Cadena alimenticia sostenible, una tarea del país
Cada año Colombia desperdicia 9,76 millones de toneladas de comida. El 34 % de lo que se bota es apto para consumo.
“Una alternativa que promovemos es invitar a las empresas del sector a fortalecer los bancos de alimentos”.
Si usted desecha una manzana a la semana solo porque tiene un golpe o está arenosa, y multiplica ese número por 2,37 millones, equivalentes a los habitantes de Medellín, daría un total de 113,76 millones de unidades de la fruta desperdiciadas al año.
En Colombia, cada año se botan 9,76 millones de toneladas de comida, un 34 % de lo que podría consumirse en doce meses, según el informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP) realizado en 2016. Es decir que, por cada tres toneladas de comida disponible, una va a la basura.
En junio de este año se aprobó una iniciativa legislativa que dio origen a la Ley 1990 de 2019, la cual busca implementar medidas y obligaciones para los productores, distribuidores y consumidores de alimentos, para disminuir el porcentaje de alimentos que se desechan en el país. También, sensibilizar a dichos actores de la cadena, con el objeto de que realicen un manejo adecuado y priorizar el consumo humano.
“Estamos atentos a trabajar con el Gobierno en la reglamentación de la Ley, que ofrece oportunidades para abordar esta problemática con acciones transversales”, destacó Camilo Montes, director de la Cámara de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi).
CAMILO MONTES
Director de la Cámara de alimentos Andi
Pertinencia de la iniciativa
Desde abril de 2016 se presentaron dos proyectos en el Congreso. Ambos se unificaron en una sola propuesta, la cual se aprobó finalmente este año.
La norma prohibe a los productores enviar a rellenos sanitarios los alimentos que estén en condiciones aptas para el consumo humano. Además, establece que se podrán donar a las organizaciones sin ánimo de lucro que atienden población vulnerable, como los bancos de alimentos. También, el Ministerio de Agricultura cuenta con programas de educación a los agricultores para reducir el desaprovechamiento de productos.
“Erradicar el hambre, especialmente en los niños, debería ser prioridad, pues genera impactos positivos para la productividad y para mantener los avances en la superación de la pobreza”, agregó Montes.
Según el DNP, 61 % de los desechos provienen de la producción y distribución, son alimentos que se pierden antes de ser adquiridos por un consumidor.
El informe de 2018 de América Latina y el Caribe para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que 3,2 millones de personas en el país sufren de subalimentación