POLÍTICA Bajo Cauca, zona roja electoral
De 17 víctimas de violencia política reportadas por la MOE en Antioquia, seis son de esa zona.
Desde 2015, la Misión de Observación Electoral (MOE) ha evidenciado una estrecha relación entre la violencia política y las fechas claves del calendario electoral. Este 2019 no fue la excepción, y Antioquia registró cifras en rojo, siendo el cuarto más violento con 17 hechos bajo modalidades como amenaza (7), asesinato (8) y atentados (2), y señalando al Bajo Cauca como la región más afectada (6).
Candidatos consultados por EL COLOMBIANO para alcaldías y concejos en esta región, advierten que estos hechos podrían estar relacionados con el conflicto que sufre la zona y la presunta corrupción detectada en algunas administraciones municipales. Otros señalan, en cambio, que la actividad política transcurre bajo completa normalidad.
“Afortunadamente a ninguno nos ha pasado nada. Todos estamos haciendo la actividad social sin ninguna situación adversa”, confirma Marcos Madera, precandidato a la alcaldía de Nechí.
Las autoridades tampoco relacionan estos hechos con la participación en política. “Hay unas personas en la región, que valiéndose de su condición en un cargo, también hacen otras actividades por fuera de la ley”, confirma el coronel Edison Rubiano, comandante de la Policía del Bajo Cauca.
Líderes en la mira
Sebastián Mazo, concejal de Cáceres, y Jesús Alean Quintero, líder de la ONG Redes en Caucasia, aparecen en el reporte de la MOE como amenazados por bandas criminales.
Mazo lleva cuatro intimidaciones, la última fue vía WhatsApp. El cabildante del partido Liberal reconoce que es muy difícil hacer política en la región. “Uno entra a las veredas con zozobra, da miedo hacer campaña. No he vuelto a dos veredas. Hay que guardar prudencia”, dice.
Por su parte, Jesús Alean Quintero apareció en un panfleto de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia ( AGC), al lado tres concejales de Valdivia, un concejal de Cáceres, la personera de Tarazá y dos líderes sindicales.
Quintero lleva tres amenazas este año. En una ocasión recibió hasta una llamada del comandante de las AGC. “Me hicieron varias solicitudes para asistir a una reunión a la que nunca fui. Después vino la amenaza de ‘los Caparrapos’ en un panfleto. Y la última fue la carta del Clan del Golfo”, denuncia el líder.
En el mismo panfleto aparece Guillermo León Sierra, un