SOY MUY ESCÉPTICO CON LAS OBRAS QUE SE ANUNCIAN PARA BOGOTÁ
Me queda hoy una desazón, por la cantidad de proponentes importantes que se retiraron del proceso licitatorio. No es que los hubieran descalificado, no, se retiraron varias de las firmas de ingeniería más importantes, europeas y japonesas, y quedan solo dos proponentes. Una licitación tan estrecha reduce sobremanera las posibilidades de hacer un buen contrato. Por desgracia en nuestro país muchas de las grandes obras no han salido bien: tenemos Reficar, tenemos la carretera al Llano (vía tan corta, 83 km), donde se les cae el puente de Chirajara, a quienes admiramos a EPM no deja de dolernos Hidroituango, donde aún estamos a la espera de saber qué pasó... Por eso guardábamos la esperanza de que Bogotá pudiera elegir la mejor opción posible.
Los bogotanos con el metro nos volvimos como Santo Tomás, hasta no ver al resucitado pues nos es difícil creer. Soy muy escéptico con los anuncios de obras en Bogotá, con la capacidad de hacer del sector público y de los contratistas, las licitaciones parecen hechas para que no las ganen los mejores.
No tengo evidencias de que en este proceso haya habido corrupción, no puedo afirmarlo. Mis temores son porque no se hizo ingeniería de detalle, se cambiaron estudios ya hechos y es posible que los costos de este proyecto se disparen. El modelo que se escogió no es el más adecuado