La cultura debe ser un proyecto transversal de ciudad
Ante todo, debemos entender lo que significa realmente la cultura. Es tarea del nuevo gobernante de la ciudad imprimir en el ciudadano la concepción de cultura como hábito, costumbre y forma de vida que transforma el accionar social en medio de la ciudad. Debe entenderse en los nuevos programas de gobierno que la cultura permite introyectar lo que realmente somos y lo que nos hace humanos. Salir de la concepción de que la cultura son sólo las manifestaciones de carácter artístico, musical y folclórico. Poder comprender que la cultura es la vida misma del ciudadano, permitirá al nuevo gobernante que
pueda articular el gobierno a la vida trascendente de los ciudadanos. La cultura debe ser un proyecto transversal que logre llevar a los individuos a entenderse desde su historia, su economía, su política, su geografía, entre otros. Esta es la tarea del holismo cultural que rebasa el simple accionar de actividades desarticuladas a la cultura. Entender la cultura como un eje articulador del desarrollo entre las acciones conjuntas y complementarias en la comunidad, los entes administrativos y el territorio mismo. La problemática del conflicto y la superación de él en la sociedad del posconflicto y del posacuerdo. Deben visibilizar la cultura que comprende los derechos y en deberes como un re-conocimiento del otro en un espacio simbolizado y connotado como la ciudad. Entendida así la cultura, la inversión debe hacerse en transversalidad de secretarias de gobierno en un énfasis de identidad ciudadana. Una identidad que transforma la ciudad construida en una ciudad vivida. Desde la cultura trabajar realmente la concepción de comunidad sin necesidad de fragmentar el concepto de cultura. Una ciudad comunitaria reconoce al otro y vive con él la cotidianidad y lo extraordinario de la ciudad.