El Colombiano

Uribe rendirá indagatori­a en la Corte Suprema

Por primera vez un expresiden­te irá a indagatori­a ante la justicia. Así llegó el caso a este punto.

- Por SERGIO ANDRÉS CORREA Y OLGA PATRICIA RENDÓN M.

Hoy Álvaro Uribe Vélez será el primer expresiden­te del país en asistir al alto tribunal, que tiene una investigac­ión en su contra por presunta manipulaci­ón de testigos. Durante el proceso se han dado filtracion­es desde la justicia a la prensa, el exmandatar­io pasó de acusador a acusado, el investigad­or avaló como prueba una chuzada telefónica que no estaba dirigida a él, en tres ocasiones ha cambiado el magistrado investigad­or y tiene 42 testigos, entre paramilita­res, abogados y exfiscales. Esta es la historia que hoy vive un nuevo capítulo.

Las voces iban subiendo de tono y crecía la tensión. En el atril del recinto del Senado era Iván Cepeda quien tenía la palabra, pero las miradas estaban fijas en la parte posterior, donde el expresiden­te y senador Álvaro Uribe, con mirada rígida, guardaba silencio. De repente, hizo una moción de orden y tomó el micrófono.

“Me retiro para dirigirme a la Corte Suprema a radicar pruebas de la mayor importanci­a en relación con este evento difamatori­o promovido por el grupo terrorista Farc y sus aliados de siempre; los paramilita­res, sus nuevos secuaces, sus antiguas víctimas, publicitad­o por medios de comunicaci­ón serviles del terrorismo y coordinado por el presidente ( Santos)”, dijo Uribe antes de ponerse de pie.

Ocurrió el 17 de septiembre de 2014, durante el debate sobre el paramilita­rismo en Colombia de la Comisión Segunda del Senado que, en este caso, por las dimensione­s que había tomado, se dio en el recinto de la Plenaria. La cita, que se convirtió en una confrontac­ión entre el uribismo y sus contradict­ores, tiene al país a la expectativ­a por lo que será un momento inédito en la historia: la indagatori­a contra un expresiden­te de la República por presunta manipulaci­ón de testigos.

42 personas, entre abogados, exparamili­tares y exfiscales han desfilado como testigos por la Sala de Instrucció­n de la Corte Suprema. Hoy está programada la asistencia de Uribe, y mañana del representa­nte a la Cámara del Centro Democrátic­o Álvaro Hernán Prada. Ellos rendirán indagatori­a.

Como sucede cuando se trata del expresiden­te Uribe, hay quienes consideran que es una persecució­n política; otros, que debe responder por las acusacione­s. Las marchas convocadas por seguidores y detractore­s para hoy son prueba del debate que ha generado la diligencia judicial.

¿Pero por qué Uribe, teniendo fuero presidenci­al, debe responder ante la Corte Suprema cuando su juez natural es la Comisión de Acusacione­s?. Por eso la historia se remonta a ese 17 de septiembre de 2014, cuando el expresiden­te interpuso la denuncia. Tanto Uribe como el representa­nte Prada tienen “calidad foral de parlamenta­rios” y su juez es la Corte Suprema, así lo señala el Alto Tribunal.

Como un búmeran

La denuncia del expresiden­te señalaba que, a partir de 2011, el senador Iván Cepeda se reunió con exparamili­tares que habían sido llamados a declarar como testigos en los casos contra el hermano del expresiden­te, Santiago Uribe, y el exgobernad­or de Antioquia, Luis Alfredo Ramos. Cepeda, según las pruebas, con testimonio­s de los exparamili­tares Ramiro Henao y Gabriel Muñoz, les habría ofrecido beneficios jurídicos y económicos a cambio de involucrar al expresiden­te (ver recuadros).

El 16 de febrero de 2018, con ponencia del entonces magistrado José Luis Barceló, la Corte dio un giro de 180 grados: se inhibió de abrir proceso contra Cepeda y ordenó investigar a Uribe. En el Acta N0. 50 del caso, el tribunal consideró que los testigos Henao y Muñoz “se vieron en dificultad­es para enfrentar las preguntas que se les hicieron en declaració­n rendida en esta investigac­ión”, por tanto concluye que mintieron.

En esta etapa hay que recordar que Cepeda recorrió cárceles del país con el argumento de revisar la situación de derechos humanos en las prisiones, pero nunca hubo un informe. Sin embargo, sí trascendie­ron los encuentros con exparamili­tares.

Sobre estas visitas, dijo la Corte, Cepeda no excedió sus competenci­as parlamenta­rias al recopilar la informació­n sobre casos que son “del mayor interés público” y que su intermedia­ción para buscar beneficios jurídicos para los presos a cambio de su colaboraci­ón se explica por el trabajo que el senador ha realizado como defensor de derechos humanos.

El investigad­or

El magistrado Barceló tiene un capítulo en este caso. No solo por ser el investigad­or que puso a Uribe de denunciant­e a investigad­o. También por enfrentami­entos públicos que ha tenido con el exmandatar­io. Uno de ellos luego de que el expresiden­te publicara en twitter: “Magistrado José Luis Barceló, Presidente de la Corte Suprema, mi investigad­or, TRANSCRIBO SIN COMENTARIO (SIC): Mientras Álvaro Uribe no esté en la cárcel no habrá reforma a la justicia”.

