La apuesta por autos autónomos
Reemplazar la mano de obra y saber crear oportunidades de negocio, las claves del cambio.
Las casas ensambladoras de carros más tradicionales empiezan a ver en ese segmento una oportunidad real de negocio. Regulación e infraestructura de conectividad, los retos.
La aparición del primer carro autónomo dejó como saldo una demanda interpuesta por el mago Harry Houdini, el riesgo de quiebra de la compañía que fabricó el automotor y el baúl de un carro hecho pedazos. Ocurrió en 1925. Francis Houdina, un ingeniero eléctrico de Nueva York, se arriesgó a poner en marcha el primer vehículo con conducción autónoma. La máquina funcionaba gracias al uso de un control remoto que era manipulado por el inventor.
El evento de demostración tuvo lugar en Manhattan. El coche, elaborado por la empresa Houdina Radio Control, partió desde Broadway y tras maniobrar 19 kilómetros, dio a parar contra la parte posterior de un sedán en la Quinta Avenida.
Houdina tuvo que asumir los gastos de reparación y enfrentarse al descontento del mago húngaro, quien alegando el parecido con su apellido, demandó al fabricante pues supuestamente se había explotado comercialmente una idea usando la marca del ilusionista, a razón de ser una máquina capaz de encender el motor, andar, esquivar carros y hasta hacer sonar la bocina sin la presencia de un ser humano. Un hecho que la revista Time en ese momento calificó como “imposible”, y que le dio
para darle al invento el rótulo de “el carro fantasma”.
Un juzgado de Nueva York desestimó la demanda del mago Houdini luego de que él no apareciera en la audiencia. La absolución del fabricante le permitió seguir con el ensamblaje del vehículo, que alcanzó a producir hasta la década de 1930, cuando desapareció por no generarse ni la demanda, ni las regulaciones para su funcionamiento. El negocio lo retomó entrando en la década del 40 el Ejército de Estados Unidos, con el fin de tener carros controlados para las misiones y evitar la exposición de soldados.
La herencia
Algunos de los problemas que en su momento tuvo Houdina se trasladan a la puesta en marcha de este nuevo portafolio para las casas ensambladoras. Incentivar una demanda acorde a las necesidades del mercado, que los gobiernos locales generen espacios adecuados de infraestructura y entregar un portafolio competitivo en términos de precios son las tareas a cumplir para ese segmento.
“Son muchas las competencias que se ponen en juego, pero las empresas que producen esos vehículos de
“En la medida en que esta nueva oferta sepa cómo satisfacer las necesidades de los usuarios podrá tener oportunidades de negocio reales”.
RAÚL ÁVILA Profesor de economía U. Nacional
berán entender que en la medida en que la experiencia de usuario se vea satisfecha, se podrán generar mayores oportunidades de negocio”, afirmó Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos).
Dice el experto que los clientes de ese mercado serán cada vez más exigentes con el portafolio que desean consumir. Es decir, estos carros autónomos, además de cumplir con las expectativas de entretenimiento, deberán estar acordes a la reducción de emisiones de carbono y el consumo razonable de energía (ver Para saber más).
“Sumado a esto, se tendría que ver cómo los gobiernos nacionales otorgan incentivos tributarios para la importación y compra de este tipo de vehículos. Pasa lo mismo con los eléctricos: es vital ese empujón tributario para que se generen carros con precios alcanzables”, añadió García.
Los altos costos
Pero manejar un precio que cumpla esas exigencias parece lejano. Sólo para hacerse a una idea, a un producto del portafolio más exclusivo de marcas como Volvo ( ya cuenta con vehículos con funciones autónomas) habría que adicionarle un excedente de 10.000 dólares. Es decir, un carro de estas características podría valer hasta 32.000 dólares, unos 110 millones de pesos.
En otros casos el valor puede ser incluso más grande, si se tiene en cuenta que el precio de referencia se toma de países donde existe la producción desde punto de fábrica, el valor final aumentaría en caso de que sea importado a un país como Colombia, aún entendiendo que México o Brasil pueden ser puntos de suministro, o al menos así lo cree Raúl Ávila, profesor de economía en la Universidad Nacional.
“Otro cambio se dará siempre y cuando los mismos consumidores entiendan las bondades de la nueva oferta. Bastaría con imaginarse qué puede pasar si una persona decide adquirir uno de estos vehículos con la idea de aprovechar el tiempo muerto que tiene en una hora tráfico. Ahí es donde se debe enfatizar en la oportunidad de generar valor agregado”, puntualizó Ávila.
