COBARDÍA DETRÁS DEL RETROCESO DE TRUMP EN CUANTO AL VAPEO
¿Existe algún límite para la voluntad de la administración Trump de poner en peligro la salud y la seguridad públicas con fines políticos?
Primero, debilitó las normas de protección ambiental, a pesar de la clara evidencia de que el aire que respiramos nos está perjudicando irreparablemente a nosotros y a nuestros hijos. Luego dejó formalmente el Acuerdo de París sobre el cambio climático, a pesar de ser la única opción disponible para ayudar a abordar nuestro empeoramiento del aire. Ahora, ha dados pasos hacia atrás en cuanto a su promesa de regular la industria del vapeo y prohibir la mayoría de los cigarrillos electrónicos con sabor, incluso cuando hacen que toda una generación sea más vulnerable a la adicción a la nicotina, y ni hablar de lesiones pulmonares graves que alteran la vida. Y eso fue solo en el último mes.
Tienes que extraer las profundidades más profundas de la desvergüenza para comprender los motivos predominantes para estas acciones. En el caso de la prohibición propuesta de cigarrillos electrónicos con sabor, la industria del vapeo ha emprendido una vigorosa campaña de defensa. Sus productos solo ayudan a los fumadores a obtener su dosis de nicotina de manera más segura, dice. (Resulta que no tenemos datos de seguridad a largo plazo sobre los efectos del vapeo en el tejido pulmonar, y los pequeños estudios que tenemos son ominosos y sugieren que el vapeo podría incluso ser más dañino para los órganos vitales que el tabaquismo tradicional). Las empresas podrían verse perjudicadas por una prohibición, dijo la industria; los votantes de Trump podrían volverse contra su presidente.
Los intentos de la administración Trump de apaciguar a todos en la sala han fracasado, muy probable porque son intelectualmente deshonestos. Los hechos permanecen claros: una gran mayoría, más del 70 % de nuestros jóvenes que deciden vapear lo hacen porque quieren experimentar con sabores. ¿Por qué nos sorprende que los sabores de dulces como la cereza y el chicle atraigan a los jóvenes de una manera que no lo hacen los cigarrillos electrónicos con sabor a tabaco? A medida que estos productos se han vuelto más accesibles, las tasas de vapeo juvenil han aumentado: hoy, uno de cada cuatro estudiantes de secundaria informa al menos el uso ocasional de un dispositivo de vapeo. Entre 2017 y 2018, el uso de cigarrillos electrónicos entre los estudiantes de secundaria aumentó en casi un 80 %. Esto es un problema. Primero, sólo un pod de la marca de cigarrillo electrónico Juul -una marca popular especialmente entre adolescentes- contiene la misma cantidad de nicotina que 20 cigarrillos, y la nicotina tiene efectos adversos sobre el desarrollo del cerebro adolescente. Segundo, los cigarrillos electrónicos son una puerta de entrada conocida a otras sustancias nocivas, lo más preocupante, los cigarrillos de tabaco convencionales.
Con casi 2.000 casos de enfermedad pulmonar severa y 37 muertes en todo el país atribuibles al vapeo, esta crisis ha atraído nueva atención a los productos que durante mucho tiempo necesitaron, pero nunca recibieron, el escrutinio federal. Los dispositivos de vapeo han estado en el mercado desde fines de la década de 2000 y, sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos no ha examinado la gran mayoría de estos productos por su impacto en la salud o la seguridad de los humanos. Este es un fracaso de liderazgo en ambos lados del pasillo político.
Los defensores de alto perfil de regulaciones de vapeo más fuertes, como el ex comisionado de la FDA Scott Gottlieb, una vez tuvo plataformas influyentes en la administración Trump para liderar este tema. En cambio, Gottlieb eligió usar su posición privilegiada para otorgar demoras adicionales a las compañías de vapeo antes de establecer la supervisión federal de las compañías de cigarrillos electrónicos. Ahora que está fuera del cargo, ha pedido una prohibición radical de todos los cigarrillos a base de cápsulas. Pero demostrar coraje al margen después de utilizar mal la oportunidad de liderar es el tipo de liderazgo no auténtico que hemos llegado a esperar de nuestros políticos, no de nuestros funcionarios de salud de alto nivel.
Como investigador de salud pública y neumólogo, las familias me preguntan constantemente cómo mantenerse sanas y seguras a pesar de una serie interminable de amenazas para la salud a nuestro alrededor. Nuestros pulmones, después de todo, a menudo son nuestra primera línea de defensa contra lo que estamos expuestos, tanto intencionalmente (vapeo) como involuntariamente (contaminación). Desearía poder mirar al cirujano general de nuestro país o su comisionado de la FDA, para obtener guianza sobre cómo aconsejar a las familias estadounidenses y asegurarles que las políticas cambiarán y que la ayuda viene en camino. Pero el silencio ensordecedor de estos miembros de la administración Trump a raíz de la reversa de este mes en cuanto a los cigarrillos electrónicos con sabor contradice su compromiso más sagrado: Primero, no hacer daño