¿RESOLVIÓ EL PROBLEMA?
El puente de Punto Cero buscaba descongestionar el acceso a Medellín. Pero más de dos décadas después las autoridades reconocen que este sigue siendo uno de los sitios con mayor caos vehicular. Marta Suárez, líder de Prospectiva de la Secretaría de Movilidad, anunció que ya hay una propuesta para construir un deprimido que conecte el noroccidente con el sistema del río. “Sería un soterrado para que los vehículos no tengan que hacer conexión por la Nacional”, dijo. La propuesta está en estudio. menos; es decir, 407 choques.
La velocidad promedio de los carros que pasaban era de apenas 10 kilómetros por hora (km/h), y la intención de la administración era subirlo hasta 60 km/h.
Mauricio Duque Jaramillo, director del Área Metropolitana para la época, presentó el nuevo intercambio vial diciendo que sería una solución para la movilidad y que era tan importante que el Gobierno Nacional, a través de Fonade, entregaría $1.000 millones para ayudar a financiarlo.
¨Por el sector circulan 22.000 vehículos diarios, incluyendo 99 de las 115 rutas de buses que tenía la ciudad”, contó.
La licitación se hizo en octubre de 1995 y a principios de 1996 empezaron las obras que debían estar listas para junio.
Pero por distintas razones, entre ellas el traslado de redes de servicios y el caos vial, los trabajos se extendieron hasta mediados de septiembre de 1997.
Con los trabajos llegaron las quejas. Patricia Restrepo, alumna de la U. de A., le dijo a este diario que le daba pavor cruzar por el puente de Barranquilla. “Como hay tantos tacos los buses se detienen sobre el puente y ahí es donde uno empieza a sufrir. A veces se sienten vibraciones, pero muchas veces lo que hay son brincos y uno reza para no quedarse atrapado ahí”, dijo.
Con bombos
El 12 de septiembre por fin concluyó la construcción en la que se emplearon 1,2 millones de toneladas de hierro, 13.000 metros cúbicos de cemento, y se crearon 1.800 metros de vías, para los que hubo que trasplantar unos 400 árboles.
La obra finalmente costó $15.544 millones, $7.000 millones más de lo presupuestado. El incremento, explicó en ese entonces el Área, obedeció a “reajustes de costos basados en las fórmulas de Camacol”.
El viaducto se hizo famoso porque en la mitad fue instalada una plomada (pesa de plomo) de seis metros de alto y dos de ancho, que pesa unos 800 kilos. Y aunque fue nombrado como intercambio Jorge Molina Moreno, en honor al “alcalde cívico” que tenía la ciudad, la denominación que finalmente se quedó grabada en la mente de los paisas fue la de Punto Cero, en parte porque así se llamó un famoso motel que se abrió sus puertas a principios de 2000 y que funcionó hasta este año, cuando fue sometido a extinción de dominio