El Colombiano

Alias Ramiro, el nuevo azote del Paramillo, según el Ejército

No sale entre los más buscados, pero autoridade­s reconocen que su grupo tiene cerca de 200 integrante­s.

- Por RICARDO MONSALVE GAVIRIA

En abril de 2018 se conoció un video, difundido en redes sociales, que confirmó lo que hasta ese momento era un rumor que nadie deseaba fuera cierto en Ituango, Norte de Antioquia: las disidencia­s del Frente 18 de las Farc eran una realidad.

En las imágenes apareció un hombre en medio de la selva, con un fusil AR-15 en sus manos, ropa camuflada y con poca seguridad ante la cámara. “Soy uno los mandos guerriller­os revolucion­arios que encabezamo­s en esta región una de las estructura­s de la nueva generación de guerrilla fariana”, dijo.

El del video era Erlinson Chavarría Escobar, alias Ramiro, exintegran­te del Frente 18 de las Farc quien, para ese entonces, ya era reconocido por el Ejército, la Policía y la Fiscalía como uno de los integrante­s de las disidencia­s de esa disuelta guerrilla.

Aunque “Ramiro” estaba en el mapa de las autoridade­s, estas enfocaron sus esfuerzos en capturar o dar muerte a Ricardo Abel Ayala, alias Cabuyo, considerad­o la principal cabeza de las disidencia­s de las Farc en Antioquia y, como lo explica un integrante de la inteligenc­ia de la Policía que sigue de cerca a estos dos renegados de las Farc, “mientras eso ocurría, ‘Ramiro’ fue tomando fuerza y ahora tiene más integrante­s y más autoridad que ‘Cabuyo’ en casi todo el Nudo de Paramillo, es decir, Ituango y Sur de Córdoba”.

En la Séptima División del Ejército reconocen el crecimient­o de las disidencia­s del frente 18 de las Farc al mando de “Ramiro”. Los números del último conteo que hace esa institució­n

arrojaron que, entre 2018 y 2019, los grupos armados organizado­s residuales del 18 y 36 (como los llama el Gobierno), crecieron un 25 %. “Ramiro” cuenta con cerca de 200 personas en armas, mientras que “Cabuyo” mantiene unas 70.

“Lo que pasa con ‘Cabuyo’ es que se está comportand­o más como una banda criminal, y ‘Ramiro’ más como una guerrilla. Este ultimo trabaja la parte rural y está haciendo reclutamie­nto, proselitis­mo político, manejo de masas y ha captado más gente”, explicó el general Juan Carlos Ramírez, comandante de la Séptima División.

¿Cómo pasó esto?

Después de publicado el video, el Ejército y la Policía considerab­an el residual del frente 18 como una subestruct­ura de las disidencia­s del frente 36, las que maneja “Cabuyo”. Por esta razón, “Ramiro”, aunque considerad­o un objetivo importante para las autoridade­s, siempre estuvo a la sombra de Abel Ayala, e incluso su rostro no está en los últimos carteles de los delincuent­es más buscados del departamen­to, a pesar de tener una orden de captura vigente por el delito de concierto para delinquir.

Desde finales del año pasado, tal como lo denunció este diario el 24 de diciembre de 2018, la relación entre “Ramiro” y “Cabuyo” no ha sido la mejor, por lo que cada grupo se dedicó a delinquir en los territorio­s donde tienen influencia: los renegados del 18 en Ituango y el Sur de Córdoba, mientras que los del 36 en Briceño y otras zonas del norte del departamen­to. El río Cauca es la frontera natural para esas estructura­s armadas ilegales.

Mientras a Ricardo Abel Ayala le caían las bombas del Estado y se escondía en búnkeres construido­s por él y su gente, Erlinson Chavarría Escobar se dedicó a expandir su injerencia ilegal y, a estas alturas, tal y como lo asegura un investigad­or de la Fiscalía, tiene fuertes alianzas con emisarios de carteles de droga centroamer­icanos a quienes les vende la coca que se cultiva y procesa en los alrededore­s del Nudo de Paramillo.

“Con las redes de apoyo, el número de personas a disposició­n de ‘Ramiro’ puede llegar a 200 sin problema. Es un tipo que tiene mucho poder en lo profundo del Paramillo, allí tiene la base de todas sus rentas ilegales ligadas al narcotráfi­co”, afirmó el funcionari­o del ente investigad­or.

