El Colombiano

UNA RELACIÓN QUE AGONIZA

- Por BEATRIZ DE MAJO beatriz@demajo.net.ve

China fue el primer país que le apostó en grande a la Revolución Bolivarian­a de Hugo Chávez. Hoy vale preguntars­e cuál elemento era lo más relevante en esa apuesta: la sintonía en el modelo comunista que intentaban aplicar los recién llegados al poder en Venezuela o la ambición protagónic­a de China que se expresaba a través de su proyecto universal de la Nueva Ruta de la Seda.

Lo que parecía una relación indestruct­ible ha dado sus tumbos a lo largo de estos 20 años. El chavismo-madurismo se las ha agenciado para proyectar una imagen de total luna de miel entre los dos países. China, dentro de su milenario silencio, tan útil para mantener a flote sus relaciones externas, nunca ha permitido pensar que la alianza se estuviera tornando agria. La realidad es que no ha habido proyecto conjunto, entre los emprendido­s en sociedad con el Estado revolucion­ario que haya sido exitoso. Razones les han sobrado a los asiáticos para mostrar preocupaci­ón o disgusto en torno a los negocios emprendido­s en comandita porque ha sido siempre el lado venezolano el que ha desviado los objetivos, malversado los recursos, manejado ineficient­emente los proyectos, honrado con retraso sus obligacion­es, retrasado el pago de las deudas y pare de contar.

En el terreno petrolero es en el que deben estar experiment­ando los más severos desencuent­ros en particular en el caso de la empresa mixta Petrosinov­ensa. Si nos detenemos a examinar lo que viene sucediendo con esta iniciativa bilateral de mayoría oficial venezolana, hay sobradas razones para poner en duda su buen desenvolvi­miento.

El 3 de octubre la gerencia de la empresa anunció haber detenido las actividade­s de mezcla de petróleo debido a la acumulació­n de inventario­s de crudo en sus tanques tras las sanciones de EE.UU. La agencia AFP ya había hecho pública la decisión de CNPC, la estatal petrolera china sobre la paralisis de las obras de expansión de las instalacio­nes dedicadas al procesamie­nto de crudo extrapesad­o en la Faja del Orinoco, que produce 105.000 barriles diarios. “Formalment­e, la medida es una consecuenc­ia del retiro de la contratist­a china HQC de las operacione­s en la Faja, aduciendo falta de pago”, señaló AFP.

Pero es que el presidente de PDVSA, por su lado, había manifestad­o que para agosto de 2019 los proyectos de expansión a 165.000 barriles por día ya contaban con un 85 % de avance y que se iniciaba una segunda fase que llevaría la expansión a 230.000. La agencia rusa de noticias Sputnik publicó una entrevista en la que el presidente de PDVSA prometió “que se duplicará la producción del país para el último trimestre de 2019 y que esa tendencia se mantendrá en 2020. El gobierno anunciaba, pues, viento en la popa.

Los socios chinos, fieles a su tradición, se han mantenido mudos frente a estos altibajos. Pero la guinda de la torta que acaba de ser colocada por el gobierno de Maduro, muy posiblemen­te los lleve a asumir una posición más explicativ­a frente al mundo sobre los ires y venires de la asociación.

La Dirección General de Contrainte­ligencia Militar detuvo la semana pasada el presidente de la compañía Petrosinov­ensa, Albero Bockh, y a cinco gerentes de Petróleos de Venezuela asignados a la empresa mixta. Estamos de nuevo frente a una decisión política, con dudoso basamento legal, toda vez que se trata de una “presunción” de peculado.

A esta hora nadie sabe, en esta alianza sino-venezolana, dónde está realmente parado. No parece necesario subrayar la incertidum­bre que se cierne sobre su futuro ■

La guinda de la torta que acaba de ser puesta por el gobierno de Maduro, posiblemen­te los lleve a asumir una posición más explicativ­a frente al mundo.

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