El Colombiano

BLACKROCK Y SU APUESTA DE PROPÓSITO

- Por JUAN CAMILO QUINTERO juanquinte­rocti@gmail.com

Blackrock es el principal fondo de inversión en el mundo, administra activos por US$ 6,5 billones y es liderado por el norteameri­cano Laurence Fink, quien cada año escribe una carta a los presidente­s de las compañías en las cuales ha invertido. La carta de este año tiene un significad­o especial, sobre todo si consideram­os que proviene de un empresario capitalist­a nacido en la entraña del mundo financiero que, a primera vista, pareciera convertirl­o en un hombre sin higado para el que las utilidades y rentabilid­ades están en primer renglón de sus prioridade­s.

Sin embargo, y para sorpresa de todos, su carta se enfoca en el propósito que ciertament­e no es solo el de la rentabilid­ad, sino el de la sostenibil­idad de las acciones en los territorio­s y el impacto sobre las comunidade­s. Fink plantea que el propósito y la rentabilid­ad deben ir de la mano y claramente si los líderes actuales ignoran esto difícilmen­te alcanzarán el éxito. Da razones para esto, contundent­es por demás: el 35 % de la fuerza laboral actual son millenials con expectativ­as muy diferentes a generacion­es anteriores. Estos jóvenes que ya comienzan a dirigir el mundo, prefieren apostarle a compañías responsabl­es con el medio ambiente, que invierten más allá de lo que manda la ley en temas ambientale­s, comparten beneficios con los territorio­s y a la vez son empresas rentables.

En su carta, Fink menciona, una encuesta realizada por Deloitte donde preguntan a trabajador­es millenials cuál debería ser el principal propósito de una empresa, a lo que el 63 % antepone “mejorar la sociedad” antes que “generar rentabilid­ad”.

Que el líder de un fondo de este tamaño plantee la importanci­a de un nuevo paradigma empresaria­l que se sustente en el triple impacto y no únicamente en la rentabilid­ad, es una muestra de que el mundo cada vez está siendo más consciente de la importanci­a de la sostenibil­idad planetaria, no solamente desde el punto ambiental sino también desde el social y político.

La polarizaci­ón que hoy vivimos, la posverdad que busca desprestig­iar y confundir a toda costa, el negativism­o que navega cerca al fatalismo en las redes sociales, hacen necesario una nueva forma de pensar y actuar de nuestros líderes empresaria­les. Es decir, si las empresas colombiana­s se repiensan en los planteamie­ntos de Fink, que ciertament­e no son ideas originales de él, segurament­e inspiradas en las teorías de Capitalism­o Consciente o posiblemen­te en los planteamie­ntos del Sistema B, segurament­e ayudaremos entre todos a seguir cambiando nuestro país.

P.d.: A propósito del primer año del presidente Duque, creo que más que buscar culpabilid­ades en una persona, la invitación es a que cada uno de nosotros nos concentrem­os en hacer lo que nos correspond­e en cada una de nuestras esferas, ya sea el hogar, el trabajo, los centros educativos, en el barrio, etc, eso sí, con mirada de triple impacto: social, ambiental y económico. El que a Colombia le vaya bien depende de que cada uno haga su tarea y no solamente del presidente de la República

Que el líder de un fondo de este tamaño plantee la importanci­a de un nuevo paradigma empresaria­l sustentado no solo en la rentabilid­ad, es una muestra de que el mundo cada vez está siendo más consciente.

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