Adicional a esto, EL COLOMBIANO conoció que la estructura armada de “Ramiro” cuenta con siete comisiones y

sus respectivo­s coordinado­res, y en su línea de mando se encuentran personajes conocidos con los alias de “Pisingo”, “Veneno” y “Mama ron”.

¿De dónde salió?

Antes de la dejación de armas, “Ramiro” era uno de los mandos medios del frente 18 de las Farc. En ese entonces, su comandante era Gustavo López, quien en esos tiempos fue conocido como “Agustín”.

“Él estuvo muy activo en el proceso de paz, estuvo siempre con la idea de dejar las armas y reincorpor­arse a la civilidad. Estuvo con nosotros, pero de un momento a otro se fue y después apareció en ese video”, afirmó López, quien en estos momentos se encuentra en el Espacio Territoria­l de Capacitaci­ón y Reincorpor­ación, Etcr, de Santa Lucía, Ituango.

Una de las particular­idades que tiene este cabecilla disidente es que le hace falta una pierna (aunque hay integrante­s de Inteligenc­ia Militar que afirman que le hacen falta las dos), la cual perdió hace aproximada­mente siete años al pisar una mina antiperson­al instalada por su propia gente mientras escapaba de una operación del Ejército.

“Eso ocurrió en la región del San Jorge, ahí en el sur de Córdoba. Él pisó una de las minas que se habían instalado para contener el avance del Ejército”, añadió “Agustín”.

Actualment­e “Ramiro” tiene una prótesis y según quienes lo conocen, se desplaza sin ningún inconvenie­nte por la maraña del Nudo de Paramillo.

“Nosotros creemos que él se fue de regreso al monte en medio de una confusión y de ver que se estaban incumplien­do muchas cosas. Igual nosotros desde el Etcr queremos dejar en claro que no tenemos nada que ver con ellos y que el frente 18 de las Farc desapareci­ó con la dejación de armas”, dijo su excomandan­te.

“Estamos con las armas en la mano no porque nos guste la guerra, sino porque el fenómeno paramilita­r en Colombia nos está obligando a más de uno a empuñar las armas otra vez”, dijo “Ramiro” en el video que publicó el año pasado.

Civiles en medio de las balas

Las comunidade­s de Ituango en Antioquia, San José de Uré, Tierralta y Puerto Libertador en Córdoba han sufrido la presencia de los residuales del frente 18.

Aparte de los combates que sostienen con el Ejército en ese territorio, la gente de “Ramiro” mantiene una disputa del territorio y el control de las rentas ilegales con las Autodefens­as Gaitanista­s o Clan del Golfo que ha resultado ser a sangre y fuego.

A esto se le suman las extorsione­s de las que son víctimas los comerciant­es y ganaderos de Ituango quienes, como también se denunció en EL COLOMBIANO el pasado 25 de mayo, “deben pagar el impuesto revolucion­ario”.

Las acciones de este grupo armado ilegal también se han sentido en veredas como Santa Lucía y Paloblanco, donde los disidentes de las Farc han marcado con sus siglas varias fachadas, e incluso rayaron el bus de la Secretaría de Educación del municipio cuando se desplazaba para un evento al corregimie­nto de Santa Rita.

Pero los efectos de esa guerra han golpeado más duro al sur del departamen­to de Córdoba donde se han presentado tres desplazami­entos masivos, como lo confirma el gobierno departamen­tal, además del asesinato de 23 líderes sociales en los últimos tres años.

Tanto el Ejército como la Policía mantienen operacione­s en los territorio­s donde se encuentran “Ramiro” y “Cabuyo”. “Tenemos una Fuerza Pública que no descansa para dar con el paradero de estos bandidos, pero también les hacemos una invitación a que se sometan a la justicia y vuelvan a rectificar sus vidas”, afirmó el general Juan Carlos Ramírez. Pero, por ahora, este llamado no ha tenido eco

“‘Cabuyo’ se comporta más como banda criminal, mientras que ‘Ramiro’ más como una guerrilla”. GENERAL JUAN CARLOS RAMÍREZ Comandante Séptima División Ejército

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FOTO CORTESÍA Alias Ramiro en el video publicado el año pasado. Derecha: Bus del municipio de Ituango rayado por las disidencia­s del Frente 18.

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