Dolor compartido
La concurrida marcha recorrió Villatina para exigir justicia por los crímenes recientes de Marlon y Sindy.
ASandra Milena Cuesta ya Yudy Pérez las unió la tragedia. A pesar de vivir en los polos opuestos de la ciudad, estas dos madres se encontraron ayer por primera vez y se fundieron en un abrazo que duró segundos, pero que tardará mucho tiempo en ser olvidado.
Ocurrió en medio del acto de desagravio que se realizó en Esfuerzos de Paz #1, el asentamiento urbano del centroriente de Medellín donde Marlon Andrés Cuesta vivía con su madre antes de que fuera desaparecido y posteriormente asesinado.
Luego del minuto de silencio y de un sermón encaminado a valorar el perdón como un acto de paz, los brazos de las madres se encontraron para compartir un dolor común. Buena parte de los asistentes rompieron en llanto.
“No tengo palabras para describir esta tristeza. Después de abrazar a la mamá de Marlon se me partió más el alma, siento como si no hubiera perdido una hija sino dos”, contó Yudy Pérez, madre de Sindy Johanna, quien viajó desde San Cristóbal para ser parte del acto colectivo.
Ni uno más
Allí, a pocos metros de donde fue hallado el pasado viernes el cadáver del niño de 6 años, comenzó la marcha para rechazar la violencia que, solo en 2019, ha cobrado la vida de 25 menores de edad en la capital antioqueña.
Junto a las dos madres, cientos de vecinos y de miembros de organizaciones sociales de la comuna 8, ataviados de rosas y pancartas con mensajes de dolor e indignación, formaron una mancha blanca que fue creciendo con el pasar de los minutos para pedir, como un clamor unánime, justicia por las muertes violentas de Marlon Andrés Cuesta y Sindy Johanna Toro.
La romería avanzó y bordeó el camposanto de Villatina bajo un Sol inclemente con consignas como: “los niños no se tocan, los niños se respetan” y “pedimos justicia por Marlon y Sindy”.
La marcha interrumpió la cotidianidad dominical del barrio. Quienes no se unieron al recorrido salieron a las puertas y balcones para ver pasar la procesión: algunos vecinos con una mano registraban en el teléfono móvil la movilización y con la otra se secaban las lágrimas o se aferraban a sus niños todavía en brazos.
Más reacciones
Diego León, líder juvenil de la comuna 8 y miembro del colectivo Casa Diversa, sostuvo durante las dos horas y media que duró la movilización una pancarta en la que se leía la etiqueta #PrimeroLaVida.
“Lo de hoy es una voz de aliento para las familias y una manera de rechazar la violencia contra los niños. Queremos pedirle al Estado más apoyo a las familias asentadas en las laderas porque son comunidades más vulnerables”.
Otro de los que habló fue el sacerdote Fabián Ortega, delegado del programa Vida, Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Medellín, quien presidió el acto litúrgico e invitó a no instigar el rencor pese al dolor colectivo que embarga a una comunidad con mayoría de población afro.
“Les estamos diciendo a los violentos que están equivocados. No podemos callarnos ante la irracionalidad de la violencia, por eso es urgente dignificar al ser humano y entender que el camino para que estos actos tan dolorosos no vuelvan a ocurrir es el perdón y la reconciliación”, expresó.
La dificultad del recorrido aumentó al filo del mediodía por la alta temperatura y por lo escarpado del camino, pero los ánimos y la solidaridad de los vecinos no bajaron.
La patrullera Leidy Moreno llevó de la mano a Sandra Milena Cuesta hasta el final del recorrido y le sirvió de apoyo cuando a la madre de Marlon Andrés la venció la tristeza y se le acabaron las fuerzas.
Pasadas las 12: 30 p.m., en inmediaciones de la cancha Las Estancias, la multitud de camisetas blancas y lazos celestes en señal de duelo llegó al lugar donde terminó el recorrido. El nombre del colegio no podía ser más preciso para resumir la marcha y describir el duelo colectivo de la comuna 8: Institución Educativa Vida para todos
“Marlon era un niño muy divertido y amigable. Le encantaba jugar fútbol y bailar”.
SANDRA MILENA CUESTA Madre de Marlon Andrés Cuesta
“Quiero que a Sindy la recuerden como la niña humanitaria y alegre que era. O que será porque nunca la vamos a olvidar”.
YUDY PÉREZ Madre de Sindy Johanna Toro
68 menores de edad han sido asesinados en Antioquia en lo corrido del 2019.