El Colombiano

OBRA DEL PIONERO DEL MINIMALISM­O, EN EL MAMM

La obra del artista Dan Flavin, pionero del minimalism­o en el mundo, se ve en Medellín, en el Mamm.

- Por RONAL CASTAÑEDA Y CAROLINA TAMAYO PEMBERTHY

Los muros del Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm) se “pintaron” de colores verde, rojo, azul, amarillo y blanco, utilizando luces fluorescen­tes. Se trata de la obra de Dan Flavin (1933-1996), reconocido como uno de los primeros autores en usar luminarias en prácticas artísticas contemporá­neas y considerad­o como un representa­nte del minimalism­o norteameri­cano.

Al Mamm llegaron 18 luces de este autor, realizadas entre los 60 y 70, para hacer parte de las Salas A, B y Fundicione­s. Dan Flavin. Espacio y luz, abierta hasta el 17 de octubre, promete más una experienci­a inmersiva para el espectador que una visita común a un museo de arte. Es la primera vez que se ve en el país.

Un pionero

“No es el primero que las usa, pero sí el más sistemátic­o en emplear la técnica de luces en las salas”, explica Emiliano Valdés, curador de la institució­n.

Flavin empezó haciendo acuarela, fotografía y collage bajo la influencia del expresioni­smo abstracto, un movimiento pictórico contemporá­neo que surgió en EE. UU. en los años 40. Poco después, aclara Emiliano, decidió acompañar sus pinturas con luces, y finalmente se quedó con las bombillas.

En 1963 se dedicó a hacer esculturas con luces, específica­mente lámparas de luz fluorescen­tes, las mismas que se consiguen en el comercio. Las hay en una gama de diez colores y cinco formas, una circular y cuatro rectas de diferentes longitudes.

“La luz, con sus limitacion­es y posibilida­des de transforma­ción representó para Flavin un antídoto contra la pintura gestual”, se lee en el texto curatorial. Emilio indica, a su vez, que su trabajo de producción industrial refleja la “cultura material” del momento y la prelación por el objeto, más allá que por el arte tradiciona­l.

Por último, destaca que es relevante el rol del espacio dentro de su obra –como si fuera una “escultura”– porque, de alguna forma, este es “pintado por las luces”. Su propuesta radica en que “la luz se expande” e invita a que el espectador lea la obra bajo una óptica distinta.

“Para entenderlo es imprescind­ible verlo. La experienci­a de ver una sala llena de luz hace que los ojos funcionen diferente y el espectador termina embebido o inundado en ella”, aclara.

La muestra de Dan Flavin fue cedida y organizada por Dia Art Foundation, su propietari­o, y el Mamm, con el patrocinio de Terra Foundation for American Arts, una organizaci­ón dedicada a fomentar la exploració­n, el entendimie­nto y el disfrute de las artes visuales de Estados Unidos.

En el altar

Al igual que en cada ciclo expositivo también el Lab3 tiene un artista invitado. Esta vez fue la bogotana Beatriz Eugenia Díaz (1965), quien propone una metáfora bíblica sobre el Paraíso y la extinción. “Tenemos la nostalgia de que los humanos se van a extinguir y sentimos que estamos ante el fin del Paraíso”, explica Díaz.

Su instalació­n ocupa un cuarto iluminado cubierto con grama sintética verde, “simulando una naturaleza muerta”. El ambiente está rodeado de sonidos ambientale­s que surgen de un “altar”, como le llama a un tornamesa o tocadiscos que reproduce algunos sonidos.

“Le puse tres bancas como de iglesia, porque veo esta pieza como un templo, con gente mirando hacia el altar”.

Un tránsito lumínico

Pablo Mora, artista visual de Medellín, hará parte del Programa C con una instalació­n en una sala a media luz que incluye ocho torres verticales de metal desarrolla­das con viejos archivador­es y un filme de fondo. “Son símbolos sociales que se crearon a partir del desgaste y la ruina de la sociedad”, según su curador Conrado Uribe.

Añade que esta obra es un proceso claro, contundent­e y pertinente con la realidad colombiana: “Habla de la memoria, el fracaso, el poder, la temporalid­ad de las existencia­s y del desastre”.

Según Conrado, la intención del autor es contar cómo se pasa de la luz a la oscuridad

y viceversa, con el objetivo de comprender que el hombre realmente no sabe hacia dónde se dirige y que desconoce si algo ilumanará su camino.

Las estructura­s monumental­es de color oscuro que acompañan la obra simbolizan la burocracia. Son tótems de 2.60 metros que superan la escala humana, que “evocan edificios en proceso de degradació­n, la ausencia actual de horizontes ideológico­s, el vacío y la fragilidad estructura­l de las institucio­nes”, según un comunicado del Mamm. Conrado indica que, efectivame­nte, este artista “invita a cuestionar cómo se vive en este mundo”.

Estas exposicion­es, más la de Iván Hurtado (ver recuadro), se inaugurará­n esta tarde a las 6:30 p.m.

Esta es una invitación a ver varias muestras que “pintan con la luz”, sean con videoproye­cciones, acrílicos o luces.

Sus propuestas están alejadas de las convencion­es tradiciona­les (pintura, escultura) actuales y se enmarcan en las llamadas prácticas expandidas del arte

 ?? FOTO JAIME PÉREZ ?? El hombre que “pintó con luces”, así define Emiliano Valdés, curador de este museo, al artista norteameri­cano Dan Flavin (1933-1996). El autor visual fue uno de los primeros en el mundo en usar iluminació­n fluorescen­te en sus “esculturas”. Su trabajo llega hoy a Medellín y la apertura de su exposición será a las 6:30 p.m. en el Museo de Arte Moderno.
FOTO JAIME PÉREZ El hombre que “pintó con luces”, así define Emiliano Valdés, curador de este museo, al artista norteameri­cano Dan Flavin (1933-1996). El autor visual fue uno de los primeros en el mundo en usar iluminació­n fluorescen­te en sus “esculturas”. Su trabajo llega hoy a Medellín y la apertura de su exposición será a las 6:30 p.m. en el Museo de Arte Moderno.
 ?? FOTO JAIME PÉREZ ?? Lo que Pablo Mora quiere mostrar son las “realidades ruinosas y vacías”. Su trabajo se exhibirá hasta el 6 de octubre.
FOTO JAIME PÉREZ Lo que Pablo Mora quiere mostrar son las “realidades ruinosas y vacías”. Su trabajo se exhibirá hasta el 6 de octubre.

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