Ana se fortalece para ir a Tokio
La arquera antioqueña fue una de las destacadas de la delegación al sumar seis medallas.
Cuando Ana María Rendón logró el cupo a los Juegos Olímpicos-2020, en Panamericanos de Lima, la felicidad y presión que sintió sobre sus hombros, la llevaron a no tener una buena final en equipos mixtos y en la semifinal individual, perdiendo la opción de ganar el oro.
Fue una mezcla que no supo manejar y por ello decidió reforzar el trabajo mental con el fin de seguir mejorando pues Tokio-2020 es su gran objetivo.
Al trabajo que venía haciendo con Jonathan Bustamante, entrenador mental de Escuelas de Campeones, se unió la labor de la sicóloga Adriana García y el médico Hugo Osorio, ambos de Indeportes, con el objetivo de seguir en busca de su mejor rendimiento a la hora de tensar el arco y disparar justo en el blanco de sus objetivos.
Tras cerrar los Juegos con tres oros, dos platas y un bronce, Rendón habló con EL COLOMBIANO sobre su experiencia en sus cuartas justas nacionales y lo que sigue.
¿Cuál es su balance personal en estos Juegos?
“Venía con un objetivo personal hacia Tokio-2020 y a la par comprometida con hacer una gran labor en el equipo de recurvo. Lo logramos y eso nos deja muy satisfechos porque seguimos muy bien en el camino a Olímpicos, vamos por una buena ruta. He estado trabajando fuerte en mi parte mental para avanzar”.
¿En qué consiste ese trabajo mental?
“Trabajando más el manejo de la calma interior, la concentración y tranquilidad para poder tener lanzamientos más precisos, sobre todo en la prueba de tiros alternos, en la que nos toca lanzar la flecha en 20 segundos
para esperar el puntaje, luego el rival dispara y así hasta terminar la ronda, es ahí donde estoy fortaleciéndome para superar esas debilidades que he encontrado”.
¿Cómo vio su evolución en Cartagena?
“Al principio me sentí frustrada porque en la distancia larga las cosas no se dieron, me sentía fatigada mentalmente y cansada físicamente, pero
en los 18 metros las cosas cambiaron. Uno de los momentos más especiales lo viví en la final con mi compañera Valentina (Contreras), la cual fue reñida, algo muy bonito. Ella hizo un 10 y logré terminar con una X (flecha en el centro de la diana) para ganar el desempate. Lo más gratificante fue escuchar a mi sicóloga decir que me vio muy tranquila, eso ratifica que estoy haciendo bien las cosas”.