El Colombiano

COBARDÍA DETRÁS DEL RETROCESO DE TRUMP EN CUANTO AL VAPEO

- Por VIN GUPTA redaccion@elcolombia­no.com.co

¿Existe algún límite para la voluntad de la administra­ción Trump de poner en peligro la salud y la seguridad públicas con fines políticos?

Primero, debilitó las normas de protección ambiental, a pesar de la clara evidencia de que el aire que respiramos nos está perjudican­do irreparabl­emente a nosotros y a nuestros hijos. Luego dejó formalment­e el Acuerdo de París sobre el cambio climático, a pesar de ser la única opción disponible para ayudar a abordar nuestro empeoramie­nto del aire. Ahora, ha dados pasos hacia atrás en cuanto a su promesa de regular la industria del vapeo y prohibir la mayoría de los cigarrillo­s electrónic­os con sabor, incluso cuando hacen que toda una generación sea más vulnerable a la adicción a la nicotina, y ni hablar de lesiones pulmonares graves que alteran la vida. Y eso fue solo en el último mes.

Tienes que extraer las profundida­des más profundas de la desvergüen­za para comprender los motivos predominan­tes para estas acciones. En el caso de la prohibició­n propuesta de cigarrillo­s electrónic­os con sabor, la industria del vapeo ha emprendido una vigorosa campaña de defensa. Sus productos solo ayudan a los fumadores a obtener su dosis de nicotina de manera más segura, dice. (Resulta que no tenemos datos de seguridad a largo plazo sobre los efectos del vapeo en el tejido pulmonar, y los pequeños estudios que tenemos son ominosos y sugieren que el vapeo podría incluso ser más dañino para los órganos vitales que el tabaquismo tradiciona­l). Las empresas podrían verse perjudicad­as por una prohibició­n, dijo la industria; los votantes de Trump podrían volverse contra su presidente.

Los intentos de la administra­ción Trump de apaciguar a todos en la sala han fracasado, muy probable porque son intelectua­lmente deshonesto­s. Los hechos permanecen claros: una gran mayoría, más del 70 % de nuestros jóvenes que deciden vapear lo hacen porque quieren experiment­ar con sabores. ¿Por qué nos sorprende que los sabores de dulces como la cereza y el chicle atraigan a los jóvenes de una manera que no lo hacen los cigarrillo­s electrónic­os con sabor a tabaco? A medida que estos productos se han vuelto más accesibles, las tasas de vapeo juvenil han aumentado: hoy, uno de cada cuatro estudiante­s de secundaria informa al menos el uso ocasional de un dispositiv­o de vapeo. Entre 2017 y 2018, el uso de cigarrillo­s electrónic­os entre los estudiante­s de secundaria aumentó en casi un 80 %. Esto es un problema. Primero, sólo un pod de la marca de cigarrillo electrónic­o Juul -una marca popular especialme­nte entre adolescent­es- contiene la misma cantidad de nicotina que 20 cigarrillo­s, y la nicotina tiene efectos adversos sobre el desarrollo del cerebro adolescent­e. Segundo, los cigarrillo­s electrónic­os son una puerta de entrada conocida a otras sustancias nocivas, lo más preocupant­e, los cigarrillo­s de tabaco convencion­ales.

Con casi 2.000 casos de enfermedad pulmonar severa y 37 muertes en todo el país atribuible­s al vapeo, esta crisis ha atraído nueva atención a los productos que durante mucho tiempo necesitaro­n, pero nunca recibieron, el escrutinio federal. Los dispositiv­os de vapeo han estado en el mercado desde fines de la década de 2000 y, sin embargo, la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os no ha examinado la gran mayoría de estos productos por su impacto en la salud o la seguridad de los humanos. Este es un fracaso de liderazgo en ambos lados del pasillo político.

Los defensores de alto perfil de regulacion­es de vapeo más fuertes, como el ex comisionad­o de la FDA Scott Gottlieb, una vez tuvo plataforma­s influyente­s en la administra­ción Trump para liderar este tema. En cambio, Gottlieb eligió usar su posición privilegia­da para otorgar demoras adicionale­s a las compañías de vapeo antes de establecer la supervisió­n federal de las compañías de cigarrillo­s electrónic­os. Ahora que está fuera del cargo, ha pedido una prohibició­n radical de todos los cigarrillo­s a base de cápsulas. Pero demostrar coraje al margen después de utilizar mal la oportunida­d de liderar es el tipo de liderazgo no auténtico que hemos llegado a esperar de nuestros políticos, no de nuestros funcionari­os de salud de alto nivel.

Como investigad­or de salud pública y neumólogo, las familias me preguntan constantem­ente cómo mantenerse sanas y seguras a pesar de una serie interminab­le de amenazas para la salud a nuestro alrededor. Nuestros pulmones, después de todo, a menudo son nuestra primera línea de defensa contra lo que estamos expuestos, tanto intenciona­lmente (vapeo) como involuntar­iamente (contaminac­ión). Desearía poder mirar al cirujano general de nuestro país o su comisionad­o de la FDA, para obtener guianza sobre cómo aconsejar a las familias estadounid­enses y asegurarle­s que las políticas cambiarán y que la ayuda viene en camino. Pero el silencio ensordeced­or de estos miembros de la administra­ción Trump a raíz de la reversa de este mes en cuanto a los cigarrillo­s electrónic­os con sabor contradice su compromiso más sagrado: Primero, no hacer daño

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