacer que se cumplan las normas y se hagan los correctivos del caso. No puede esperarse la próxima desgracia o terremoto. Estos pueden ocurrir en minutos o años. Hay que prevenir ■