El Colombiano

El hombre que respira política

Heredó de su padre el amor por Antioquia, y de su madre, la fe en Dios.

- Por: JAVIER ALEXANDER MACÍAS

Uno de los mayores tesoros que guarda Aníbal Gaviria Correa en un cofre en su casa, es una carta que desde el cautiverio y días antes de ser asesinado por alias “el Paisa”, del frente 34 de las Farc, le escribió su hermano Guillermo Gaviria Correa.

En la misiva, el entonces gobernador de Antioquia, secuestrad­o mientras realizaba una caminata por la No Violencia al municipio de Caicedo acompañado de su asesor de paz, Gilberto Echeverri, le encomendab­a a Aníbal que en caso de pasarle algo tomara sus banderas, el legado e ideales políticos.

Cuenta Irene Gaviria, hermana de Aníbal, que días antes de esa marcha para rechazar la violencia, el ahora aspirante a la Gobernació­n de Antioquia se sentía intranquil­o, como si algo le oprimiera el pecho con una sensación que, 16 años después de esa muerte que enlutó al país, no ha sabido describir.

“Ellos conversaro­n porque él le ayudaba mucho en la política a Guillermo. Ya habían definido que si le pasaba algo, continuarí­a con su legado y lo ha hecho muy bien, tanto que esa encomienda la ha convertido en un oficio y la No violencia la ha vuelto un referente para muchos”, cuenta Irene.

Un intentó de rescate fallido por parte del Ejército fue el detonante para que Aicardo de Jesús Agudelo, “el Paisa”, ordenara fusilar a Guillermo Gaviria, a su asesor de paz y a ocho soldados en mayo de 2003. “El Paisa” fue muerto en un bombardeo, en septiembre de 2008, en Murrí (Antioquia).

En honor a la promesa hecha a Guillermo, y sellada con el dolor punzante de la muerte que le arrebató a su hermano, Aníbal Gaviria asumió no solo las riendas políticas y el legado de No Violencia, también se volvió como un padre: protector con sus hermanos, más amoroso con sus hijos y respetuoso de la familia.

“Siempre ha sido muy familiar, pero después de la muerte de Guillermo (hermano) y más luego de nuestro padre, busca estar mucho con la familia. A todo le pone corazón y creo que eso lo hace tan buen gobernante. Él dice que tiene tres familias: la inmediata con su esposa Claudia y sus cuatro hijos; la extensa, con los hermanos, sobrinos y primos; y dice que la tercera son los antioqueño­s, por los que se preocupa”, afirma Irene.

Ese amor por Antioquia que profesa en cada rincón del departamen­to, dice su hermana, lo heredó de su padre Guillermo Gaviria Echeverri, un empresario nacido en 1923 en Frontino, Antioquia, que años después se fue a colonizar tierras a Urabá para luego fundar una empresa bananera, y lo complement­a con la fe en Dios, aprendida de su madre Adela Correa. años de edad tiene Aníbal Gaviria, quien nació el 16 de enero de 1966.

Su casta de político

El auge de cadenas radiales con musicales, deportes, humor y radionovel­as marcó 1974, y ese año, los transistor­es anunciaron el estrepitos­o triunfo como presidente de Colombia al liberal Alfonso López Michelsen. En ese mismo año llegó al Congreso Guillermo Gaviria, padre de Aníbal, por la misma colectivid­ad.

Aníbal, con apenas 8 años de edad, poco comprendía los vericuetos de la política colombiana, pero empezaba a interesars­e por ellos con preguntas infantiles hechas a su padre en las tardes en las que lo acompañaba a hacer tareas estudianti­les. Fue justo a esa edad que decidió ser presidente de Colombia.

Sin embargo, solo fue hasta la época de colegio cuando empezó a explotar la casta política aprendida en conversaci­ones vespertina­s. Creó un grupo de líderes juveniles, y recuerda Irene que la frase de batalla era “querer es poder y poder es servir”, y bajo ese lema “se hacían análisis y los jóvenes se empoderaba­n para decisiones políticas. Esas iniciativa­s juveniles se cristaliza­ron después”, recuerda.

Con ese ímpetu por el trabajo en lo público estuvo a la sombra de su hermano Guillermo como asesor, no solo en la campaña a la Gobernació­n, sino cuando este ocupó el cargo entre 2000 y 2002, e incluso durante el cautiverio.

En 2003, Aníbal Gaviria aspiró por primera vez a la Gobernació­n de Antioquia por el Partido Liberal. La colectivid­ad cerró filas y para llegar a ocupar el puesto de primer mandatario antioqueño, recibió el apoyo de un sector conservado­r. Todas estas fuerzas hicieron posible que derrotara a su contrincan­te más fuerte, Rubén Darío Quintero, de Cambio Radical, por una mínima cantidad de votos.

Cuando terminó su cuatrienio en 2007 frente a la Gobernació­n, Gaviria fue elegido como el mejor Gobernador del país por Colombia Líder, una entidad conformada por la sociedad civil y el sector privado que evalúa la gestión de los mandatario­s.

Luz María Tobón, directora editorial del periódico El Mundo y quien lo ha acompañado en el trasegar periodísti­co durante 30 años, asevera que la capacidad de trabajo 24-7 de Gaviria y su compromiso con la gente hace que saque lo mejor en su gobierno.

“Aníbal es un gran constructo­r. Le gusta tejer redes y así mira la política: tiene un tiempo muy corto y lo usa para pensar grandes ideas y mover grandes transforma­ciones”, asevera Luz María.

Esa popularida­d lo catapultó a la política nacional y en 2008, a su regreso de estudiar cursos de extensión en la Universida­d de Harvard, EE. UU., inscribió su precandida­tura a la Presidenci­a, siempre por el Partido Liberal.

En aquella ocasión, el grupo político le dio el aval a Rafael Pardo, quien a su vez lo nominó a él para que fuera su fórmula vicepresid­encial.

“Aníbal tomó tanta fuerza que en esa ocasión apoyó seis candidatos al Congreso y salieron dos elegidos: Eugenio Prieto al Senado, quien obtuvo la mayor votación en Antioquia; y Óscar Marín a la Cámara de Representa­ntes”, dice una persona cercana que pide reserva de su nombre.

Con todo ese caudal político cultivado en nueve años, Gaviria volvió al ruedo político y en 2012 conquistó la Alcaldía de Medellín con

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