La búsqueda de más trabajos
Entre junio y agosto 261.000 personas en Medellín estaban desocupadas, según el Dane.
Las cifras de desempleo correspondientes al mes de agosto, reportadas ayer por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), sorprendieron negativamente al mercado y a los gremios, porque contrastan con la dinámica que observa la economía del país.
Según la entidad, para el octavo mes de este año la tasa de desocupación fue 10,8 % lo que representó un aumento de 1,6 puntos porcentuales en comparación con agosto de 2018 cuando el registro fue de un 9,2 %.
En ese contexto, el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, explicó que hubo una reducción de 562.000 puestos de trabajo, derivada de lo que está ocurriendo en las poblaciones pequeñas y en las zonas rurales donde “estamos teniendo un cambio estructural del perfil de la mano de obra, es decir cae la población ocupada con bajo nivel educativo”.
A pesar de esa caída, sectores como la construcción generó 194.000 empleos más (99,4 % en las 13 principales ciudades), el comercio 49.000 y las actividades inmobiliarias 14.000. En contraste, las actividades manufactureras perdieron 288.000 empleados y las agropecuarias 281.000.
La presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), Sandra Forero, destacó que el sector ocupó a 1,52 millones de personas en agosto. “Es un resultado valioso en un momento en el que la generación de empleo es crítica para el país y para sostener el consumo y la inversión”.
La extrañeza
Para los analistas económicos de Bancolombia resulta llamativo que a pesar de la senda de recuperación en la que está inmerso el crecimiento económico (3,0 % a primer semestre del año), la demanda por trabajo vaya en descenso.
“Una cifra de 10,8 % no se observaba en un agosto desde el 2010 (11,2%). El Dane atribuyó estos resultados a un cambio estructural en la demanda por trabajo. En caso de continuar esta tendencia, cabe esperar que sigan estos lentos resultados mientras la oferta laboral se logra ajustar a los nuevos estándares”, se lee en un reporte de Bancolombia.
Desde la óptica de Carlos Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, lo que está evidenciando en el mercado laboral colombiano es un rezago de la desaceleración económica que enfrentó Colombia en 2015.
“Nuestras tasas de desempleo son mayores a las que tiene el resto de América Latina y para darle un impulso a la ocupación, además de crecer económicamente, será necesario revisar los costos laborales y capacitar mejor la mano de obra”, comentó Sepúlveda, quien descartó una mejora en las tasas de desempleo por los próximos seis meses.
A su turno, Stefano Farné, director del Observatorio del Mercado Laboral de la Universidad Externado de Colombia, se declaró desconcertado, “yo siempre supe que la fórmula para reducir el desempleo es crecer, pero aquí crecemos a un 3 % y se destruyen puestos de trabajo. Entonces, la pregunta que surge es ¿cuánto hay que crecer?”.
Para el investigador, tampoco tiene sentido atribuir el fenómeno al alto nivel del salario mínimo, ni a la migración venezolana. “No sé qué está pasando porque hasta en las grandes ciudades se está perdiendo empleo. Los venezolanos no pueden ser la causa, ellos le quitan el puesto a los colombianos, pero no destruyen puestos de trabajo”.
Una reforma
La publicación de las cifras oficiales del mercado laboral sirvió para que los gremios insistieran en la necesidad de aplicar cambios en el régimen laboral colombiano (ver ¿Qué sigue?).
El presidente de la Federación Nacional de Comerciantes ( Fenalco), Jaime Alberto Cabal, manifestó a través de un comunicado que hay un enorme contraste en el desempleo urbano.
“Es como si existieran dos Colombias, una de una tasa de desempleo superior al 14 % como en Cúcuta, Armenia, Quibdó, Riohacha, Florencia y Valledupar; y un país con desempleo de un dígito como Cartagena, Pereira, Barranquilla y Bucaramanga”, expresó (ver gráfico).
El dirigente enfatizó en la necesidad de estimular la creación de empleo y para ello sugirió acometer una reforma laboral que recoja las nuevas tendencias demográficas, tecnológicas, digitales y laborales.
“Este es un imperativo nacional. Nos debe preocupar y doler el drama de los 2,6 millones de colombianos desempleados y los 14,1 millones clasificados por el Dane como informales”, anotó Cabal.
Desde hace dos semanas, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras ( Anif ) viene insistiendo en que ojalá el presidente Iván Duque entienda que detrás del deterioro laboral existen urgentes problemas de costo que requieren ajustes legislativos prontos.
Esta agremiación consideró que se deben seguir abaratando los costos no laborales de contratación de mano de obra, con lo que se crearían unos 175.000 nuevos puestos de trabajo al año (1,8 millones en en 10 años.
Para lograr ese propósito, Anif recomendó establecer un mecanismo de protección al cesante, limitando el monto del retiro de las cesantías en función del salario y el valor acumulado, de manera que funcionen como un verdadero seguro al desempleo, y cuyos desembolsos sean mensuales, para evitar desahorros innecesarios en casos de rápido reenganche al mercado laboral.
También propuso aplicar topes a los costos de despido, instaurar un sistema de escrutinio de las incapacidades médicas para evitar su falsificación y crear alternativas profesionales en la secundaria para promover la opción vocacional-técnica