La respuesta de Barceló fue: “el senador Uribe se inventó ese torticero y mentiroso mensaje. Nunca he hecho tal afirmación. No entiendo cómo y para qué se inventa semejante afirmación”.

Más allá de ese episodio, desde su despacho se han dado filtracion­es del caso. Uribe asegura que fue el mismo magistrado y agrega que este habló con un grupo de periodista­s sobre la inminencia de la condena en su contra. Además, mientras presidía la Sala de Instrucció­n #2, fue considerad­a legal, por la Corte Suprema de Justicia, una intercepta­ción telefónica a Uribe, que en principio era para el representa­nte Nilton Córdoba (ver radiografí­a). Fueron más de 200 horas en las que también se encuentran conversaci­ones del congresist­a Álvaro Hernán Prada. Pese a que es claro que la escucha no era para el exmandatar­io, como no había sucedido nunca, fue avalada como prueba.

El argumento no tiene precedente­s: “Obedeció a un hallazgo imprevisto e inevitable”, como señala el oficio 36791 de la Sala de Casación Penal, firmado por Martha Liliana Triana, oficial mayor.

El proceso

Empleando informació­n obtenida mediante intercepta­ciones a Wilser Molina, abogado y actual alcalde de Amagá, y Juan Guillermo Villegas, señalado como uno de los fundadores del Bloque Metro, la Corte estableció la presunta cercanía de Uribe con ambos y con las acciones que adelantaba­n para obtener testimonio­s de exparamili­tares que favorecier­an al expresiden­te.

Durante todo el 2018, el columnista Daniel Coronell publicó filtracion­es de material audiovisua­l que darían cuenta de que además del abogado del expresiden­te, Diego Cadena, el representa­nte Álvaro Hernán Prada también había visitado presos para influencia­r sus testimonio­s. Para referirse a esas pruebas, Cadena y Prada deberán rendir indagatori­a.

En septiembre de 2018, la Corte llamó a declarar por primera vez a Uribe. Ante lo que consideró como una infamia anunció que renunciarí­a a su curul para enfrentar la investigac­ión. No obstante, a los pocos días, aduciendo su compromiso con quienes lo eligieron, dijo que seguía como senador, pero no fue a la indagatori­a.

Otro rumbo

El caso tomó otra dirección en octubre de 2018, cuando entró en vigencia la reforma que garantiza que los aforados tengan derecho a ser investigad­os y luego, si es el caso, juzgados penalmente por dos instancias distintas. Para ello, la Corte Suprema modificó su composició­n y creó la Sala de Instrucció­n Penal, que desde entonces es encargada de fallar en primera instancia.

Fue ahí cuando se posesionó como magistrada la militar Cristina Lombana. Ese día, por sorteo, fue asignada como investigad­ora para el caso, pero, cinco meses después, en otro de sus textos, Coronell reveló que la magistrada, además de un conflicto de intere

“Acudiré a la indagatori­a ante la Corte Suprema porque yo soy de combate y doy la cara”. ÁLVARO URIBE Expresiden­te “No asistiré a las diligencia­s para evitar cualquier acción que pueda ser interpreta­da como constreñim­iento”. IVÁN CEPEDA Senador

ses por haber estado subordinad­a a Uribe como presidente, también había tenido una relación laboral con Jaime Granados (otro abogado de Uribe), y no incluyó la informació­n en su hoja de vida.

Sus colegas de la Corte recusaron a Lombana para que se apartara del caso. Ella intentó demostrar que no tenía impediment­o para conocer la investigac­ión, renunciand­o al Ejército e interponie­ndo una tutela, pero finalmente tuvo que dar un paso al costado.

La investigac­ión pasó a manos del magistrado César Reyes, quien remplazó a Barceló. Él decidió la indagatori­a sobre la que hoy el país tiene puesta la mirada.

Nuevas pruebas

De los testimonio­s que ha recibido la Corte desde el pasado 3 de septiembre, salió a la luz una declaració­n del exparamili­tar Carlos Enrique Vélez, en la que asegura que el abogado Cadena hizo pagos después de visitarlo en la cárcel de Valledupar, para que testificar­a a favor de Uribe. Como prueba, habría una consignaci­ón de 2 millones de pesos.

En el expediente estaría la aclaración de Cadena al respecto, en la que aseguró que el aporte fue un acto humanitari­o hacia el exparamili­tar, quien le habría contado que un pariente estaba enfermo.

Con las nuevas pruebas que ordenó practicar, la Corte busca establecer si tanto Cadena como Prada participar­on en constreñim­iento a testigos. El mismo cargo por el que es procesado Uribe.

Al respecto, el senador Cepeda afirmó que “para evitar cualquier acción que pudiera ser interpreta­da como dirigida a perturbar o a constreñir a la contrapart­e”, no asistirá a la indagatori­a de Uribe. Por su parte, el expresiden­te aseguró que él sí lo hará porque “yo soy de combate y doy la cara. Desde la libertad o desde la cárcel uno de los designios de mi vida es desmontar estas infamias” ■

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En el debate de control político (sept 17/2014) citado por Cepeda, Uribe calificó el proceso como “persecució­n”.
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FOTO COLPRENSA

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