UNA ODISEA ESPACIAL (Y FINANCIERA)
¿Podremos algún día llegar a Marte? Es una pregunta que, a 50 de años de la llegada del hombre a la Luna, no solo tiene sentido revivir, sino que además tiene un notable grupo de personas buscándole solución: iniciativas privadas por parte Elon
Musk con Space X o Jeff Bezos con Blue Origin han vuelto a poner sobre la mesa posibilidades de exploración espacial, un sueño inherente a la curiosidad de los seres humanos.
Sin embargo, esta nueva era de exploración espacial tendrá diferencias notables con la que le precedió.
La carrera espacial durante la Guerra Fría provocó que los temas relacionados con el desarrollo de infraestructura que culminó en la realización de
Apolo 11 fueran un asunto de interés nacional, por lo que la Nasa no tenía motivos para escatimar gastos en sus proyectos.
Esta nueva generación de iniciativas privadas, por el contrario, sí tendrá limitaciones financieras: no solamente tendrán que desarrollar tecnologías que les permitan alcanzar sus ambiciosos objetivos a largo plazo, sino que están obligados a lograr que sus operaciones sean rentables en el proceso.
Afortunadamente las oportunidades de rentabilidad existen. Por un lado, está la posibilidad de hacer más eficientes procesos ya existentes: todas estas iniciativas han tenido hasta ahora éxito en reducir los costos de lanzamiento de satélites –esencial para sistemas de georreferenciación (GPS), internet o televisión– a partir de integrar verticalmente la cadena de producción de sus cohetes y, a su vez, hacerlos reutilizables.
De la mano de la reducción de costos de lanzamiento vendrían las posibilidades de turismo espacial. Space X, que lleva años invirtiendo en su cohete BFR para este propósito, ya tiene su primer cliente: el billonario japonés
Yusaku Maezawa financiará – para 2023- el primer viaje alrededor de la Luna para él y 7 artistas de diferentes especialidades, buscando que estos puedan compartir su experiencia e inspirar al resto de la humanidad.
La minería en asteroides y satélites naturales es otra posibilidad que se podría mencionar, pero en realidad, ¿cuántas otras oportunidades podrían existir que todavía no alcanzamos siquiera a concebir?
2001: A Space Odyssey de Kubrick, Cosmos de Carl Sa
gan, la música de David Bowie y ver a Neil Armstrong pisando la Luna lograron inspirar a Musk, Bezos y compañía a soñar sin límites. Espero, puede que ilusamente, que sus sueños no queden en vano * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.