El Colombiano

Una biblioteca para la memoria

Será sobre todo un espacio para la creación de contenidos y procesos educativos. En eso están trabajando.

- Por VALERIA MURCIA VALDÉS

Ojalá fuera posible preservar la memoria de los padres y los abuelos. Los taitas, como los llama el pueblo camëntsá del Putumayo. “¿Quiénes son nuestras biblioteca­s vivas y hablantes?”, se pregunta Hugo Ja

mioy, oralitor del pueblo camëntsá. “Nuestros abuelos, guardadore­s de un conocimien­to –responde–, pero como seres humanos su vida tiene un límite, se mueren, y cuando uno de ellos se va, se lleva todo ese saber”.

En un esfuerzo por preservar la memoria colectiva que se ha heredado a través de la tradición oral durante siglos, nació el proyecto del Centro de Memoria y Biblioteca Indígena Patrimonia­l de Colom

bia, que ahora estará bajo la dirección de Jamioy, quien trabaja constantem­ente por preservar la tradición cultural y literaria de su comunidad y la de las demás culturas indígenas colombiana­s.

Este nuevo centro de conocimien­to se ubica en territorio Arhuaco, en la comunidad de Simonorua de la Sierra Nevada de Santa Marta, y es la biblioteca indígena más grande que se ha construido hasta el momento. Se erigió fuerte siguiendo técnicas arquitectó­nicas del pueblo, contó con la participac­ión de la comunidad y recibió un apoyo monetario del anterior Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia por 1.300 millones de pesos.

Por ahora, será el eje de concentrac­ión cultural de cuatro pueblos indígenas que comparten la Sierra: Arhuaco, Wiwa, Kankuamo y Kogui. Pero, según se

ñala el investigad­or, esperan que a futuro sea un lugar que habite el conocimien­to de todas las comunidade­s indígenas en Colombia.

Cuidar la palabra

El Centro de Memoria aún no está abierto, aunque ya está listo. Como es un lugar de gran importanci­a para las comunidade­s, están cumpliendo actos espiritual­es antes de oficializa­r su apertura. No en todo tiempo se puede hacer un bautizo, cuenta Jamioy, se espera que el sol llegue a una posición específica para garantizar que la ceremonia se realice de la mejor manera posible.

Para estas comunidade­s la palabra tiene un valor supremo y debe tratarse como tal. El director explica que para la suya, los camëntsá, la palabra está presente en cada una de las actividade­s de la vida. “La inventaron nuestros mayores, no solamente para designar superficia­lmente un fenómeno natural, sino para ir al espíritu mismo”, explica. La lengua no solo viaja entre la cabeza, la voz y los oídos, para ellos está conectada con la tierra y con los páramos, con un respeto supremo por todo aquello que tiene vida. Es como si la palabra abriera una dimensión diferente para poder entender las situacione­s: “Lo que miramos, lo que sentimos, el espíritu con el que tratamos de relacionar­nos en un territorio”.

Jamioy, quien ha escrito varios libros, destaca que su lengua camëntsá, esa que aprendió primero de sus padres, la habla aproximada­mente el 50 % de su comunidad. Por eso el afán por cuidarla, por hacerla perdurar.

Danzantes del Viento, un libro de poesía que lleva más de una década de creación y cuya más reciente edición estuvo a cargo de Frailejón Editores, es otra de sus maneras por cuidar la palabra.

Para él, el camëntsá está cargado de metáforas y el proceso de elaboració­n fue una minga (reunión) de pensamient­o, una evidencia de las experienci­as a las que ha llegado no solo él, sino él y su pueblo, casi como una entidad. Es un libro bilingue, en español y camëntsa, pero no hay cabida para traduccion­es literales. Shinye no es solo traducción literal de sol, como se encontró alguna vez cuando alguien intentó traducir su lengua al español. Esa palabra evoca un concepto más complejo, “hace referencia a un padre dador de luz en el tiempo”. Hasta le dedicó una sección de su libro. “Todo cuanto nuestras manos palpan tiene espíritu. La vida es solo el abismo entre el estado natural y el camino de vuelta a nuestro estado”, escribe en el poema

Letras indígenas

Por ahora, la biblioteca está dotada de libros “comunes”, cuenta Jamioy, quien será su director, pero el gran propósito es que sea un espacio de creación, en cuanto a las letras y otra clase de artes, pero que le den ese factor que lo convertirá realmente en un

 ?? FOTO CORTESÍA FERNANDO GONZÁLEZ. ?? Las comunidade­s indígenas participar­on activament­e en la construcci­ón del lugar.
FOTO CORTESÍA FERNANDO GONZÁLEZ. Las comunidade­s indígenas participar­on activament­e en la construcci­ón del lugar.

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