Por ahora, esas condicionales de consumo siguen sin ser un impedimento para que compañías de la talla de Volkswagen, BMW, Nissan y Toyota hayan hecho anuncios para entrar a un mercado que según la consultora de mercados Lux Research (con 16 años de experiencia) ha tasado en cerca de 87.000 millones de dólares para los próximos diez años. De hecho, parece ser tan atractivo el negocio que la ensambladora japonesa Toyota y Uber cerraron un acuerdo el 28 de agosto de 2018 por 500 millones de dólares para fabricar vehículos autónomos. La iniciativa que ya ha tenido pilotos de funcionamiento, y que se considera como el primer plan en ponerse en marcha dentro de ese segmento, busca que desde 2021 parte de la flota de coches que tiene la plataforma de transporte en Estados Unidos funcione con esta nueva tecnología.
El acuerdo entre líneas va más allá y rompe la tradicionalidad de los fabricantes de vehículos. “Se trata de una piedra de toque en la transformación de la empresa en una compañía de servicios de movilidad”, dijo Shigeki Tomoyama, presidente de Toyota.
Movida comercial que también lideraron Waymo, compañía pionera en la construcción de vehículos autónomos, junto a Renault y Nissan el pasado 20 de junio. La idea se basó en que, utilizando la infraestructura de la primera, las ensambladoras entregaran una flota para el transporte de 1.000 pasajeros en una prueba piloto (ver Antecedentes), aún se está a la espera de los resultados.
Cambios sensibles
Lo cierto es que la industria automotriz no será la única que verá un cambio significativo. Thomas Frey, uno de los futuristas más reconocidos en el sector automotor y exmiembro del Instituto DaVinci, aseguró que la aparición de estos autos podría eliminar empleos en 128 industrias, donde los más afectados serían choferes de servicios público, domiciliarios, operadores de maquinaria pesada.
El experto, en un ensayo titulado “128 cosas que desaparecerán en la era de los carros sin conductor”, hace énfasis en cómo el cambio irá más allá y será normal empezar a ver, por ejemplo, opciones de transporte aéreo con máquinas autónomas. Además, llamó la atención para que la discusión no se centré en los empleos que se perderán, sino en la nueva oferta laboral que aparecerá. “Muchos ya están pensando en la pérdida sistemática de empleos que vienen cuando los conductores se consideran innecesarios”, puntualizó Frey.
Ahora, las oportunidades que nacen no se refieren a otra cosa que las opciones de diversificar el portafolio para distintas industrias. Si bien un ejemplo de ello es que las ensambladoras podrán cambiar su naturaleza y ser compañías con interés en servicios de movilidad, las grandes cadenas de restaurantes y tiendas en línea sacarán tajada. Además de la industria de repuestos que nacerá para atender a estos nuevos vehículos.
Basta con ver lo que han hecho marcas como Pizza Hut y Amazon en asociación con Toyota. En enero de 2018 la casa automotriz sacó al mercado su versión e-Palette, una suerte de camión con el espacio adecuado para crear una tienda de comida rápida. Pizza Hut apoyó la idea para utilizar estos vehículos como nuevos locales comerciales con la capacidad de trasladarse de una calle a otra, e incluso para aumentar sus pedidos a domicilio: misma estrategia que lideró Amazon.
Los retos
Además de saber cómo reemplazar la mano de obra que se verá afectada por lo que trae esta automatización, los gobiernos regionales todavía tienen mucho por hacer tanto en infraestructura física, como normativa, para que el cambio sea una realidad.
Una de las transformaciones esenciales está en que la conectividad sea lo suficientemente fuerte para el correcto funcionamiento de los vehículos autónomos, esto teniendo en cuenta que la transmisión de datos es vital para su funcionamiento.
De acuerdo con el reporte La economía móvil en América Latina y el Caribe 2018 (desarrollado por GSMA), en 2020 el número de conexiones 5G, en esta parte del mundo serán apenas unas 300.000, y a 2021 podrían ser 700.000”.
Colombia hasta ahora se presta a subastar el espectro en el que uno de los operadores se encargará de montar las redes 5G para que ese cambio sea un hecho.
Para que las bases que dejó Houdini en 1925 no terminen contra la fachada de una casa o afectando a un transeúnte, los cambios en materia de adecuaciones viales serán una obligación, así como las garantías de seguridad de los carros, pues la experiencia ya deja lecciones: el 22 de marzo de 2018 un carro autónomo de Uber embistió a una mujer en Estados Unidos. La víctima murió producto de las heridas ■