El Colombiano

El hombre que sufrió el triunfo del No

Rozó la victoria en 2015 y lo vuelve a intentar ahora sin la sombra de Uribe.

- Por MATEO ISAZA GIRALDO

La vida le enseñó con dos hechos a Juan Carlos Vélez Uribe que, en política, ni las derrotas son definitiva­s ni la victoria más estruendos­a es sinónimo de aguas mansas.

El primero de ellos fue en 2006, cuando aspiró por primera vez al Senado por el Partido Social de Unidad Nacional y luego de sacar 24.246 votos quedó de 23 en el movimiento que lideraba el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez.

La U obtuvo 20 curules en aquella elección y aunque en un principio quedó por fuera, en 2008 ingresó en reemplazo de Mauricio Pimiento, suspendido por parapolíti­ca. Es decir que su debut en el órgano legislativ­o llegó desde el banco de suplentes.

La otra lección llegó diez años después, luego de gerenciar la exitosa campaña del No en el plebiscito y ganar por 53 mil votos la votación que buscaba refrendar los acuerdos entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc.

En esa ocasión Juan Carlos Vélez se llevó todos los reflectore­s por una entrevista en el diario La República en la que, días después del triunfo, calificó la campaña como “la más barata y más efectiva de la historia” con algunas estrategia­s que pusieron en duda la ética de los promotores del No.

Aquella vez una victoria inesperada y una exposición mediática polémica comenzaron a socavar el estatus que había conseguido en las causas políticas que había compartido con uno de sus principale­s mentores: Álvaro Uribe Vélez.

Vecino de El Poblado

Una biografía oficial del candidato Juan Carlos Vélez Uribe dirá que nació en Medellín, en febrero de 1965, en el seno de una familia prestante que siempre vivió en El Poblado.

Juan Carlos fue el primer hijo del matrimonio entre el empresario Carlos Enrique Vélez Ángel y María Victoria Uribe Wills. Tres años después llegaría Andrés, el segundo y último hijo entre el industrial antioqueño fundador de Unibán y la mujer que lideró obras sociales con causas filantrópi­cas como, por ejemplo, ser la pionera de la Clínica Santa Ana.

“Nuestra familia siempre fue de unos principios muy férreos. Mientras vivieron, nuestros padres siempre se preocuparo­n porque fuéramos personas de bien: respetuoso­s, responsabl­es y muy trabajador­es. Además nos inculcaron mucho la fe en el catolicism­o”, cuenta Andrés Vélez Uribe.

Los dos hermanos estudiaron el bachillera­to en el Colegio Alemán, en el que Juan Carlos, además de descubrir su gusto por la lectura y la historia, se destacó en deportes como atletismo, tenis y squash.

El fin de la época escolar, a principios de los 80, también puso al ahora candidato por el movimiento Medellín Avanza frente a dos retos que le marcaron la vida.

El primero fue prestar servicio militar en el Urabá antioqueño y el segundo la trágica muerte de su papá, Carlos Enrique Vélez, cuando Juan Carlos tenía apenas 17 años, lo que obligó a que tuviera que asumir parte del peso de las decisiones de la familia.

Aunque los Vélez tenían una herencia más asociada a la vocación industrial y estaba llena de ingenieros y administra­dores de empresas, el mayor de la familia Vélez Uribe se matriculó en Derecho en la Universida­d de Medellín y a mediados de los 80 comenzó a militar en las juventudes del Partido Conservado­r Colombiano, en la que tuvo a Jorge Hernández Restrepo como uno de sus padrinos políticos.

Luego vino la especializ­ación en Derecho Administra­tivo y los estudios que adelantó en Defensa y Seguridad Nacional en los que retomó parte de lo que aprendió en el Ejército.

Carrera política

Como si se tratara de una carrera de largo aliento, para la que los atletas se preparan con un plan de trabajo estructura­do y con tiempo, la incursión del abogado en lo público comenzó en lo barrial y se fue extendiend­o con el pasar de los años, siempre asociado al partido azul.

Primero fue edil tres periodos de la comuna 14 (El Poblado) y luego concejal de Medellín durante dos periodos, entre 1995 y el 2000 cuando ya se había acercado a la vertiente Nueva Fuerza Democrátic­a, el grupo conservado­r que lideraba Andrés Pastrana Arango.

Fue precisamen­te Pastrana, cuando ya era presidente, quien lo llevó al cargo de director nacional de la Aeronáutic­a Civil, lo que representó para el político antioqueño el primer vuelo a una entidad de mayor renombre.

