LA TIERRA SOMOS NOSOTROS
Todo esto eran mangas, sí; pero no todo tiempo pasado fue mejor. Los almanaques traen lecciones que el campesino suele entender antes que el habitante de ciudad.
La deformación de lo que significa nacer en las montañas antioqueñas –la hipérbole de la “raza paisa”– alcanzó la cumbre por cuenta de un puñado de “vivos”, desde mafiosos hasta empresarios explotadores, que todavía hacen pensar que en Antioquia solo nos mueve la plata.
Quien supera la caricatura entiende que para el paisa hay algo más valioso: el amor a la tierra. Aun desde la lejanía, nuestras raíces aferran la cordillera.
En 2005, la minera Anglo Gold Ashanti (AGA) compró seis títulos de 7.594 hectáreas en Jericó (80 %) y Támesis. El proyecto Quebradona implica cuatro años de construcción y 21 de operación para extraer cobre, oro y plata.
La AGA decidió explotar el mito del orgullo paisa antes que las mismas minas, bajo la premisa de “divide y vencerás”. Su proceder en Jericó la tiene en la mira de la opinión pública nacional…
La AGA aseguró al pueblo que habrá un aumento del presupuesto de libre inversión que “pasaría de $ 1.700 millones a $19.000 millones, entre las regalías que recibiría directamente el municipio, impuesto de industria y comercio y catastro”.
Guillermo Rudas, miembro del comité académico del Foro Nacional Ambiental, declaró a El Espectador: “Alguna vez un exministro dijo que si se renunciaba a la actividad minera se renunciaba a los impuestos que pagan. Eso es mentira: no pagan impuestos de industria y comercio, predial, vehicular, ninguno de los impuestos territoriales”. (Ver Ley 685 de 2001).
En 2016, la AGA invitó a varios rectores de instituciones educativas a Brasil. No solo fueron sin permiso a conocer minas; a su regreso obligaron a algunas familias a firmar documentos a favor de Quebradona.
Sobre la forma de extracción, la AGA le dijo a EL COLOMBIANO que no es posible evitar hundimientos progresivos (subsidiencias). Expertos independientes explicaron que sí hay métodos que no dejarían cráteres, pero costarían hasta 50 % más.
Las aguas son capítulo aparte. La minera espera el Estudio de Impacto Ambiental y la solicitud de la licencia ambiental.
Es cuestión de analizar evidencias, nada de saboteos antiminería ni de echar a la suerte: Jericó no se ganó ninguna lotería. ¡Bobitos, no!
En el pueblo ya no fabrican carrieles con piel de nutria y tigrillo, aprendieron la lección. Una cosa es el futuro inmediato en el que, por supuesto, “es mejor ser rico que pobre”; otra muy distinta es el mañana largo. Las raíces jericoanas reconocen que más valen la tierra y el agua que cualquier lotería derrochable que sus nietos ni verán.
Manuel Mejía Vallejo, hijo ilustre de Jericó, tituló su primera novela “La tierra éramos nosotros”. Sus paisanos parecen evocarlo en tiempo presente: la tierra somos nosotros. Y las aguas. Las especies animales y botánicas.
El Tribunal Administrativo de Quindío advirtió en Salento que “el subsuelo y los recursos naturales no renovables pertenecen al Estado y no a las entidades territoriales”. El Concejo de Jericó aprobó el acuerdo 010 de 2018 que proscribe la minería metálica en su territorio, entre otros. Dicha disposición fue demandada.
El Tribunal Administrativo de Antioquia no tiene la palabra, sino la vida
La tierra somos nosotros. Y las aguas. Las especies animales y botánicas.