CONECTANDO LAS DOS PUNTAS
Un gran amigo alguna vez, hablando de emprendimiento, me dijo: “el éxito de un negocio reside en controlar sus dos puntas, es decir, la materia prima y el producto final que llega al mercado”. Lógico, esto aplica según la industria en que se opere. Quise traer esta frase a colación, con motivo del panel en el que participamos todos los exdirectores de Ruta N en el marco de sus 10 años. Esta querida institución entra en un período de madurez que la obliga a hacer planteamientos probablemente nuevos en algunas de sus áreas y de alguna manera le ayuden a fortalecer sus focos de actuación.
En efecto, si miramos la forma y velocidad a la que hoy avanza el mundo, cuando expertos globales consideran que en los próximos 20 años se producirá más conocimiento que en varios siglos, no hay duda de la gran trasformación que veremos en todas las áreas del conocimiento. Las patentes, el Internet, los datos abiertos y la analítica, brindan un escenario único para que la humanidad, no solamente descubra, invente e innove a velocidades nunca antes imaginables. Entramos en la década de la inteligencia colectiva, en la cual las estructuras jerárquicas están pasando a un segundo plano para migrar a los ecosistemas colaborativos que se organizan en torno a propósitos, estrategias, actividades, etc.
En este marco considero, además de lo ya planteado en otras columnas, que Ruta N debe enfocarse en gestionar tecnología e innovación. No debe caer en desarrollar tecnología y/o transferirla, es decir, debe ser el puente entre los demandantes y los oferentes. Y hacer de su estrategia que las empresas en nuestra ciudad adopten tecnologías de frontera que les permita sofisticarse, mejorar sus niveles de productividad y ser más competitivos en los mercados regionales. Bajo esta lógica, y para tratar de ir al ritmo de los cambios, Ruta N debe continuar con su programa de Vigilancia Tecnológica identificando las tecnologías de frontera, cruzándolas con oportunidades en las diferentes industrias y sectores de la ciudad y de la mano de las universidades locales, centros de desarrollo tecnológico y startups las transfiera a las empresas locales.
En materia de innovación siempre será válido ser adoptante. Considero entonces acertado ayudarle a las medianas y pequeñas empresas a que adopten, no solo la 4ª Revolución Industrial, sino también las tecnologías medulares que les ayuden a generar ventajas distintivas en el mercado nacional y regional. Si adoptamos la ruta de traer las tecnologías de frontera y estructuramos un buen modelo de formación en los colegios y universidades en escritura de código y entendimiento de las tecnologías, estaremos conectando dos puntas muy importantes para que Medellín construya una capacidad que le dé ventaja competitiva en materia de dominio de tecnologías existentes y desarrollando la capacidad de ser adoptantes tecnológicos cuando la tecnología apenas está emergiendo.
Considero también que los focos de actuación, a propósito de una nueva administración, deberían ser: el Pacto por la Innovación que siga aumentando la inversión CTI, la adopción tecnológica para sector público y privado, el desarrollo de capacidades en nuevos lenguajes digitales, uso de metodologías ágiles, atracción y aceleración de startups y desarrollo de nuevas regulaciones para adoptar tecnologías
Ruta N debe continuar con su programa de Vigilancia Tecnológica identificando las tecnologías de frontera.