Adaptarse a la guardería no tiene que ser un problema
El ingreso de los hijos a la guardería es un cambio en la vida familiar en el que se involucran acciones como preparación, toma de decisiones, adaptación y acompañamiento, para que no genere interferencias con la vida cotidiana familiar. María Isabel Restrepo Quijano, coordinadora de la escuela inicial del Colegio Sagrado Corazón Montemayor, afirma que no existe una receta mágica para adaptarse a esta nueva etapa, pues cada niño es único y su ritmo de aprendizaje es diferente, pero sí es posible facilitarlo.
Para Lina Marcela Henao, asesora escolar del colegio El Triángulo, el primer paso por parte de los padres es estar seguros de ingresar al niño a la guardería y escoger una que sea acorde a las condiciones y metodologías de aprendizaje que quieren para él.
Ambas profesionales aconsejan anticipar el ingreso a la guardería, como un periodo que inicia en casa, mediante actividades lúdicas, juegos de roles e imágenes que vayan relacionando al niño con el lugar donde estará para que no sienta que es algo tan nuevo.
Asimismo, llevar al niño previamente a la guardería y tener una visita guiada, conocer las personas y explicarle que ahí lo van a cuidar, va a tener amigos y aprenderá cosas nuevas. Actualmente hay guarderías muy flexibles en cuanto al tiempo de permanencia y los horarios. Esto permite que los papás al inicio puedan acompañar un rato al niño y la adaptación sea gradual.
Luego, es importante que los papás se despidan rápidamente, de forma tranquila, que los niños tengan claridad que ellos vuelven. Al principio se puede permitir al niño que lleve objetos de apego, como un peluche que le de seguridad, y luego, poco a poco irlos retirando. Cuando el niño llegue a casa, es fundamental que los papás le pregunten cómo la pasó, si conoció muchos amigos, qué hizo, qué jugó y no solo cómo se comportó.
Finalmente se aconseja establecer rutinas y relacionarlo con ellas a través del diálogo, explicándole qué van a hacer