El Colombiano

CRUELDAD NO PONDRÁ FIN A LA CRISIS EN LA FRONTERA

- Por DENIS MCDONOUGH redaccion@elcolombia­no.com.co

El presidente parece pensar que mantener a los niños y las familias bajo la custodia del gobierno federal sin camas, jabón, cepillos de dientes o incluso alimentos adecuados podría contener la migración desde Centroamér­ica. Los informes recientes sobre estas condicione­s en los centros de detención de migrantes han intensific­ado las críticas al enfoque Donald Trump brutal de esta administra­ción hacia las familias que llegan en un número récord a nuestra frontera sur. En una respuesta aparente a ese escrutinio, Trump dijo en un tweet: “Si los inmigrante­s ilegales no están contentos con las condicione­s en los centros de detención que han sido construido­s rápidament­e o reacondici­onados, simplement­e dígales que no vengan. Resueltos todos los problemas”

La sugerencia de que someter a los migrantes a condicione­s espantosas puede servir como elemento disuasorio no solo es cruel; transmite un grave malentendi­do de las fuerzas que impulsan a las personas a emprender este peligroso viaje y de lo que se necesitará para manejar la cantidad de personas que llegan a la frontera.

Es por eso que, mientras los miembros demócratas del Congreso y los candidatos presidenci­ales correctame­nte llaman la atención sobre la difícil situación de los migrantes, deben hacer algo más que condenar las condicione­s actuales; tienen que demostrar que, a diferencia de Trump, entienden la naturaleza de la crisis, tanto en la frontera como en sus orígenes en Centroamér­ica. Y tienen que ofrecer al país un plan viable para abordarlo.

Lo primero que los representa­ntes electos y los candidatos deben dejar en claro en sus discusione­s sobre la inmigració­n, y que la retórica de Trump de “simplement­e decirles que no vengan” ignora, es que el aumento de la migración que hemos visto no es simplement­e un problema de gestión de fronteras. Esta es una crisis humanitari­a y de refugiados en nuestro patio trasero, alimentada por la incapacida­d de los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras para proteger a sus propios ciudadanos de la violencia perpetrada por bandas armadas y narcotrafi­cantes que actúan con impunidad. También se alimenta de la desesperac­ión económica, el impacto del cambio climático en la región y una serie de otros desafíos que esta administra­ción está ignorando mientras lidia con la migración que se produce.

Los demócratas tienen que enfocarse en volver a desarrolla­r vías para que las personas de la región busquen seguridad sin emprender la peligrosa travesía por todo México. El Departamen­to de Estado del presidente Barack Obama realizó un programa piloto de procesamie­nto de refugiados en el país para niños, que luego se expandió a un programa para adultos, para brindar a las personas una forma menos peligrosa de ponerse a salvo. Un elemento central de ese programa fue la comprensió­n de que esta crisis merece una respuesta regional; La respuesta a la situación en Centroamér­ica nunca será que todos los necesitado­s vengan a Estados Unidos. Al final de la administra­ción de Obama, Costa Rica se había adelantado para comenzar a aceptar a los migrantes que eran menores procesados en la región. La administra­ción de Trump en gran medida ha acabado con esto, dejando a las personas desesperad­as sin otra alternativ­a que ir al norte, y los demócratas deberían compromete­rse con revivirlo.

Sin duda, este aumento de migrantes, que varios informes sugieren se alivió un poco en el mes de junio, sería un desafío para cualquier administra­ción. La administra­ción en la que servimos enfrentó oleadas más pequeñas pero similares en 2014 y 2016. Habiendo tenido esta experienci­a, sabemos que las herramient­as disponible­s para el gobierno en esta situación son lamentable­mente inadecuada­s, pero la brutalidad no debería ser una de ellas.

El primer principio para quienes están gobernando y buscan gobernar tiene que ser aplicar la ley con humanidad y compasión. Esto significa honrar los reclamos humanitari­os de aquellos que clasifican para ellos y manejar de manera humana a quienes no. Aquellos en busca de asilo merecen una oportunida­d completa y justa para presentar su caso, preferible­mente con asistencia legal, y recibir una respuesta oportuna

El aumento de la migración no es solo un problema de gestión de fronteras. Esta es una crisis humanitari­a y de refugiados en nuestro patio trasero.

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