EN MEDELLÍN HABITA LA NO-VIOLENCIA
Mañana se conmemoran 150 años del natalicio de Gandhi. La suya no se trata de una filosofía extraña y lejana, sino de un estilo de vida que nos permite vivir juntos, acompañándonos sin invadirnos.
En cientos de ciudades del mundo festejan mañana, dos de octubre, los 150 años del natalicio de Mahatma
Gandhi. Lo que sucede en Medellín es único, ya que se conmemora su vida y pensamiento con ocho días de programación a través del X festival de la no- violencia, entre el 29 de septiembre y el 4 de octubre. La Fundación Gandhi, líder del festival, trabaja por la ciudad desde hace 17 años, durante los cuales ha becado a 300 estudiantes universitarios y los ha formado en el arte y la técnica del liderazgo gandhiano. Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo financiero de sus creadores, la pareja india Harivadan y Ha
sita Shah, radicados en Colombia hace más de 40 años, quienes han contado con la ayuda de algunas otras fundaciones de la ciudad, como Fraternidad Medellín.
Dada la ocasión especial de este aniversario, se entregarán los reconocimientos
Mahatma Gandhi a tres personas y tres colectivos de la ciudad, los cuales se han distinguido por lograr verdaderos ejercicios de paz y convivencia de manera silenciosa y solidaria, a pesar de los pocos recursos con los que han contado. Ellos son solo algunos de los cientos de milagros que ocurren en todos nuestros barrios, los cuales merecen ser visibilizados e imitados. El acto central será mañana, dos de octubre, en la Casa Museo de la Memoria y estará acompañado por un concierto de la Red de Bandas y Escuelas de Medellín, con ingreso abierto y libre.
El objetivo central del festival es promover la filosofía de la no-violencia como ejercicio de la inteligencia y del ingenio para encontrar soluciones distintas a las acostumbradas. Es el camino para salir del violento círculo vicioso del “ojo por ojo”. No se trata de una filosofía extraña y lejana que hizo posible la independencia de India en 1948, sino más bien un estilo de vida que nos permite vivir juntos, acompañándonos sin invadirnos, y entendiendo que la riqueza está en la diversidad y en la práctica de la conversación como alambique de convivencia.
En Medellín habita esa no-violencia de Gandhi a través de todos nuestros actos de reconciliación, perdón, colaboración y respeto. Necesitamos reconocerlos y potenciarlos. Necesitamos suspender la competencia permanente y buscar la cooperación de todas las sabidurías. Necesitamos cultivar la noviolencia para que florezca una mejor ciudad