El reto del próximo alcalde es la movilidad sostenible
Sabiendo que Medellín es una ciudad ejemplo en Colombia en cuanto a la movilidad se refiere y a la oferta de transporte público, aún persisten desafíos. Los problemas ambientales y sociales ocasionados por el modelo de transporte son los más preocupantes. Dado los episodios de contingencia ambiental que se presentan debido a la mala calidad del aire, el reto del próximo alcalde es la movilidad sostenible. Debe configurar un modelo de transporte más eficiente para mejorar la calidad del entorno en sus desplazamientos, mejorar la integración social de los ciudadanos aportando una
accesibilidad más universal y mejorar la competitividad del sistema productivo. Debe promover el uso del transporte público colectivo y masivo, e incentivar el uso de los combustibles alternativos para minimizar el impacto ambiental y social que se pueda generar. Debe defender el interés general sobre el particular, dar prioridad al transporte colectivo, recuperar y valorar el espacio público y racionalizar el uso del vehículo particular. Con la introducción del transporte eléctrico al Valle de Aburrá, también se le apunta a disminuir el impacto ambiental negativo de las fuentes móviles. Por otro lado, debe reconsiderar el “Pico y Placa” dado que es un atajo para no abordar los problemas de fondo. Una restricción por placas no sólo no puede ser una solución real a los problemas, sino que su gestión tiende a convertirse a largo plazo en un dolor de cabeza, en medio del cual finalmente nos encontramos. Desde su implementación se sabía que no era una solución de fondo a los problemas de movilidad y que debía adoptarse de manera temporal, pues en pocos años las familias iban a comprar un segundo y un tercer carro anulando los pocos beneficios de corto plazo.