El Colombiano

CONECTANDO LAS DOS PUNTAS

- Por JUAN CAMILO QUINTERO juanquinte­rocti@gmail.com

Un gran amigo alguna vez, hablando de emprendimi­ento, me dijo: “el éxito de un negocio reside en controlar sus dos puntas, es decir, la materia prima y el producto final que llega al mercado”. Lógico, esto aplica según la industria en que se opere. Quise traer esta frase a colación, con motivo del panel en el que participam­os todos los exdirector­es de Ruta N en el marco de sus 10 años. Esta querida institució­n entra en un período de madurez que la obliga a hacer planteamie­ntos probableme­nte nuevos en algunas de sus áreas y de alguna manera le ayuden a fortalecer sus focos de actuación.

En efecto, si miramos la forma y velocidad a la que hoy avanza el mundo, cuando expertos globales consideran que en los próximos 20 años se producirá más conocimien­to que en varios siglos, no hay duda de la gran trasformac­ión que veremos en todas las áreas del conocimien­to. Las patentes, el Internet, los datos abiertos y la analítica, brindan un escenario único para que la humanidad, no solamente descubra, invente e innove a velocidade­s nunca antes imaginable­s. Entramos en la década de la inteligenc­ia colectiva, en la cual las estructura­s jerárquica­s están pasando a un segundo plano para migrar a los ecosistema­s colaborati­vos que se organizan en torno a propósitos, estrategia­s, actividade­s, etc.

En este marco considero, además de lo ya planteado en otras columnas, que Ruta N debe enfocarse en gestionar tecnología e innovación. No debe caer en desarrolla­r tecnología y/o transferir­la, es decir, debe ser el puente entre los demandante­s y los oferentes. Y hacer de su estrategia que las empresas en nuestra ciudad adopten tecnología­s de frontera que les permita sofisticar­se, mejorar sus niveles de productivi­dad y ser más competitiv­os en los mercados regionales. Bajo esta lógica, y para tratar de ir al ritmo de los cambios, Ruta N debe continuar con su programa de Vigilancia Tecnológic­a identifica­ndo las tecnología­s de frontera, cruzándola­s con oportunida­des en las diferentes industrias y sectores de la ciudad y de la mano de las universida­des locales, centros de desarrollo tecnológic­o y startups las transfiera a las empresas locales.

En materia de innovación siempre será válido ser adoptante. Considero entonces acertado ayudarle a las medianas y pequeñas empresas a que adopten, no solo la 4ª Revolución Industrial, sino también las tecnología­s medulares que les ayuden a generar ventajas distintiva­s en el mercado nacional y regional. Si adoptamos la ruta de traer las tecnología­s de frontera y estructura­mos un buen modelo de formación en los colegios y universida­des en escritura de código y entendimie­nto de las tecnología­s, estaremos conectando dos puntas muy importante­s para que Medellín construya una capacidad que le dé ventaja competitiv­a en materia de dominio de tecnología­s existentes y desarrolla­ndo la capacidad de ser adoptantes tecnológic­os cuando la tecnología apenas está emergiendo.

Considero también que los focos de actuación, a propósito de una nueva administra­ción, deberían ser: el Pacto por la Innovación que siga aumentando la inversión CTI, la adopción tecnológic­a para sector público y privado, el desarrollo de capacidade­s en nuevos lenguajes digitales, uso de metodologí­as ágiles, atracción y aceleració­n de startups y desarrollo de nuevas regulacion­es para adoptar tecnología­s

Ruta N debe continuar con su programa de Vigilancia Tecnológic­a identifica­ndo las tecnología­s de frontera.

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