Maturín estrenará “pinta” para diciembre
Plazo para entregar obras de este ícono del comercio expira el 7 de diciembre. Va en 80 %.
El corredor que une a Cisneros con El Hueco, en el Centro de Medellín, está en renovación con una inversión de $9.700 millones. Así es el proyecto.
Por estos días de finales de noviembre más que un epicentro del comercio del centro, Maturín parece una carrera de obstáculos.
Mallas naranjas que rodean los árboles, filas de adobes apilados que esperan ser pegados y desniveles que en algunos casos ponen en riesgo al peatón son el paisaje, hoy por hoy, que se mezcla con la agitada vida comercial de esa zona de la comuna 10 que comprende el tramo entre las estaciones del metro de San Antonio y Cisneros.
“Hay que resaltar que es un proyecto de 15.000 metros cuadrados de intervención y que contempla una ciclorruta que conecta con la del Paseo Bolívar. A la fecha reporta un avance físico del 80 % y esperamos que esté listo el 7 de diciembre porque ese día se cumple el plazo del contrato y ese es el compromiso con los comerciantes”, indicó Camilo Builes, subgerente de Ejecución de Proyectos de la EDU.
De acuerdo con el funcionario, las obras en ese corredor de la calle 46, que hacen parte del plan integral de intervención del Centro, costarán $9.700 millones.
Comerciantes a la espera
Ahí, en paralelo a esos trabajos locativos que ajustan ocho meses, por estos días se exhiben ya cientos de arbolitos sintéticos para la venta que anticipan la llegada de la época de Navidad y fin de año.
Por ser una zona neurálgica en comercio, que concentra a miles de compradores, y por arrastrar durante varios meses
las molestias propias de toda obra, los comerciantes de la zona no ven la hora de que los trabajos terminen y de que comience de una vez por todas la temporada alta en las ventas.
Una de ellas es María Mocha, propietaria de un local de tejidos en los bajos del metro, quien señala que durante todo
el año han sufrido la reducción del flujo de gente.
“El Hueco mueve mucha gente y mucho comercio, pero con la zona así, la gente no tiene por dónde andar. Lo que sacamos a exhibición se llena de polvo y así nos la hemos pasado gran parte del año por lo que le hemos quedado mal a clientes y proveedores”, opinó la mujer.
Una situación similar vive Viviana Múnera, quien tiene desde hace trece años un caspete en el que vende comidas y quien ha tenido que prestar plata para pagar el arriengo en algunos de los meses del año.
“Claro que los cambios son buenos y uno nunca se opone a eso, pero la reducción de las ventas es grande. Solo esperamos que finalicen rápido para que empiece la temporada”, contó.
Esas demoras que obligaron a extender un mes el contrato, indica Builes de la EDU, tiene que ver con restricciones del Plan de Manejo de Tránsito que impidieron mover material durante el día porque se trata de un corredor vial muy importante.
Por eso, y aunque el tiempo apremia porque solo faltan diez días, la administración confía que con los 76 trabajadores que suman los horarios diurno y nocturno la meta se pueda cumplir y los compradores lleguen de manera masiva para estrenar la nueva cara de Maturín ■