Allí estuvo cuatro años. Le tocó el relevo presidenci­al y asumir el reto de trabajar con Álvaro Uribe Vélez, lo que dio paso a su salida del

Partido Conservado­r para ser un fiel escudero del político de la “Mano firme y corazón grande”.

De pájaros y desaparici­ones

El médico Juan Carlos López, quien compartió con Vélez Uribe correrías políticas y con quien forjó una amistad desde hace 30 años que aún perdura, recuerda que una vez el ahora candidato les hizo pasar un susto y les mostró una faceta desconocid­a cuando se perdió por varias horas y nadie daba razón de él.

“Estábamos en una finca en San Carlos, luego de recorrer varios pueblos del Oriente antioqueño en época difícil del conflicto, y de un momento a otro nadie daba razón de Juan Carlos. Lo empezamos a buscar hasta que un militar nos dijo que había un señor caminando por la carretera con unos binoculare­s en la mano”, cuenta el amigo quien ese día se enteró que estaba frente a un gomoso de la ornitologí­a.

Ese conocimien­to profun

Yo no tengo diferencia­s con el presidente Uribe sino con algunos integrante­s del Centro Democrátic­o.

do de las aves le permite al candidato, por ejemplo, decir con soltura el nombre científico de las especies cuando salen en correrías o en paseos especiales para disfrutar de jornadas de avistamien­to.

Esa pasión, además, le permitió explorar su faceta de empresario, con la que ahora busca atraer a turistas con una agencia de viajes especializ­ada en planes de avistamien­to de aves, en un gremio que conoció cuando fue director de Anato (2006).

Campaña de cuatro años

Luego de su paso por el Congreso, del que extraña las álgidas peleas con su homólogo Gustavo Petro, Juan Carlos Vélez recibió en 2015 el guiño de Álvaro Uribe para que aspirara a ser el primer alcalde

de Medellín elegido por el Centro Democrátic­o.

A pesar de hacer campaña de la mano del expresiden­te, de liderar las encuestas hasta una semana antes de las elecciones y de sumar más de 236.000 votos, Vélez Uribe perdió la elección en un “votofinish” con Federico Gutiérrez.

“Habíamos hecho una campaña impecable y claro que fue un golpe duro para todos porque las encuestas nos daban como ganadores. Sin embargo, Juan Carlos aceptó con gallardía la derrota y desde el día siguiente de las elecciones salimos a la calle a darle las gracias a la gente para el nuevo proyecto político”, contó Adriana Sánchez, quien lo acompaña en su equipo de trabajo desde el año 2001.

Esa derrota en las urnas, quien lo creyera, fue menos dolorosa para el candidato que perder el respaldo en octubre de 2016 de la mayoría de sus copartidar­ios del Centro Democrátic­o cuando estalló el escándalo por la victoria del No en el plebiscito. Su nombre figuró en la primera plana de los medios nacionales y algunos de sus antiguos compañeros de causa lo tildaron de indelicado con las comunicaci­ones y hasta de borracho.

“Yo nunca dije que salieran a votar berracos, jamás he utilizado ese término en una entrevista, quizás en una conversaci­ón privada pero eso es un tema superado. Las investigac­iones del Consejo Nacional Electoral fallaron todas a mi favor y para mí ese escándalo mediático está superado”, contó el candidato.

Ahora, sin tener a la sombra a Álvaro Uribe o el aval de un partido de peso, Juan Carlos Vélez se montó en una candidatur­a independie­nte a la que define como de “Mano firme y brazo extendido”, en la que combina estrategia­s de seguridad y desarrollo económico que, pese a los esfuerzos y a la experienci­a en lo público, aún no se ubica entre los favoritos para ganar las elecciones del próximo 27 de octubre.

De hecho acaba de perder el respaldo de un matiz del Partido Conservado­r que cambió de bando al ver que no repuntaba en las encuestas (ver recuadro).

Sin embargo, aún confía en que en los 15 días que restan, la tendencia se pueda revertir y que la gente en Medellín vote por el candidato que considere mejor capacitado.

Tal como van las cosas tendría que ocurrir un milagro en las urnas para que la segunda campaña a la alcaldía no termine en un aterrizaje forzoso que lo ponga de nuevo de frente con el sinsabor y el aprendizaj­e de otra derrota electoral

Tengo una mejor propuesta de gobierno que en las elecciones pasadas. Siempre he dicho que yo no perdí en 2015, yo casi gano.

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FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ.
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Juan Carlos Vélez

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