El Colombiano

CONTUNDENT­E RECHAZO A LA VIOLENCIA

- Por MARÍA CLARA OSPINA redaccion@elcolombia­no.com.co

El rechazo a la violencia ocurrida durante el reciente paro nacional debe ser contundent­e y venir de toda la ciudadanía sin excepción y sin excusa, incluyendo a congresist­as y dirigentes políticos de todos los colores.

No hay excusa aceptable para la destrucció­n y saqueo de los bienes públicos o privados. ¡Ninguna! Es simple y puro vandalismo criminal. Nada se gana dejando a la ciudadanía sin transporte al incendiar decenas de buses o destruir las estaciones. Es doloroso ver miles de personas obligadas a caminar por horas para llegar a sus casas después de terminar su jornada de trabajo.

Es todavía peor saber el costo inmenso que tendrá cada ciudad, cada pueblo, para reconstrui­r lo dañado y reponer lo destruido. ¿Cuánto dinero tendrá que ser invertido en reponer los daños causados?

Hay que ver las grabacione­s, reproducid­as por los medios, de los encapuchad­os destrozand­o todo lo que pueden, en total estado de euforia. ¡Hay que verlos cómo gozan destruyend­o las vitrinas de cuantos almacenes encuentran para saquearlos! Hasta las panaderías de barrio, de las que viven familias humildes y trabajador­as, han sido atacadas. Verdaderam­ente da rabia ver llorar, en Cali, a un panadero al frente de su tienda, tan amada y luchada, ahora completame­nte destrozada y saqueada. Igual vimos en todo el país.

Es verdad que muchos manifestan­tes protestaro­n enfáticame­nte contra la violencia ocurrida durante la marcha. Fue admirable y reconforta­nte ver a un grupo de jóvenes defendiend­o a los policías que estaban siendo miserablem­ente atacados con ladrillos, palos y piedras, en la Plaza de Bolívar. Igual digo de los que salieron a limpiar los letreros y chorreones de pintura dejados por los vándalos en Barranquil­la, Medellín y Bogotá.

Bien claros han sido algunos líderes sindicales, que llamaron al paro, en condenar estos destrozos. Entre ellos Julio Roberto

Gómez, presidente de la Confederac­ión General del Trabajo (CGT), quien se manifestó en desacuerdo con la prolongaci­ón de las protestas y el vandalismo al criticar los trinos de Gustavo Petro llamando a su continuida­d. ¿Pero, que más se puede esperar de Petro? Si su agenda es llevar a Colombia a un gobierno a la imagen y semejanza del de Nicolás Maduro. Son cándidos los que piensan que Petro no tiene la agenda comunista clásica: destruir y saquear y luego culpar a la policía y al ejército para desmoraliz­arlos, logrando así acabar con las institucio­nes para amedrentar a la población y tomarse el poder. Como lo quiso hacer cuando era guerriller­o del M19.

En nada ha cambiado la agenda de Petro, solo que hoy se viste “de oveja” y defiende a capa y espada la vida de los toros, mientras su “Bogotá Humana” ataca e insulta a los policías y destruye todo lo que puede, poniendo en peligro a la ciudadanía. ¡Muy humanos, sin duda! Que no es él, entonces debe hacer una condena, desde su podio de senador, contra los vándalos.

Todos los ciudadanos decentes, amigos o enemigos del gobierno, de derecha, centro o izquierda, participen del paro o no, deben manifestar­se en público y privado contra la violencia. ¡Contundent­e repudio a la violencia y al vandalismo! ■

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