EL ESTADO CUESTA Y HAY QUE RECUPERAR UN CONSENSO BÁSICO: TODOS PONEMOS
Profesor e investigador, Instituto de Estudios Políticos de la U. de Antioquia.
Hay mucha inconformidad en las democracias, pero no creo que vaya al punto de buscar una sustitución del sistema de democracia liberal. Lo que sí pasa es que se ha ido radicalizando la exigencia frente a los incumplimientos de las promesas que hace esta misma democracia liberal. En esta, el ciudadano vota por programas, propuestas, y por los equipos dirigentes que van a ejecutarlos. Pero la sociedad encuentra que los resultados obtenidos son tan insatisfactorios, que se activan unas manifestaciones de sectores populares que reclaman ante esos incumplimientos.
La gente está dispuesta a aportar, pero quisiera ver resultados. Y ahí subyace una discusión muy amplia: ¿quién aporta qué? Hay presiones al Estado, desde arriba y desde abajo. Las maneras de presionar son las que difieren. Los de abajo tienen la calle y las movilizaciones, y los de arriba tienen el teléfono y a los organismos multilaterales.
Había un consenso, y era que el Estado cuesta. Los empresarios y el gran capital contribuían en la medida de sus ganancias, quien más tiene, más paga. Ese consenso se rompió. Y hay que volver a discutir qué pone cada sector conforme a sus capacidades, partiendo de un consenso básico, y es que todos ponemos. No es que ponga un solo sector, sino convencer a cada cual por qué y para qué debe aportar