El Colombiano

Memorias de nuestro turbio porvenir

- DIEGO AGUDELO GÓMEZ @godeloz

Pasan los años de manera irrevocabl­e y el mundo cambia, pero también sigue igual. Cualquier día, antes de finalizar su primer mandato, a Donald Trump se le ocurrirá lanzar una bomba nuclear en un ínfimo territorio disputado con China, y después los bancos colapsarán, las sanciones internacio­nales aislarán a la primer potencia mundial y la ruina se abalanzará sobre muchas familias. Una de ellas será la familia Lyons, cuyos miembros estarán involucrad­os en las convulsion­es del mundo: la tecnología podrá instalarse en el interior del cuerpo, la inteligenc­ia artificial será el núcleo de la mayoría de los hogares, el polo norte dejará de existir, los partidos de ultraderec­ha conquistar­án el poder en todas las naciones, cada vez será más difícil atravesar las fronteras entre los países —sobre todo si eres pobre, sobre todo si eres de una minoría, sobre todo si eres perseguido por ser homosexual—. En el mundo distópico que plantea la serie británica Years and Years, en la que un aguacero puede durar hasta 90 días. La producción de HBO y la BBC describe un mundo que no está muy lejano: empieza en el año 2019, pero en cada capítulo, elipsis sucesivas muestran cómo pasa el tiempo a medida que la especie humana se hunde en el horror. Vuelven los campos de concentrac­ión y el carisma de una dictadora conduce a una nación a las puertas de un nuevo genocidio. Mientras tanto, la familia Lyons intenta sobrevivir ante las nuevas circunstan­cias. Ante el desempleo, Stephen Lyons debe trabajar como mensajero de un servicio similar a Rappi o Uber Eats: economía naranja inventada para exprimir a los desposeído­s. La crisis migratoria, obliga a Daniel a emprender un peregrinaj­e mortal idéntico al de miles de personas que hoy intentan cruzar la frontera con Estados Unidos o el mar Mediterrán­eo. Bethany quiere ser trans, pero no transexual sino transhuman­a, es decir, desechar su cuerpo orgánico y transferir sus recuerdos y su identidad a la nube. Edith Lyons ocupa su tiempo en hackear multinacio­nales para llevarlas a la quiebra, y así, cada miembro de la familia desempeña un rol crucial en una sociedad que los margina. La serie no es más que un espejo que refleja con ironía el mundo actual. Lleva al extremo las situacione­s que silenciosa­mente gobiernan nuestra vida cotidiana: las pugnas raciales, la discrimina­ción, la tonta ilusión de los que ven en su color de piel el signo de la supremacía, las degradante­s condicione­s económicas impuestas por el lado más salvaje del capitalism­o, las guerras cibernétic­as libradas desde una oficina, la escasez, de vivienda, de alimento, de espacio para ser libres, para ser. Y en el centro, la familia Lyons como un filtro que se va volviendo oscuro conforme es atravesado por las aguas negras de la época. De la mano de sus personajes aprendemos la rebeldía y la sumisión, conocemos lo que alguien sería capaz de hacer por amor, entendemos las identidade­s emergentes en un contexto de conectivid­ad absoluta: la tecnología no solo nos rodeará en un futuro cercano, la tendremos incrustada en nuestros cuerpos y el concepto de privacidad y autonomía tendrán nuevas dimensione­s.

Esta serie de onda Black Mirror construye un escenario escalofria­nte: el tono trasciende la paranoia tecnológic­a que suele imperar en este tipo de distopías, en cambio se encarga de aportar detalles que le dan a cada secuencia el peso de lo real. Nada fantástico se despliega ante nuestra mirada, todo lo que sucede es tan posible que solo hay lugar para el espanto. Sin embargo, en medio de esa sopa turbia que es la historia, incluso la historia del porvenir, hay tenues destellos de esperanza: la memoria, el conocimien­to y las emociones humanas quizás sean suficiente­s para hacer perdurar esa parte de nosotros que terminará por salvarnos.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia