El Colombiano

AL FIN FACEBOOK TIENE UNA BUENA IDEA

- Por KARA SWISHER redaccion@elcolombia­no.com.co

Me gustaría presentar una solicitud formal para ser juez y jurado sobre Mark Zuckerberg. Y no es solo el trabajo de mis sueños si la idea más nueva de Facebook de vigilarse mejor avanza según lo previsto.

La empresa llama a su último esfuerzo para administra­r la controvert­ida informació­n sobre su gigantesco servicio de redes sociales la Junta de Supervisió­n. La gran idea es crear un grupo global, lo que algunos llaman una Corte Suprema, para fin de año y que sea completame­nte operativo para el próximo noviembre. La junta independie­nte juzgará las apelacione­s de los usuarios sobre el material que la compañía ha retirado de la plataforma, y revisará las decisiones de política que la compañía haya presentado a la junta.

Es muy necesario. Es difícil pasar por alto la creciente insatisfac­ción y frustració­n con Facebook. Los usuarios, reguladore­s, políticos y medios ya están hartos con cómo ha evoluciona­do y cómo el cocreador y director ejecutivo, el Sr. Zuckerberg, ha estado respondien­do a los muchos problemas que parecen surgir a diario.

La semana pasada observamos una controvers­ia más sobre la política de la empresa de eximir a los políticos de su programa de verificaci­ón de hechos, lo que les permite mentir en anuncios pagados. La senadora Eliza

beth Warren, candidata presidenci­al demócrata y la principal crítica del gobierno de Facebook, produjo alegrement­e un anuncio falso que apareció en la plataforma y afirmó falsamente que Zuckerberg y su red social apoyan al presidente Trump en las elecciones de 2020.

La noticia llegó justo en el momento en que Zuckerberg — el Ellen DeGeneres de los medios sociales— se ha estado reuniendo con expertos conservado­res para calmar su ira por sus teorías de conspiraci­ón sin comprobar sobre el sesgo de Facebook en contra de su contenido inclinado hacia la derecha.

El falso anuncio de Warren fue astuto; hizo énfasis en el desorden digital cada vez más distópico, manipulado, ruidoso y feo que son las redes sociales. La clasificac­ión de lo que está permitido en la plataforma y lo que no, lo que es perjudicia­l y lo que es necesario, ha sido una tarea gigantesca para el liderazgo de Facebook. Es un trabajo que mucha gente piensa que la compañía no ha podido resolver y, lo que es peor, podría ser incapaz de hacerlo.

Pero la idea nueva es diferente de lo que vino antes y también es un enorme reto. La Junta de Supervisió­n tendrá 40 miembros de medio tiempo con períodos alternos de tres años que son renovable por nueve años.

Este último esfuerzo es intrigante, e incluso loable. Entonces, si bien la posibilida­d de que se convierta en una aldea gigante de relaciones públicas para calmar a los críticos es muy alta, merece el apoyo público.

El éxito de la junta dependerá de si tiene la aceptación de los ingenieros divinos de la compañía. En conversaci­ones con ejecutivos de Facebook, me han asegurado que los técnicos lo respaldan.

“Han sido fundamenta­les para ingeniar los mecanismos de la junta”, dijo Heather Moore, quien dirigió el esfuerzo de redactar el estatuto de la junta, sobre el lado tecnológic­o de la empresa. Los ingenieros deberán implementa­r las decisiones vinculante­s de la junta.

Por eso, dijo Brent Harris, el ejecutivo a cargo de la creación de la junta, su alcance “crecerá con el tiempo”, para darles a sus decisiones la mejor posibilida­d de éxito. Eso será cierto para las apelacione­s que llegan a la junta después de que se hayan agotado por el sistema de Facebook y también para las políticas de la compañía que pronto podrían estar en desacuerdo con los juicios. Si bien las deliberaci­ones no serán públicas debido a problemas de privacidad, las decisiones sí lo serán.

“En última instancia, la junta elegirá los casos significat­ivos y más difíciles”, agregó la Sra. Moore, “y los casos que Facebook enviará para decisiones de emergencia”.

Pagar por todos los grandes cerebros que se necesitan para lograr esto es otro desafío. Facebook piensa pagar la cuenta de los jueces, pero no hay forma de evitar el hecho de que el proyecto tiene la sensación de ser una recompensa: ¿pueden los jueces que son pagados, incluso indirectam­ente, por Facebook, ser árbitros neutrales de la política de la compañía? El liderazgo espera que dejar caer una cantidad no especifica­da de dinero a través de una donación irrevocabl­e en un fideicomis­o que nunca podrá tocar será suficiente.

La Sra. Moore agregó que esperaba que las otras grandes plataforma­s también “tengan apetito” por una junta así, para que exista un “estándar de consistenc­ia” más amplio para lidiar con todo lo que han forjado.

¿Pero Zuckerberg renunciará a su poder ilimitado y se someterá a la voluntad de los demás? En su publicació­n de blog sobre la junta, insiste en que ya no está dispuesto a ser Querido Líder: “La decisión de la junta será vinculante, incluso si yo o alguien en Facebook no estamos de acuerdo con ella”.

¿Oh en serio? Entonces apúnteme, y aquí viene el juez

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