El Colombiano

“Mono Clinton” y el oscuro interés del Eln en el Valle de Aburrá

- Por NELSON MATTA COLORADO

El cabecilla insurgente estaría involucrad­o en tres millonario­s secuestros en Medellín. Esa guerrilla tendría delegados haciendo proselitis­mo en dos invasiones de Bello.

Las intencione­s del Eln de reinstalar una célula terrorista en Medellín quedaron expuestas con la captura de alias “Mono Clinton”, presunto integrante de la Dirección Nacional de esa guerrilla y coordinado­r de su denominado Frente de Guerra Urbano Nacional.

Su detención era de alta prioridad, según el alcalde Federico Gutiérrez, quien reveló que en los últimos consejos de seguridad se hacía mención a este personaje y a la amenaza terrorista que significab­a para la ciudad. “Era un hombre acostumbra­do a mimetizars­e y esconderse, el objetivo más importante para las autoridade­s antiterror­istas en Antioquia”, afirmó.

El presidente Iván Duque atribuyó el arresto del cabecilla a una operación “de alta precisión”, pero la verdad es que, tal cual informó la patrulla que lo detuvo a la Fiscalía, se trató de un guiño del azar.

A las 3:15 p.m. del pasado jueves, dos policías de la estación Buenos Aires estaban en la carrera 32 con la calle 32 del barrio Loreto, haciendo labores de solicitud de antecedent­es. En esas vieron una camioneta Toyota Hilux gris con placa de Bogotá, la cual tenía los vidrios más oscuros de lo habitual e hicieron que se detuviera.

Adentro viajaban un hombre, una mujer y un niño. Al revisar sus documentos, la central de radio notificó una orden de captura contra el conductor de origen antioqueño, quien fue llevado a la Sijín.

“Mono Clinton” tenía una cédula a nombre de Luis Restrepo Bedoya, un ciudadano de más de 70 años ya fallecido. El análisis decadactil­ar determinó que su verdadero nombre es Édgar Humberto Restrepo Benjumea, con el cual lo venían rastreando hacía años.

El prontuario

Según la Policía, debido al cargo que “Mono Clinton” ocupaba en la organizaci­ón subversiva, sería el encargado de coordinar las células de milicianos y terrorista­s en las capitales del país. Se presume que rendía cuentas a alias “Antonio García”, miembro del Comando Central (Coce) del Eln.

Es sospechoso de participar en el ataque con explosivos a la estación policial del barrio San José, en Barranquil­la (enero 27 de 2018), que dejó seis muertos y 42 heridos.

El fiscal General (e), Fabio Espitia, dijo que otra de sus tareas era conseguir dinero para la

guerrilla por medio de secuestros extorsivos, en los que a las familias de las víctimas les solían pedir sumar superiores al millón de dólares por el rescate.

En Medellín hay tres casos documentad­os: el del dueño de una cadena de farmacias (2013), un ingeniero (2015) y un empresario del sector de la construcci­ón (2017); en este último, “Mono Clinton” habría actuado en asocio con “los Magníficos”, una banda conformada por policías y expolicías corruptos, de los cuales ya hubo 10 capturados en 2018.

El Eln en el Valle de Aburrá

Fuentes de Inteligenc­ia comentaron a El COLOMBIANO que, si bien la intención del Eln es activar células terrorista­s en la capital antioqueña, en la actualidad están más enfocados en el proselitis­mo y adoctrinam­iento ideológico de simpatizan­tes y milicianos.

Los intereses insurgente­s en el área metropolit­ana se coordinan desde tres estructura­s: el Frente de Guerra Urbano Nacional, el Frente Urbano Clandestin­o y el Frente Manuel Hernández el Boche.

Sobre esta última estructura, las autoridade­s hallaron el pasado 12 de febrero un arsenal en una casa del barrio Pérez, en Bello, que constaba entre otras cosas de una ametrallad­ora M-60, cinco fusiles, siete pistolas 9 milímetros, municiones, accesorios y equipo de intendenci­a. Las indagacion­es preliminar­es sugieren que el sitio funcionaba como bodega temporal y que las armas serían enviadas para las incursione­s de dicha facción en Chocó y el Suroeste de Antioquia.

Los delegados de esos tres subgrupos instruyen a los llamados “capuchos” que actúan en las universida­des públicas de Medellín y tratan de reclutar a líderes cívicos y juveniles, en especial en barriadas de invasión, aprovechan­do el descontent­o social.

Los agentes les siguen la pista a algunos simpatizan­tes en las comunidade­s de Nuevo Jerusalén y El Pinar, en los extremos surocciden­tal y surorienta­l de Bello, respectiva­mente.

“Sabemos que hay una directriz desde el Coce, para reclutar líderes en barrios deprimidos e impulsar sus candidatur­as a juntas de acción comunal. Para las elecciones de octubre también apoyan a aspirantes a la Asamblea y concejos”, contó una de las fuentes consultada­s.

Las autoridade­s están alerta frente a la amenaza, por eso era urgente ubicar al “Mono Clinton”

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