PAGOS EN PLAZOS JUSTOS
Hace un par de años, desde la Andi, tuve la oportunidad de trabajar al lado de un numeroso grupo de emprendedores, que como todos, con su trabajo sueñan con lograr un mundo mejor. Era muy inspirador ver cómo cada uno de ellos luchaba por un propósito superior, y cada pitch que realizaban para vender sus productos o servicios o levantar capital era toda una historia de vida buscando transformar nuestro país en lo social, ambiental y económico. Era evidente el esfuerzo que realizaban desde cada sector al que pertenecían. Lo digo porque es claro que emprender es camino tortuoso y lleno de dificultades. Al competir en un mercado abierto donde el consumidor “es un votante permanente”, como plantea el Sistema B, habría que sumarle las dificultades propias de crear empresa en un país tan complejo como el nuestro.
En este sentido, hay que entender que el mundo empresarial es una red de interrelaciones donde sus componentes son interdependientes y el sistema tiene equilibrio cuando todas sus partes logran capturar valor y recibir beneficios. Cuando somos conscientes que las relaciones son de doble vía, donde ambos ganan y la relación empresa proveedor es vista como un camino de crecimiento conjunto. Si esto se entiende, se alcanza una dinámica de crecimiento que genera prosperidad para todos.
La semana pasada ocurrió un hecho que no fue notorio para los ciudadanos de a pie pero que evidentemente es de una gran trascendencia e importancia para las micro y pequeñas empresas y también para las grandes. El proyecto de ley que cursa en el Congreso de la República que busca que las grandes empresas paguen a los micro y pequeños empresarios antes de 60 días. Este es un tema que genera polémica en algunos que consideran que una ley no debería regular las relaciones empresariales, pero donde otros sugieren que se hace necesario para frenar el abuso de algunas empresas ahogando a sus proveedores, pagándoles a más de 90, 120 y hasta 180 días.
La vida de un emprendedor en realidad pasa por la generación de caja que le permita generar el Ebitda suficiente para atender sus obligaciones y poder crecer. Someter a un microempresario a recibir el pago de sus servicios o productos 5 o 6 meses después es una situación que más allá de la ley que hoy cursa debe poner a reflexionar a las grandes empresas que hoy operan de esta manera. Hay casos en que las grandes empresas le ofrecen al microempresario la posibilidad de redescontar la factura en una empresa financiera que algunas veces hace parte de su grupo empresarial. Una cadena transaccional que agota al emprendedor y lo lleva a mantenerse en el famoso valle de la muerte con gran afectación a sus márgenes financieros.
Considero que una empresa con un verdadero propósito superior debería tener una política de plazos justos, incluso más allá de la obligación de una ley. Pensar y actuar de esta manera es construir un país con mayor densidad empresarial, que genera más empleo y que consolida desarrollo. Ojalá muchas más empresas anunciaran el cambio de sus políticas de pago para apoyar el emprendimiento colombiano. Sería una gran motivación para los emprendedores y pequeños empresarios en Colombia, pero sobre todo sería una forma de construir un mejor país
Una empresa con un verdadero propósito superior debería tener una política de plazos justos, incluso más allá de la obligación de una ley.